domingo, 11 de diciembre de 2011

EL PALACIO DE LAS TUILLERÍAS





Hoy, como cada domingo, "Salón del Trono" propone un viaje a los palacios reales del mundo. Pero en esta ocasión no podremos contemplar un edificio existente, sino uno que existió y dejó honda huella en la historia, la música y la literatura: El Palacio de las Tuillerías de París.

El nombre con que se le denomina corrientemente en castellano es en realidad una corruptela del original francés Palais des Tuileries, cuya traducción correcta sería Palacio de los Tejares o de las Tejeras, y que tiene su origen en las fábricas de tejas que existían antiguamente en lo que luego sería el emplazamiento del palacio, y que fueron derruidas para permitir su construcción.
Desde su construcción inicial en 1570, el palacio fue transformado por diferentes ampliaciones a lo largo de los siglos. La primera construcción se realizó bajo órdenes de Catalina de Médicis (esposa de Enrique II). Fue ella quien dispuso la construcción del jardín de las Tullerías, que es una de las pocas partes del palacio que ha sobrevivido hasta nuestros días. El Palacio se situaba justo al oeste del Palacio del Louvre.

File:Drawing of an enlarged project of 1578 to 1579 for the Tuileries, by Jacques Androuet du Cerceau.jpg

Proyecto para el Palacio de las Tuillerías

La reina Catalina de Médicis pidió al arquitecto Philibert de l'Orme y, después del fallecimiento de éste, a Jean Bullant edificar allí un palacio. La idea inicial proyectaba dos edificios perpendiculares al Sena y unidos por cuatro alas más cortas que definían tres patios interiores. El proyecto fue abandonado antes de ser terminado dado que la reina optó finalmente por vivir en otro palacio que mandó construir, el Hotel de Soissons (hoy desaparecido).

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La Reina Catalina de Médicis

El palacio de las Tullerías se quedó bajo la forma de un edificio alargado con un pabellón central, el Pabellón del Reloj, rematado por una cúpula. Por un lado, tenía un pórtico cubierto de una terraza, y por el otro lado, una serie de piezas en hileras. De los dos pabellones que iban a rematar el palacio, el uno en el norte y el otro al sur, sólo se levantó el pabellón sur, llamado pabellón de Bullant.
El rey Enrique IV decidió unir los palacios del Louvre y de las Tullerías creando dos galerías, una por el sur y otra al norte. Sólo se construyó la galería sur (que existe todavía), llamada la Gran Galería, que bordea el Sena. Para realizar la unión con el cuerpo central del edificio, se prolongó éste a continuación del pabellón de Bullant por la llamada Pequeña Galería y se levantó el pabellón de Flore para rematar el ángulo (que también permanece intacto hoy en día). Estas edificaciones se deben al arquitecto Jacques-Androuet du Cerceau y las obras tuvieron lugar de 1607 a 1610, fecha de la muerte en atentado del rey Enrique IV.

