martes, 19 de junio de 2012

LOS INTENTOS RESTAURADORES EN LA HUNGRÍA DE 1921 (I)



Tras la derrota y desmembración del Imperio Austro-Húngaro en 1918, su último emperador, S.M.I.R Carlos I de Austria y IV de Hungría, intentó, en dos ocasiones, recuperar el trono del reino húngaro. Ambos resultaron infructuosos y llevaron al exilio definitivo del exmonarca, el afianzamiento de la regencia de Horthy y la abolición definitiva de la dinastía Habsburgo en el país magiar.
El 3 de abril de 1919, el Gobierno austriaco de Karl Renner lograba aprobar sin oposición la ley que expulsaba perpetuamente a los miembros de la Casa de Habsburgo de territorio austriaco y confiscaba sus bienes. Se eliminaban también los títulos y derechos nobiliarios.

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Mihaly Karolyi proclama la República Húngara el 16 de noviembre de 1918

Checoslovaquia había hecho lo propio apenas terminada la guerra, a comienzos de noviembre de 1918.
Para acoger al exmonarca, el Gobierno suizo exigió que escogiese su residencia en los cantones interiores o en el Oeste del país, lejos de la frontera austriaca. Tras varias semanas de búsqueda, se instaló en mayo en «villa Prangin», una amplia casa de campo en un terreno arbolado a orillas del lago Leman.
Mientras, en Hungría, en abril de 1919, se había formado un Gobierno contrarrevolucionario bajo protección francesa en la ciudad sureña de Szeged. Allí se fueron creando unidades militares el «Batallón Ostenburg», que desempeñó un papel crucial en los intentos de restauración de Carlos al trono húngaro. Otra de ellas, la «División Lehar», reclutada durante el verano gracias a los fondos robados al Gobierno revolucionario de Béla Kun en Viena, se concentró en Estiria oriental con la intención de pasar a Hungría. Tras la caída de la República Soviética Húngara, su comandante, el coronel Antal Lehar, leal a Carlos, pasó con sus tropas a Hungría, instalándose junto a la frontera y creando una zona favorable al monarca.

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La ciudad de Szeged se convirtió en el centro de la resistencia contrarrevolucionaria en Hungría

A finales del verano de 1919, Carlos ya había decidido tratar de regresar a Hungría y recuperar el trono, pero hubo de esperar a la firma del tratado de paz de Hungría, para evitar la imposición de condiciones más duras para el país por su restauración.
El 1 de marzo de 1920, Miklós Horthy, antiguo almirante y comandante en jefe de la flota austrohúngara durante la Primera Guerra Mundial, fue elegido regente del restaurado reino de Hungría. Supuestamente fiel a Carlos, el regente exigió un juramente de lealtad a su persona de los oficiales del Ejército, cosa que desconcertó al exmonarca, haciéndole dudar de la posición real de Horthy.


El Emperador de Austria y Rey Apostólico de Hungría, Carlos I y su esposa la Emperatriz y Reina, Zita.

 
El primer intento restaurador
El plan consistía en traslado hasta Viena, en el expreso París-Múnich-Viena, del ex-Emperador. La primera parte del viaje, la más peligrosa, consistía en el viaje desde Prangins a Basilea y la salida de Suiza, que Carlos tenía prohibida. El 24 de febrero de 1921, el cuñado de Carlos y hermano de Zita, el príncipe Sixto de Borbón-Parma, consiguió en París un pasaporte falso para el exsoberano, que le entregó el teniente coronel británico Strutt, que no contaba con órdenes ni permiso de su Gobierno para ayudar a Carlos.
El 24 de marzo de 1921, el exemperador Carlos tomó el tren en Nyon, transbordó en Berna y cruzó la frontera francesa por Alsacia con un simple pase fronterizo, abandonando secretamente Suiza acompañado de un sacerdote y de uno de sus partidarios.
Tras desplazarse a Estrasburgo en automóvil, tomó un tren para Viena al día siguiente, dirigiéndose a Hungría con un pasaporte diplomático español falso conseguido en París a nombre del "Señor Sánchez", para restaurar la monarquía húngara y ser proclamado rey, alegando que podría contar con apoyo del gobierno francés para ello. En Salzburgo su acompañante mostró su pasaporte, que contaba con visados de Alemania, Austria, Francia y Checoslovaquia, a la policía austriaca, explicando que su compañero se había retirado a descansar por hallarse enfermo.
Llegado a Viena a las 10:50 p.m., cogió un taxi fingiendo buscar alojamiento en hoteles, todos llenos por las fechas, para dirigirse a continuación a su verdadero destino, la casa de un conde húngaro que había participado en las negociaciones de paz de 1917 y a quién, sin embargo, no se le había avisado de la inminente llegada de Carlos.
Al día siguiente, Sábado Santo (26 de marzo de 1921), viajó hasta la frontera húngara acompañado por el conde en dos taxis, fingiendo entonces ser un funcionario de la cruz roja británica. Carlos se había teñido de negro el bigote y llevaba gafas de conducir para evitar ser reconocido, aunque el cruce de la frontera no tuvo percance alguno, acostumbrados los guardias a las frecuentes visitas del conde a su hacienda húngara. Pasada la frontera, Carlos y el conde hubieron de abandonar el coche y tomar un carro para llegar al palacio arzobispal de Szombathely pasadas las diez de la noche. Al arzobispo tampoco se le había anunciado la llegada de Carlos y se hallaba cenando con un ministro del Gobierno, que confirmó su lealtad al exmonarca. Inmediatamente, Lehar se presentó ante Carlos y uno de sus oficiales fue a avisar al primer ministro, el conde Pál Teleki, que se encontraba de caza en las cercanías.
Al día siguiente, el Domingo de Resurrección, Teleki se presentó a las 4:30 a.m. en el palacio arzobispal y trató de convencer a Carlos de que abandonase su intento de restauración. Teleki aconsejó al antiguo soberano que se retirase a Suiza o continuase a Budapest. Tras convencer a Carlos de que Horthy cedería el poder en cuanto el exmonarca alcanzase la capital y comprometiéndose a regresar de inmediato a Budapest y comunicarle su regreso a Horthy, Teleki partió una hora antes que Carlos hacia la ciudad, llegando, sin embargo, después que él. Carlos, el conde Sigray y dos oficiales de la unidad de Lehar viajaron a Budapest en automóvil. Allí, donde Teleki no había avisado a Horthy aún, un edecán del regente le anunció a este la llegada del exemperador.


