martes, 7 de mayo de 2013

LA REINA MARÍA CRISTINA DE LAS DOS SICILIAS NUEVA BEATA DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA


Su Santidad el Papa Francisco firmó el pasado viernes en el Vaticano el decreto que autoriza la beatificación de la Reina Maria Cristina de Saboya (1812-1836), esposa del rey Fernando II de Borbón, soberano de las Dos Sicilias.
De este modo la Congregación para las Causas de los Santos promulgará el decreto que atribuye la intercesión de un milagro a "la venerable sierva de Dios, María Cristina de Saboya"
S.M. la Reina María Cristina de Saboya nació el 14 de noviembre de 1812 en Cagliari (Cerdeña) y era la cuarta hija del matrimonio entre Víctor Manuel I de Saboya y la Archiduquesa María Teresa de Austria-Este.
Archivo: Maria Cristina di Savoia.jpg
La Beata María Cristina de Saboya, Reina de las Dos Sicilias en 1830
El 21 de noviembre de 1832 se casó con el rey Fernando II de las Dos Sicilias. Mujer muy piadosa, no  estaba inclinada al matrimonio, pero supo aceptar su destino por razones de estado.
No tuvo una vida fácil en la corte de Nápoles por su frágil salud, pero lo soportó todo gracias a su fe cristiana.
Luchó con todas sus fuerzas contra la pena de muerte que se aplicaba entonces y cumplió con sus obligaciones de esposa y reina con ejemplaridad, dando muestras de fe y caridad con los más necesitados.
Murió el 21 de enero de 1836, por complicaciones vinculadas al parto, quince días después de dar a luz al heredero de la corona, el futuro Francisco II, último soberano reinante en las Dos Sicilias.
Su viudo contrajo segundas nupcias el 9 de enero de 1837 con la Archiduquesa María Teresa de Austria, hija del Archiduque Carlos de Austria, Duque de Teschen.
Archivo: Fernando II de las Dos Sicilias 2.jpg
Fernando II de las Dos Sicilias
María Cristina tuvo tales virtudes, desde una perspectiva religiosa, que fue querida por todos aquellos que, mientras vivió, la consideraron como una santa, lo que explicaría que la Iglesia Católica la contara entre los venerables desde 1872, comenzando su camino hacia los altares.
Sin embargo, después de lograda la unidad de Italia, las presiones anticlericales hacían poco aconsejable canonizar a una reina, y menos aún ligada a la Casa de Borbón. Sus adversarios, sobre todo los liberales, masones y radicales, la acusaban de supersticiosa, de estar en manos de los jesuitas y de ser un instrumento de la reacción clerical y monárquica.
Ahora la Iglesia Universal celebra y bendice los méritos de una gran Reina, modelo de virtudes, injustamente postergada por turbios intereses políticos.




La Beata María Cristina de Saboya, Reina de las Dos Sicilias, en oración


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