Archivo:Louvre tuileries.jpg

Ls Tuillerías y el Gran Louvre en 1615


Las Tullerías conocieron entonces un periodo de abandono dado que Luis XIII y Luis XIV sólo residieron allí cortos periodos de pocos años. Fue sin embargo éste último que decidió reanudar las obras del palacio que se había quedado asimétrico. Encargó a los arquitectos Louis Le Vau y François d'Orbay prolongar el palacio hacia el norte.
Entre 1659 y 1666, se construyó el pabellón del Teatro, la galería de la Máquinas y el pabellón de Marsan que remataba el extremo norte del palacio de igual manera que el pabellón de Flore en su extremo sur. El rey ordenó también a Le Vau que armonizase los distintos estilos que caracterizaban las sucesivas fases de construcción del palacio.
Las Tullerías fueron habitadas entonces por algunos cortesanos a los que el Rey había concedido apartamentos, y por numerosos artistas a los que se permitía vivir y tener talleres en el palacio. Pero la ausencia real de las Tullerías desde finales del siglo XVII fue compensada por una intensa vida musical y teatral, convirtiendo el palacio en uno de los mayores centros de difusión cultural del Siglo de las Luces francés.
Para albergar las celebraciones de la boda entre Luis XIV y la Infanta María Teresa de España, se mandó construir un teatro que podía acoger 4.000 espectadores. Considerado entonces como el teatro más grande de Europa, fue inaugurado en 1662 y sus adelantos técnicos le valieron el nombre de Sala de las Máquinas. Servirá durante el siglo XVII para las fiestas de la Corte. Después de verse reducido a un aforo de 500 personas, lo que mejoró considerablemente su acústica, fue unos años la sede de la Ópera de París, de la Comédie Française de 1770 a 1782, y de la compañía teatral del Rey, el théâtre de Monsieur, hasta la Revolución.
Otras salas del palacio, como la Sala de Souflot y la Sala des Cent-Suisses, serán utilizadas regularmente durante el siglo XVIII para conciertos y otras manifestaciones tanto musicales como teatrales.
Es paradójicamente a partir de 1789 que el palacio de las Tullerías se convierte en residencia real y adquiere la importancia histórica que se le conoce.
Durante el periodo revolucionario, en octubre de 1789 la familia real fue traída de Versalles, símbolo de la monarquía absoluta, para que se alojara en las Tullerías, símbolo de la monarquía constitucional que se iba a instaurar en un primer tiempo.
Después de que la familia real intentara huir de Francia para reunirse con las monarquías europeas, y fuera detenida en Varennes, se alojaron de nuevo en el Palacio de las Tullerías. El cambio de actitud del Rey a partir de ese acontecimiento hizo que el 10 de agosto de 1792 las multitudes encrespadas asaltaran el palacio acusando al monarca de traición y obligándole a refugiarse en la Asamblea Legislativa, situada en la sala del Manège, en un edificio de la calle de Rivolí contiguo al palacio. La residencia real fue entonces saqueada. El Rey sería juzgado y encarcelado con su familia mientras se convocaban elecciones para la formación de un nuevo régimen republicano.


Los revolucionarios asaltan el Palacio de Las Tuillerías

La República fue proclamada el 21 de septiembre del mismo año en la Sala Souflot de las Tullerías, que fue entonces remodelada para albergar la sede de la Convención. A partir del 10 de mayo de 1793, el Palacio recibió el nombre de Palacio Nacional. El Comité de Salvación Pública ocupaba el pabellón de Flora, al que se renombró como el «pabellón de la Igualdad», mientras que el Comité de Seguridad General se instalaba en el pabellón de Marsan, renombrado como el «pabellón de la Libertad»; finalmente el Pabellón del Reloj recibió el nombre de «pabellón de la Unidad».
Bajo el Directorio, las Tullerías acogieron al Consejo de los Quinientos y al Consejo de Ancianos.
El 19 de febrero de 1800, Napoleón Bonaparte, entonces Primer Cónsul, se instala en el Palacio de las Tullerías. Tomó por vivienda el primer piso del palacio, ocupando el antiguo apartamento del Rey.

Desde la proclamación de Napoleón I, las Tullerías se convierten en residencia imperial y recobraron su esplendor pasado. El 28 de noviembre de 1804, el Papa Pío VII llegó a París para la coronación del Emperador y allí residirá hasta el 4 de abril de 1805. En 1806, Napoleón mandó a los arquitectos Charles Percier et Pierre-François-Léonard Fontaine construir el Arco de Triunfo del Carrusel que iba a servir de entrada oficial al palacio, flanqueado por una larga verja que separaba el patio de acceso de las calles que discurrían entre las Tullerías y el Louvre. También mandó cerrar con una galería el lateral norte del palacio que limitaba con la calle de Rivolí.


