La rebelión de la Vendée se había convertido en una guerra abierta entre los católico-realistas y las fuerzas revolucionarias. A finales de marzo de 1793 el departamento de Vendée y la parte sur de los de Loire Inferieure y de Maine y Loire, así como el noroeste del de Deux Sèvres, están alzados contra el gobierno de la Convención Nacional que reside en París.
El ejército insurgente está poco centralizado, mal equipado (tres cuartas partes de los hombres carecen de fusil antes del ataque a Chalonnes-sur-Loire, la mayor parte de las armas y municiones son los que abandonan los soldados republicanos) y no es permanente, ya que los campesinos regresan a sus tierras en cuanto pueden después de los combates. Sin embargo, soldados profesionales, desertores del ejército republicano, se unen a él, aportando su experiencia. También se constituye una caballería de élite compuesta por nobles y burgueses equipados a su costa, que permiten que los rebeldes consigan los primeros éxitos reales y empiecen a imponerse.
Teatro de operaciones de la Guerra de La Vendée
Diseño de: Ayack 2007
Los católico-realistas, los Blancos, se organizan en tres ejércitos, constituidos partiendo de las agrupaciones de marzo: el Ejército de Anjou, que opera al este del río Sèvre Nantaise (40.000 hombres); el Ejército del Centro, en el corazón de la Vendée (10.000 hombres); y el Ejército del Marais, entre la Sèvre Nantaise y la costa del Atlántico (15.000 hombres).
Este ejército popular encuentra apoyo tanto a nivel logístico como militar entre el pueblo llano del campo. Los famosos "molinos de Vandée" de los que la posición de las alas sirve para informar de los movimientos de las tropas gubernamentales son un ejemplo.
Las primeras operaciones son un éxito para los Blancos. Tras un primer fracaso en la Primera Batalla de Fontenay-le-Comte el 16 de mayo de 1793, el ejército del Centro, con La Rochejaquelein, Lescure, D´Elbée, Cathelineau, Stofflet y Bonchamps, entra en Fontenay-le-Comte (Segunda Batalla de (Fontenay-le-Comte) el 25 de mayo y derrota a los 7.000 soldados del general Chalbos, de los cuales la mitad es hecha prisionera antes de retirarse.
Los sublevados piden a Cathelineau que encabece el movimiento
La semana siguiente, los estados mayores de los ejércitos del Centro y de Mauges deciden atacar Saumur; un destacamento de 1.500 republicanos es derrotado en Vihiers el 6 de junio, refuerzos republicanos procedentes de la Thouars son derrotados en Montreuil-Bellay el 8 de junio; los Blancos se apoderan de Saumur el 10 de junio, logrando apresar unos 15.000 fusiles y más de 60 cañones. Ante la desmoralización de los Azules, sólo cuatro jinetes consiguen por sí mismos apoderarse de La Flèche.
Sin embargo, mientras el estado mayor realista duda entre dirigirse a Nantes o marchar sobre París y atacar Niort, para destruir el ejército de Biron, a partir del 12 de junio, 20.000 de los 30.000 campesinos regresan a sus casas, minimizando así los éxitos de los días anteriores. Además existen rivalidades entre los muchos oficiales elegidos por sus hombres. Para asegurar la cohesión del conjunto, los jefes (procedentes de la pequeña nobleza) eligen "generalísimo" a un plebeyo: Cathelineau.
Dos días antes, el 10 de junio de 1793, Charette, que acabó imponiéndose a las otras bandas del Marais bretón, después de varios fracasos en abril, se apodera de Machecoul, defendida por 1.300 soldados, a la cabeza de unos 15.000 hombres. Este éxito abre el camino de Nantes.
François de Charette
Al mismo tiempo, el ejército de Lescure sale de Saumur, desciende el Loira y entra el 18 de junio en Angers, abandonado por los 5.000 soldados de la guarnición. Charette le propone unir todas las fuerzas y apoderarse de Nantes, de su puerto y de sus riquezas. Sin esperar, avanzan con 20.000 hombres.
En Nantes, a pesar de la división entre montañess y girondinos, no se procede a evacuar la ciudad y sí a organizar la resistencia, aprestando todas las armas y todos los barcos disponibles, creando y trincheras. El general Canclaux, jefe del Ejército de la Costa de Brest, cuenta con 3000 soldados de línea y jinetes, más de 2.000 voluntarios, 5.000 guardias nacionales y 2.000 trabajadores empleados reparación de armas, un total de 12.000 hombres. Frente a ellos los 15 000 realistas de Charette en la orilla izquierda del Loira y los 18 000 de Lescure en la margen derecha.
La resistencia de los revolucionarios y la falta de coordinación de los realistas, provoca que el asalto contra Nantes fracase. Charette ordenó el bombardeo de la ciudad y decidió retirarse. Las columnas del segundo ejército dirigido por Bonchamps, D´Elbée y Cthelineau fueron llegando a las inmediaciones de Nantes, pero la ciudad siguió resistiendo. Durante los combates se produce la muerte de Cathelineau que provocó la desmoralización de los campesinos y su retirada. D´Elbée asumió entonces el mando.
El general católico-realista Louis de Lescure
Al mismo tiempo, Biron, comandante en jefe del Ejército de la Costa de La Rochelle, ordenó Westermann que llevara a cabo un ataque de distracción en el corazón de la "Vendée". A la cabeza de 2.500 hombres se apodera de Châtillon, la capital de los insurgentes, el 2 de julio de 1793. Liberaron a 2.000 prisioneros republicanos, saquearon la ciudad y se incautaron los archivos del Consejo Supremo de los Blancos.
Al día siguiente, 25.000 campesinos se encuentran en las afueras de la ciudad y atacan. Westermann logra escapar in extremis con sólo 500 hombres, dejando 3.000 muertos y heridos, sus armas y cientos de prisioneros. Sin embargo este ataque en su retaguardia convence a los blancos de la inutilidad de intentar un segundo asalto contra Nantes. Para proteger su territorio, los insurgentes cruzan a la orilla izquierda del Loira.
Durante los meses de julio y agosto, los combates son indecisos y victorias y derrotas se compensan en uno y otro bando.
Los líderes de la Vendée están divididos en cuanto a la conducción de las operaciones que se realizarán. Bonchamps aboga por una ofensiva al norte para provocar la insurrección de Bretaña y Maine, mientras que D´ Elbée es favorable a atacar las ciudades del sur, consideradas más vulnerables y capturar el puerto de La Rochelle.
La Convención reacciona finalmente y envía a la Vendée a los generales Kléber y Carrier con el encargo expreso de aplastar la rebelión.
Por su parte, los sans-culottes de Saumur y Angers se ocuparán de hacer crecer el odio de los habitantes hacia los rebeldes, incorporando a civiles en las acciones militares de las tropas revolucionarias
El 8 de septiembre, las tropas de la Convención, con Kléber a la cabeza, comienzan su ofensiva y arrollan la resistencia realista. Port Saint Père, Machecoul y Legé caen sin una lucha. Charette se ve obligado a salir del Marais Bretón para unirse al ejército de Anjou.
Siguiendo las órdenes recibidas, los republicanos comenzaron a quemar los pueblos y ciudades rebeldes por los que pasaban.
Las mujeres de la Vendée cierran el paso a los soldados que huyen de Kléber para que vuelvan al combate en la Batalla de Torfou