lunes, 28 de enero de 2013

CONFERENCIA EN LA REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN



Anunciamos hoy a nuestros siempre amables lectores la convocatoria de una muy interesante conferencia en Madrid, que se celebrará, Dios mediante, el próximo día 31 de enero de 2013 en la Sede de la Academia de Jurisprudencia y Legislación. El ponente de la misma será el Ilmo. Sr. Doctor. Don Fernando García-Mercadal García-Loygorri, quien disertará sobre el tema:
"Incentivos honoríficos y sociedad democrática: reflexiones en torno al llamado Derecho Premial"


El Coronel Auditor D. Fernando García-Mercadal y García-Loygorri

El Coronel Auditor García-Mercadal, nació en Zaragoza en 1956, es Doctor en Derecho con Premio Extraordinario, y Magister en Estudios Sociales Aplicados. Académico numerario de la Real y Matritense de Heráldica y Genealogía, y Correspondiente de las Reales de Jurisprudencia y Legislación y de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Premio Internacional de Protocolo (1998) y Representante de España en la “International Comission for Orders of Chivalry”. Miembro Correspondiente de la Academia Argentina de Ceremonial (2002), Diplomado por el Institut Europeen de L’Action Sociale (2004), pertenece desde 1981 al Cuerpo Jurídico Militar.

Autor, entre otras, de prestigiosas obras como “Los Títulos y Heráldica de los Reyes de España”, “Los Títulos de la Casa Real: Algunas Precisiones Jurídico-dinásticas” y Coautor de “Las Ordenes y Condecoraciones Civiles del Reino de España” (2001-2003), así como del justamente afamado libro “Caballeros del Siglo XXI”.
Pertenece al Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, es Caballero Gran Cruz de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge, Comendador de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Comendador de la Orden de Isabel la Católica, Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, Cruz de la Orden el Mérito Militar.
Desde "Salón del Trono" enviamos un cordial saludo a nuestro admirado amigo, y lector, Don Fernando García-Mercadal y García-Loygorri, al tiempo que le deseamos un gran éxito en esta su conferencia:























El origen de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación se remonta al año 1730, en que la Junta de Jurisprudencia Práctica empieza a reunirse en Madrid en casa del Abogado de los Reales Consejos don Juan Antonio Torremocha. La corporación se componía de 30 Académicos de Número. En 1739 imprimió sus primeros Estatutos. Celebraba dos reuniones semanales, los lunes y los jueves, y en ellas un Académico leía una disertación que luego era discutida entre todos. Los miembros más destacados de la corporación, en esos años iniciales, eran Nicolás Álvarez Cienfuegos, Tomás Ibáñez, Pedro Joaquín Murcia, Bartolomé Galán y José Moñino, futuro Conde de Floridablanca y Secretario de Estado de Carlos III. A don José Moñino, que fue Presidente de la Academia, se debe la Real Cédula de 20 de febrero de 1763 , en que se reconoce oficialmente a la Academia, bajo el título de Real Academia de Leyes de estos Reynos y de Derecho Público, con la advocación de Santa Bárbara. La Academia funcionaba "por pluralidad de votos" y disfrutaba de gran independencia, convocaba premios e inició la formación de una importante biblioteca, cuyos volúmenes son el núcleo de la actual biblioteca de la Academia.
A comienzos del siglo XIX, la Guerra de la Independencia y la vuelta del absolutismo trajeron consigo un período de obscurecimiento de la Academia de Jurisprudencia y del movimiento academicista en general. No obstante, la actitud de la Academia de Jurisprudencia de negarse a reconocer como rey a José Bonaparte le valió su restauración, y la asignación de una ayuda económica de 200 ducados para financiar los trabajos de la Academia. Fernando VII la reconoció oficialmente, con la denominación de Academia de la Purísima Concepción. En el año 1820, todos los Académicos, con su presidente don Juan Antonio de Castejón a la cabeza, juraron la Constitución de 1812. El liberalismo de los Académicos les costó sin embargo la intervención por el Gobierno en julio de 1825, lo que rompió con su casi secular tradición de autonomía interna.

En 1826, Fernando VII decidió dividirla en dos corporaciones distintas: la de Carlos III y la de Nuestra Señora del Carmen, más tarde llamada de Fernando VII, totalmente intervenidas desde el poder.

Tras la muerte del rey, la Reina Regente dispuso, en 1836, que ambas se reunieran de nuevo bajo la antigua advocación de Nuestra Señora de la Concepción, cambiando su nombre en 1838 por el de Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación. En esa fecha se inicia uno de los periodos más fecundos de la Academia, que alcanza hasta la revolución de 1868.

Apertura con Sus Majestades Los Reyes de España
Sesión académica presidida por SS.MM. los Reyes Don Juan Carlos I y Doña Sofía
Fuente: Real Academia de Jurisprudencia y Legislación


Tras la Restauración de la monarquía, después del sexenio revolucionario, la corporación recobró por concesión de Alfonso XII, en 1882, su antiguo adjetivo de Real Academia, adaptándose en 1932 a la nueva realidad republicana con el cambio de su histórica denominación por la de Academia Nacional de Jurisprudencia y Legislación, y en 1938, recuperó el nombre de Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y estableció provisionalmente su sede en San Sebastián.
Años más tarde, en 1946, la Academia sería reorganizada, quedando compuesta por cuarenta Académicos de Número, al tiempo que se incorporaba al Instituto de España, constituido, además, por las Reales Academias Española, de la Historia, de Bellas Artes de San Fernando, de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Ciencias Morales y Políticas, de Medicina, y de Farmacia.


Sede de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación


Unos nuevos Estatutos, que reorganizaron la Real Academia de Jurisprudencia, se aprobarían por decreto de 27 de junio de 1947, y su Reglamento sería aprobado por la propia Academia el 10 de diciembre de 1956. Finalmente, el artículo 62 de la Constitución Española de 1978 encomendó al Rey el Alto Patronazgo de las Reales Academias, recogiendo así una función que la Monarquía había venido ejerciendo sin interrupción desde el siglo XVIII, como medio para promover el progreso científico y cultural de España.
En la Real Academia de Jurisprudencia se distinguió desde el primer momento entre diversas clases de Académicos: en el siglo XVIII, se distinguió entre numerarios –llamados así porque no podían superar el número de treinta- y oyentes; en el siglo XIX se diferenciaron tres distintas categorías: numerarios, profesores y corresponsales. En la segunda mitad del siglo XX se suprimió la categoría de profesores, y se distinguió únicamente entre numerarios y correspondientes. Se creó además la categoría de socio colaborador.

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