domingo, 19 de mayo de 2013

EL CASTILLO DE BELMONTE

Aprovechando nuestra visita a las IIIª Jornadas de Recreación Histórica sobre la Guerra Civil Castellana (1475-1480), vamos a conocer el majestuoso castillo que las cobija: la fortaleza de Belmonte.
Archivo: Belmonte, castillo PM 65437.jpg
Acceso principal al Castillo de Belmonte
Foto: PMRMaeyaert

El Castillo de Belmonte (Provincia de Cuenca), situado en lo alto del cerro de San Cristóbal de dicha población  es un singular edificio que, por su estado de conservación, por su especial estructura, y por su aspecto exterior, prácticamente el mismo que tuvo en el momento de su construcción, constituye un valioso tesoro patrimonial para su comarca, su región y para el conjunto monumental español. 
Fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer Marqués de Villena. Era un momento de convulsiones y luchas internas en el reino de Castilla. El marqués se proponía acumular territorios y construir fortalezas para hacerse fuerte ante los problemas sucesorios que se avecinaban. 
En 1456, en el cerro de San Cristóbal, se iniciaba la construcción del castillo aunque comienzo efectivo de las obras se produce en 1457 y éstas se prolongarían hasta 1472, en que quedaron detenidas. En 1474, fecha de la muerte de Juan Pacheco, aún no estaban concluidas. Su hijo, Diego López Pacheco, continuó en parte la obra de su padre, pero no le prestó demasiada atención a la fortaleza belmonteña, en la que quedaron bastantes detalles por terminar, entre ellos el almenaje.

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Vista exterior de la impresionante fortaleza belmonteña
Foto: PMRMaeyaert

Su arquitecto fue seguramente Juan Guas, cuyo trabajo para el Marqués está documentado en otras obras, como el Monasterio del Parral, en Segovia.
El castillo fue concebido como fortaleza-palacio, para satisfacer por una parte las necesidades defensivas del marqués de Villena, que quiso prepararlo ya para el ataque y defensa de la artillería. Por otra parte, tuvo la función de una residencia lujosa, acorde con sus ansias de poder y la influencia de don Juan Pacheco. La planta del castillo es muy peculiar, denominada de "estructura atenazada", construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en dos de sus lados, y en el otro, la torre del homenaje, triángulo que, mediante la barrera exterior, se convierte en polígono de nueve lados con torreones en los vértices. Los torreones cumplen una doble función, como contrafuertes y como defensa de las partes más vulnerables. El recinto principal se rodea de una barrera de exquisita construcción que defiende las partes más bajas. Esta barrera tiene tres puertas. La planta de este castillo en forma de estrella es única, y su interior palaciego decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías, así como su “bestiario medieval” esculpido en piedra, no tienen parangón en España y, sin duda, hacen de este castillo uno de los más emblemáticos de nuestra Patria.
Armas del Marqués de Villena
Foto: José Manuel
Durante los siglos XVII y XVIII, el castillo, prácticamente abandonado, va sufriendo diversos estragos, que lo llevan a un estado ruinoso en los primeros años del siglo XIX.
Fue la heredera de la casa de Villena, Eugenia de Guzmán, más conocida como la Emperatriz Eugenia de Montijo, por su matrimonio con Napoleón III,la que se encarga de restituir al castillo su esplendor original. Hacia 1857 comienza las obras de restauración. Restaura las defensas de acuerdo al proyecto inicial, pero en el interior se impone el gusto de la época. Así, el arquitecto español Sureda realiza los cierres de las galerías que dan al patio, utilizando el ladrillo como material constructivo. Con la caída del imperio francés, en 1870, cesa la restauración y el edificio es ocupado durante unos años por los dominicos franceses que lo adecuan como monasterio. Tras la marcha de los dominicos, el sobrino-nieto de la emperatriz, el Duque de Peñaranda, Hernando Fitz-James Stuart y Falcó continúa con las restauraciones e incluso lo llegó a habitar.
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Dormitorio de la Emperatriz Eugenia de Montijo
Foto: Castillo de Belmonte
Posteriormente, sirvió también como cárcel del Partido Judicial de Belmonte, y como academia Onésimo Redondo para mandos del Frente de Juventudes. Después quedó abandonado, sufriendo un progresivo deterioro. Por Decreto del 3 de junio de 1931 el castillo fue incluido en el Tesoro Artístico Nacional.
Actualmente es propiedad de la Casa Ducal de Peñaranda descendientes de la Duquesa de Alba, María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Montijo.
Gracias a la colaboración entre los propietarios, la administración local y el Ministerio de Fomento, el castillo ha sido brillantemente rehabilitado y en verano de 2010 se abrió al público.
La empresa gestora, Fortaleza de Belmonte SL, ha dotado al castillo con diversos contenidos culturales y didácticos para hacer de la visita un paseo cultural por la historia del castillo y sus moradores. La visita cultural dispone de audio-guía en 4 idiomas (español, inglés, francés e italiano), audiovisual en gran formato con proyección de 12 minutos como introducción al recorrido turístico, y tecnologías de luz y sonido que trasladan al visitante a otra época.
La visita se concibe para poder conocer cómo era la vida en un castillo medieval, las vicisitudes de la guerra de sucesión en Castilla en la segunda mitad del siglo XV, entre la princesa Juana "La Beltraneja" protegida del marqués de Villena y valedor de sus derechos dinásticos; y su tía Isabel más tarde conocida como “La Católica”, y el papel que desempeñó el señor de este castillo en esa contienda. El resultado de la guerra determinará la unión personal de las Coronas de Castilla y de Aragón y la victoriosa empresa de la Reconquista del Reino de Granada, donde también participaron activamente los señores del castillo de Belmonte, siendo Diego López Pacheco uno de los más destacados comandantes del ejército de los Reyes Católicos.
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Sala de Armaduras del Castillo de Belmonte
Foto: Ángel Aroca Escámez
El visitante también se trasladará a la segunda mitad del siglo XIX con salas ambientadas al estilo de la propietaria del castillo en esa época, Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III y descendiente del marqués de Villena. Durante el recorrido de esas salas se da a conocer la apasionante vida de esta noble española que llegó a ser regente del imperio francés en tres ocasiones y que ordenó la restauración del castillo de Belmonte a mediados del siglo XIX.
Continúa la visita con el paseo por el adarve, entre almenas y torreones, y ambientado por el audio-guía, se sitúa al visitante en el lugar del soldado siglos atrás oteando el horizonte en busca del enemigo o rechazando un asedio al castillo. Desde el torreón norte, se puede disfrutar de una magnífica vista del pueblo de Belmonte, desde donde se especifica en un gran panel los principales monumentos que se vislumbran desde la altura del castillo: la magnífica Colegiata de San Bartolomé que ordenara construir el marqués de Villena, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel actualmente en reconstrucción, el hospital de San Andrés, el convento de las madres Concepcionistas, la Plaza del Pilar, el convento de los Trinitarios, y cómo no, la muralla que desde el castillo protector abraza el casco antiguo de Belmonte.
Archivo: Torneo1C.JPG
El Castillo de Belmonte y sus alrededores fueron escenario de rodaje de numerosas películas, entre ellas El Cid (1961), con Charlton Heston y Sofía Loren, a la que corresponde este histórica fotografía.
Foto: castillo de Belmonte
Para terminar, y después de pasar por la torre del homenaje, podemos bajar al patio de armas por una escalera de caracol y visitar las mazmorras y sótanos, y por fin descansar en la taberna del castillo saboreando un vino y queso de la tierra.
Para más información no dejen de visitar la espléndida web del castillo:
www.castillodebelmonte.com


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