domingo, 8 de junio de 2014

LA IGLESIA DE SAN SALVADOR DE CORA


Estandarte imperial de los Paleólogos
Diseño: Dragases

La Iglesia de San Salvador de Cora (Μονή Χώρας  o Kariye Camii), está considerada como uno de los más bellos ejemplos de Iglesia bizantina que pueda contemplarse en la actualidad. Se sitúa en el distrito de Edirnekapi de Estambul (Turquía), intramuros de la muralla de Teodosio y cerca de una de sus puertas.
Originalmente existió un monasterio que se fundó en el siglo IV en una acrópolis en el lugar donde se encontraron las reliquias de San Babilas, Obispo de Antioquía que murió martirizado durante la persecución de Decio, y 84 de sus discípulos. La iglesia del monasterio estaba consagrada a Cristo con el nombre de Iglesia del Sagrado Salvador en el Campo (Χώρᾳ: campo). Por ello Chora se refiere a que estaba situada a extramuros de la muralla de Constantino (en el campo, en el extrarradio). 

Vista posterior de la Iglesia de San Salvador de Cora
Foto: Gryffindor
Cuando la muralla de Teodosio fue erigida entre los años 413-414, la iglesia pasó entonces a estar dentro de los muros defensivos de Constantinopla, pero siguió conservando su apelativo de Cora.
Justiniano I empezó a reconstruir la Iglesia alrededor del año 536 pero no pudo terminarse totalmente por un terremoto que se produjo el 6 de octubre de 557. El emperador ordenó entonces la construcción de un monasterio e iglesia de mayor tamaño, dedicando una de las tres capillas a María. En el siglo VIII, durante el período iconoclasta, sufrió grandes daños en las imágenes representadas.
Sin embargo, la mayoría de lo que puede verse hoy día data de 1077-1081, cuando María Dukaina, suegra de Alejo I Comneno reconstruyó la Iglesia de San Salvador de Cora en forma de cruz griega inscrita, que servirá posteriormente de modelo para las iglesias ortodoxas hasta el siglo XVIII.
A principios del siglo XII, la Iglesia sufrió un derrumbe parcial, probablemente debido a un terremoto. Fue entonces reconstruida por el príncipe Isaaac Comneno, el tercer hijo de Alejo I. A principios del siglo XIII fue saqueada por los Cruzados. 
A partir de la tercera fase de construcción, ya en el S.XIV, la Iglesia adquiere el aspecto que tiene en la actualidad. El poderoso magnate de la corte de Andrónico II Paleólogo, Teodoro Metoquites, un intelectual de la época, añade el  exonártex  y el paraclesion (cripta) de la Iglesia y dota a San Salvador de Cora de mosaicos y frescos, estableciendo una historiografía cronológica religiosa. Esta impresionante decoración interior fue realizada entre 1315 y 1321. Los mosaicos son uno de los mejores ejemplos del Renacimiento Paleólogo.

Vista interior del ábside del paraclesion
Foto: Gryffindor
En 1328 se produjo un golpe de estado en el que Andrónico II se vio forzado a abdicar a favor de su nieto Andrónico III Paleólogo, siendo Teodoro Metoquites condenado al exilio en Didymoteicha (Tracia). Sin embargo, Teodoro conseguirá, dos años más tarde, ser autorizado a volver a Constantinopla, con la condición de que viviese como monje en el mismo Monasterio de Cora, donde murió en 1332.
Durante el último asedio de Constantinopla en 1453, el Icono de la Theotokos Hodogetria (La que muestra el camino), considerado protector de la Ciudad, se llevó a Cora como ayuda para los defensores contra el asalto de los Otomanos.

