miércoles, 11 de diciembre de 2013

MIGUEL I: LOS ROMANOV LLEGAN AL TRONO DE RUSIA

File:Coat of Arms of Russian Empire.svg

Se viene conmemorando durante este año 2013, con diferentes actos, dentro y fuera de las fronteras rusas, el IVº Centenario de la subida al trono de la Dinastía de los Romanov, en la persona del Zar Miguel I.
Hoy dedicamos a este soberano nuestro perfil biográfico:

Miguel I de Rusia (Mijaíl Fiódorovich Románov, Михаи́л Фёдорович Рома́нов), nació el 21 de julio de 1596 .
Hijo del boyardo de origen cosaco Fiódor Nikítich Romanov y Ksenia Shestova, se convirtió en sucesor de Basilio IV, siendo el primer miembro de la familia Románov en ocupar el trono de Rusia. 
A la muerte de Basilio IV (1610) se abrió un interregno que fue aprovechado por el rey polaco Vladislao III Vasa, con el apoyo de los Siete Boyardos, para hacerse con el control de Rusia.
Pero los rusos expulsaron a los polacos de Moscú en 1612 y se pensó que había llegado el momento de elegir un soberano.
Reunida la asamblea nacional, el Zemski Sobor, fue elegido unánimemente Miguel Romanov como nuevo Zar de Rusia el 11 de febrero de 1613. El joven era sobrino nieto de Iván IV y pertenecía a una prestigiosa familia. Sin embargo, hasta el 24 de marzo los delegados del Consejo no lograron dar con el paradero del joven zar y su madre en el Monasterio de Ipátievski, cerca de Kostromá. 
Según las leyendas, al conocer la elección del nuevo zar ruso, los polacos intentaron asesinarlo para que no ascendiera al trono, para lo cual enviaron un destacamento al monasterio de Ipátievski. Sin embargo, la suerte parecía estar del lado de Miguel: un sencillo campesino, Iván Susanin, llevó a los polacos a un frondoso bosque sin salida. Los polacos mataron a Susanin pero perecieron en el bosque. En el siglo XIX el compositor ruso Mijaíl Glinka glorificó el sacrificio del joven campesino en la ópera La vida por el zar.
File:Michail I. Romanov.jpg
Miguel I, el primer Zar de los Romanov
Ksenia alegó que su hijo era demasiado joven para ostentar ese cargo en tiempos tan problemáticos, pero, en el último momento, Miguel consintió en aceptar el trono y fue coronado el 22 de julio de 1613.
Rusia estaba en una situación muy delicada: destrozada por los años de la Época de las Revueltas (o “Periodo Tumultuoso”), las rebeliones internas y las invasiones de los suecos y polacos. Los primeros había ocupado Veliki Novgorod y los segundos habían tomado el kremlin de Smolensk.
Además, los boyardos se enfrentaron en interminables querellas internas y aparecieron bandoleros por todo el país. La mayoría de las ciudades importantes estaba desestructurada o despoblada y decenas de miles de personas habían muerto en batallas y disturbios.
Además, el país se quedó sin la cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa dado que el patriarca de Moscú y Toda Rusia, Guermoguén, fue encarcelado en 1611 por los polacos en el monasterio de Chúdov, donde murió de hambre.
Miguel I entró en la historia de Rusia como un zar de carácter apacible y blando (fue apodado “el Dulce”) y fácilmente moldeable por su entorno. Todos los éxitos del período de su reinado suelen atribuirse a su padre, el patriarca Filareto. Pero los últimos doce años, decisivos en el desarrollo de la historia rusa, Miguel I gobernó sin el apoyo paterno.
Mediante la Paz de Deúlino (1618), que ponía fin a la guerra entre rusos y polacos, se permitió el retorno del exilio del padre del zar, quien en adelante tomó el gobierno hasta su muerte en octubre de 1633, mientras Miguel ocupaba una posición absolutamente subordinada.
La personalidad del padre de Miguel merece atención especial. Siendo uno de los posibles candidatos al trono, fue capturado por los polacos y estuvo en cautiverio desde 1611. En 1619 fue liberado como resultado de un canje de prisioneros y volvió a Rusia, donde encabezó el Patriarcado moscovita con el nombre de Filareto. Desde aquel momento en el Estado ruso se estableció de facto la dualidad de poderes (diarquía). En realidad esta medida no era oficial pero el joven monarca no hubiera podido salvar de otro modo la profunda crisis en la que se encontraba el país tras la Época de las Revueltas.
Moneda conmemorativa del IIIº Centenario de la Dinastía Romanov (1913)
Con la ayuda de su padre, Miguel I consiguió paulatinamente restablecer el orden y contener las invasiones extranjeras. Además, fortaleció las fronteras occidentales del Estado al concluir sendos tratados de paz con Polonia y Suecia.
Con el país escandinavo firmó la Paz de Stolbovo en 1617 y con Polonia firmó la ya citada Paz de Deulino en 1618, aunque en 1632 estalló la guerra ruso-polaca que duró dos años. En 1634 se puso fin definitivamente al conflicto entre Rusia y Polonia con la renuncia del rey Vladislao IV Vasa de Polonia al trono de Rusia.
Gracias a Miguel I cesaron las invasiones tártaras que habían dejado las fronteras meridionales de Rusia totalmente devastadas. Además, reorganizó el Ejército ruso con la formación de nuevos destacamentos, mejorando también el municionamiento y reabasteciendo de armamentos más adelantados.
Archivo: Miguel de Rusia Signature.svg
Firma de Miguel I, cuya dinastía, la Romanov, reinaría en Rusia hasta 1917
El Zar estableció un nuevo sistema político-administrativo de dirección del Estado, voyevodstva, que extendió por toda Rusia y que existió en el país hasta 1775. El monarca desarrolló unas reorganizaciones interiores que fortalecieron el feudalismo y en 1636 instituyó la adscripción de los campesinos a la tierra.
Al inicio de su mandato se reunían periódicamente la Asamblea Nacionale (Zemski Sobor). Además, todos los problemas principales se discutían con la Duma de boyardos, el consejo de nobles rusos.
Miguel I se casó en dos ocasiones, la primera en 1624 con María Dolgorúkova, que murió cuatro meses después sin tener hijos, y en 1626 con Yevdokía Streshniova, con quien tuvo nueve hijos, tres niños y seis niñas.
Se considera que la misión principal del zar Miguel I en la historia de Rusia fue acabar con el periodo de inestabilidad y preparar al país para el reinado de un heredero digno.
El zar Miguel I sufrió una grave herida en la pierna a consecuencia de un accidente de caballo lo que le hizo imposible caminar hasta su muerte.
Falleció el 13 de julio de 1645, siendo sucedido en el trono por su hijo Alexis I.


Grupo escultórico de reciente factura que muestra a Miguel I y a Nicolás II, primero y último de los Romanov en en trono de todas las Rusias

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