El Emperador Meiji, Mutsu-Hito, nació en Kioto el 3 de noviembre de 1852 siendo hijo del Emperador Komei y la consorte Nakayama Yoshiko.
Japón era por entonces un país aislado, pre-industrial y feudal, dominado por el shogunato Tokugawa y los daimíos, quienes controlaban mas de los 250 dominios descentralizados del país.
A la muerte de su padre subió al trono el 3 de febrero de 1867, siendo el 122º de los emperadores del Japón.
El Emperador Meiji fue el líder simbólico de la restauración Meiji por la que el shogunato Tokugawa fue abolido por fuerzas imperiales en una breve convulsión interna conocida como la Guerra Boshin. Tras esto el Emperador Meiji proclamó la conversión del Japón a un gobierno democrático de corte occidental. Sin embargo, el Parlamento Japonés carecía de poderes reales y tampoco los tenía el Emperador Meiji, ya que el poder pasó entonces de mano de los Tokugawa a una nueva nobleza (genro) formada por los daimíos y samuráis y que habían ayudado a la restauración. Esta nueva oligarquía ubicó a sus hombres en las esferas políticas y militares del nuevo gobierno.
En 1877 se vivió una revuelta antirreformista que sirvió para liquidar la casta feudal de los samurai. Sobre este particular versa la espléndida película protagonizada por Tom Cruise "El último samurai" que nos ayuda a comprender los pormenores de la Era Meiji y el inmenso legado de honor, valor y espiritualidad de los caballeros guerreros de antiguo Japón.
La restauración y modernización que se produjeron convirtieron al Japón en una potencia industrial ubicándola por encima de otras naciones en el Pacífico. Si bien el rol del Emperador en la restauración es debatible, su influencia fue importante en las guerras en que Japón se vio involucrado a finales del S. XIX (Guerra Chino Japonesa) y comienzos del siglo XX (Guerra Ruso-Japonesa), de resultas de las cuales Japón de anexionó Formosa, Port-Arthur, las islas Riu-Kyu y la mitad sur de la isla de Sajalín. Entre las medidas que tomó se destacan, además de las ya mencionadas, el traslado de la capital de Kioto a Tokio, la implantación de un nuevo sistema de estudios (1872), la institución del Senado, Genroin (1875), la inauguración de la Asamblea Nacional (1890) y la anexión de Corea (1910). El Emperador Meiji demostró una gran longevidad en el trono manteniéndose en el poder por más de 40 años.
Creó el nuevo patrimonio premial del Japón moderno con la fundación de las Órdenes Imperiales: del Crisantemo, del Sol Naciente, del Sagrado Tesoro y de La Corona Preciosa.
Falleció en Tokio el 30 de julio de 1912. Para entonce Japón ya había pasado por una revolución política, industrial y social que trajo como resultado su transformación en una gran potencia mundial.
Como todos sus predecesores, desde su muerte ha sido llamado por su nombre póstumo. Desde su muerte, fue establecida la tradición de dar al emperador el nombre de la era conjuntamente con su reinado. Habiendo gobernado Mutsu-Hito en el periodo Meiji, ahora es conocido como Emperador Meiji.
Fuera de Japón, algunas veces se refieren a él, como Emperador Mutsuhito, sin embargo, en Japón, los emperadores sólo son llamados por su nombre póstumo. Llamar a un emperador por su nombre personal podría ser considerado un exceso de confianza e inclusive un acto despectivo.
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