Archivo:Revuecarrousel.jpg

Revista militar en 1810 con el Arco del Carrusel y las Tuillerías


Bajo Luis XVIII, el palacio conserva su función de residencia real, siendo preferido al palacio de Versalles, antigua residencia de los Borbones desde Luis XIV hasta Luis XVI. Fue el único rey que acabó su vida en las Tullerías, en 1824. El 12 de julio de 1830, durante la revolución llamada de «Las Tres Gloriosas Jornadas», el pueblo de París invadió y saqueó el palacio, obligando a Carlos X a abandonar las Tullerías para partir al exilio.
El palacio quedó deshabitado hasta el 16 de octubre de 1831, fecha en la que el rey Luis Felipe I dejó su residencia en el Palais Royal para alojarse en las Tullerías, deseoso de realzar el prestigio de su reinado. El palacio tomó entonces su aspecto definitivo, con la supresión de las terrazas occidentales y la creación de la gran escalera, por los arquitectos Percier y Fontaine.
La revolución de 1848 echó a la familia real Orleans de las Tullerías y la residencia fue de nuevo saqueada por los parisinos amotinados. Durante la Segunda República Francesa, el palacio de las Tullerías fue hospital para los mutilados de guerra antes de ser residencia del presidente de la República, Luis Napoleón Bonaparte.

Archivo:Salon Louis XIV (Eastman) Tuileries crop.jpg

Fotografía anterior a 1871 mostrando el Salón de la Paz del Palacio

Con el Segundo Imperio las Tullerías vuelven a ser una residencia imperial. Se encarga al arquitecto Visconti remozar el palacio demoliendo las casas que subsistían delante de la plaza del Carrusel.
El 29 de enero de 1853, las Tullerías son el escenario del matrimonio civil de Napoleón III y de Eugenia de Montijo.
Napoleón III termina el «gran proyecto», por el que el palacio se une por su flanco norte al Palacio del Louvre (actual Museo del Louvre), con el que formaba una sola unidad. Esta época es la de mayor esplendor de las Tullerías donde se sucedían lujosas fiestas palaciegas.

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Fotografía de mediados del siglo XIX, tomada desde el Louvre, y que muestra cómo era el Palacio

Caído el Segundo Imperio tras la derrota de Francia en la Guerra franco-prusiana, la revolucionaria Comuna de París utilizó las salas de espectáculos de las Tullerías para fiestas y conciertos populares: los «conciertos comunitarios». Tres días antes del ataque definitivo de las tropas gubernamentales, el 18 de mayo de 1871, se celebraron tres conciertos consecutivos en beneficio de las víctimas de la guerra, que atrajeron a un público inmenso. Instalado en las Tullerías con su estado mayor, el jefe federado Bergeret declaró entonces: «Cuando deje las Tullerías, las Tullerías serán cenizas».
El 21 de mayo, con París asediada por las tropas prusianas, Thiers lanza el asalto definitivo a la capital en lo que se llamará la «Semana sangrienta», con un balance de al menos 20.000 muertos entre la población parisina y 877 entre los soldados versalleses. El 22 y el 23 de mayo, los parisinos acorralados por el avance de las tropas gubernamentales prenden fuego a varios edificios emblemáticos antes de retirarse. Son los pétroleurs, llamadas así por llevar consigo cubos de petróleo.
Finalmente el 23 de mayo, el federado Bénot conduce una banda por todos los apartamentos del palacio y hace rociar las paredes de petróleo; poco antes de las 9 de la tarde, el reloj de las Tullerías se para bajo el efecto del fuego. Como partes del edificio servían para almacenar barriles de pólvora, hacia las 11 de la noche una explosión sacudió el Pabellón del Reloj, hundiéndose la cúpula central en llamas. El palacio arderá toda la noche. El pabellón de Marsan y el pabellón de Flore, que forman las esquinas y los laterales del palacio, se salvarán.
Las ruinas del palacio de las Tullerías serán totalmente derruidas en 1883.


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Aspecto de la fachada de Las Tuillerías tras su incendio por la Comuna de París

En febrero de 2004, bajo iniciativa de la Academia del Segundo Imperio, se creó el Comité para la Reconstrucción de las Tullerías que busca reconstruir el palacio con suscripciones privadas, por una cantidad estimada en 350 millones de euros. En junio de 2006, el Ministerio de Cultura y Comunicación creó por decreto ministerial una comisión de estudios presidida por el ex ministro de cultura Maurice Druon.
Este proyecto, que no ha encontrado oposición por parte del gobierno francés ni del Ayuntamiento de París, es en la actualidad  un asunto muy controvertido entre la opinión pública francesa. El 17 de enero de 2009, los miembros del Comité Francés de Historia del Arte (CFHA) aprobaron por unanimidad una moción contraria al proyecto de reconstrucción.

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