El Conde Albert Apponyi, partidario de la restauración de la Monarquía

Carlos logró reunirse en secreto con el almirante Horthy en el palacio real, rechazando este en una discusión personal apoyar esta la restauración inmediata alegando que Francia y Gran Bretaña se opondrían a tal proyecto, entre otros argumentos, como su juramento al parlamento. Tras dos horas de conversación Carlos confirmó a Horthy como duque de Otranto y Szeged (títulos que se había otorgado él mismo) y le concedió la mayor condecoración austrohúngara, la gran cruz de la orden militar de María Teresa. No consiguió, sin embargo, que accediese a entregarle el poder. Sin fuerza armada para imponer su voluntad y con fuerzas hostiles en la antecámara, Horthy rogó a Carlos que no llevase a cabo ninguna acción sin consultarla antes con él y logró que se retirase esa noche a Szombathely, habiendo sugerido el regente que Carlos debía utilizar sus fuerzas para marchar sobre Viena y lograr una doble restauración. Horthy se comprometió mientras a preparar el regreso del exmonarca y Carlos exigió que se uniese a él en Szombathely en un plazo de tres semanas. De regreso su coche se averió y un campesino de la zona hubo de trasladarle a su destino, después de ser invitado a beber en una taberna local donde se le aclamó como Rey de Hungría.
Mientras, Horthy llamó al representante francés para corroborar si Carlos efectivamente contaba con el apoyo galo, a lo que aquel respondió con una rotunda negativa, tras consultar con París. Al día siguiente, los representantes francés y británico mostraron su total oposición a la restauración de Carlos, paso al que siguieron las protestas de los Gobiernos italiano, yugoslavo, checoslovaco y rumano. Los Gobiernos de Belgrado y Praga anunciaron estar dispuestos a invadir Hungría y ocupar Budapest con sus tropas para impedir la restauración de un Habsburgo en el trono (que, según temían, podría intentar el restablecimiento del Imperio Austrohúngaro y amenazar la independencia de sus países).
El 30 de marzo de 1921, Horthy hizo una proclamación, agradeciendo la lealtad del Ejército y declarando la inconveniencia de un cambio de Gobierno, sin mencionar al rey. Con tropas insuficientes para tomar el poder por la fuerza, el intento de restauración había fracasado.



El Regente de Hungría, Miklos Horthy, en 1921

Carlos y Horthy había acordado suspender su conversación tres semanas, para hallar una solución pero, mientras tanto, los nacionalistas húngaros temían que la coronación de Carlos significase resucitar el predominio austriaco sobre Hungría y lograron que el parlamento magiar impidiera la restauración de Carlos (1 de abril de 1921). El mismo día, la junta de embajadores de la Entente, reunida en París, declaraba su oposición a aceptar las restauración. Ante ello el exemperador (que al parecer sólo esperaba ser llamado para reinar al vencer el plazo de tres semanas), cada vez más presionado, se retiró de Hungría el 4 de abril,sintiéndose traicionado por Horthy, pero aclamado por la población.
Escoltado por tropas británicas a su paso por Austria, hubo de atravesar una manifestación en su contra de trabajadores austriacos, que causó momentos de tensión. Finalmente, logró cruzar el país y alcanzar territorio helvético a media tarde.

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