Andrónico II Paleólogos
Después de la conquista de Constantinopla por los turcos, Atık Ali Paşa, Gran Visir de Bayaceto II transformó la Iglesia en Mezquita (Kariye Camii) en 1511. Debido a la prohibición de representar al hombre en el Islam, se recubrieron los frescos y mosaicos con una capa de yeso para ocultarlos, sin llegar a destruirlos, aunque esto, junto con los terremotos, frecuentes en la zona, han dejado su huella en las imágenes.
En 1948, Thomas Whittemore y Paul A. Underwood, del Byzantine Institute of America y del Centro Dumbarton Oaks para Estudios Bizantinos, patrocinaron un programa de restauración. A partir de entonces, el edificio dejó de ser mezquita y en 158 se abrió al público convertido en Museo, el Kariye Müzesi.
La Iglesia es pequeña comparada con otras iglesias de Estambul, pero lo que pierde en tamaño se compensa con creces por la majestuosidad del interior, como es frecuente en la arquitectura bizantina. El edificio consta de tres partes principales: Nártex o vestíbulo, Naos o cuerpo principal de la Iglesia y el Paraclesion o capilla adyacente funeraria. El nártex a su vez se divide en dos partes: el nártex interior o esonártex y el nártex exterior o exonártex que son contiguos. El esonártex formaba parte de la construcción original.
El templo tiene seis cúpulas, dos en el Esonártex, una en el Paraclesion y tres en la Naos. La cúpula más grande, de 7,7 m de diámetro se encuentra en el centro de la Naos.
Los mosaicos y frescos presentes en San Salvador de Cora son, por su calidad y cantidad, una de las obras pictóricas más importantes legadas por los artistas bizantinos. Se realizaron contemporáneamente a la época de Giotto en Italia. Sin embargo, las pinturas italianas de la época no comparten el trazo tradicional, muy estilizado, del arte bizantino. Los graciosos movimientos de los personajes dan a sus representaciones una ligereza y elegancia incomparable, por otro lado subrayadas por una fresca coloración. Además la vasta gama de temas bíblicos dan una idea de la fuerza creadora de los maestros bizantinos a pesar del orden iconográfico impuesto. El tema principal de estos mosaicos, ricos en detalles, es la encarnación de Dios en Hombre y la salvación aportada a la humanidad. La resurrección de Cristo es el motivo central de los frescos de la capilla funeraria y viene a completar esta noción de salvación.
Al entrar, la mirada lleva enseguida a la representación del Cristo Pantocrátor por encima del pórtico del nártex interior. En el lado opuesto, encima de la entrada principal, se encuentra la Virgen María.
Después de franquear el nártex exterior se puede ver el mosaico que representa al benefactor de la Iglesia, Teodoro Metoquites, arrodillado y con turbante, que la presenta a Cristo. 
Teodoro Metoquites ofrece la iglesia de San salvador de Cora a Cristo
Foto: Griffyndor

Dos iconos de San Pedro y San Pablo, en mosaico, franquean el pasillo. La cúpula meridional muestra un Cristo Pantocrátor y su genealogía, la del norte presenta a María y sus antepasados.
Genealogía de la Virgen María
Foto: José Luiz
En la bóveda bajo la cúpula del esonártex, el ciclo, que contaba originalmente con veinte escenas, comienza con la vida de María, tema muy popular en la Edad Media. El ciclo de imágenes en el nártex exterior comienza con la infancia de Jesús y prosigue en el nártex interior con la representación de los milagros públicos de Cristo.
Cúpula con la genealogía de Cristo
Los pórticos centrales del esonártex conducen al cuerpo principal de la Iglesia, la Naos. La mayor cúpula de la iglesia se localiza en el centro de la naos. Dos cúpulas de menor tamaño flanquean el modesto ábside: la del norte se localiza sobre la prótesis que la enlaza sobre un pequeño pasillo a la bema o tribuna elevada; la cúpula sur se localiza sobre el diakónikon, al que se llega a través del paraclesion. La Dormición de la Virgen (Koimesis) se representa en un mosaico por encima de la puerta central de la nave. El niño que tiene el Cristo detrás simboliza su alma. 
La Dormición de la Virgen
Foto: José Luiz
Este mosaico de composición clásica es el único representante que nos ha llegado de un conjunto de mosaicos que representan las Doce Fiestas y que ocupaban toda la nave. Sin mobiliario y desprovisto de otras decoraciones, la naos no deja más a la vista que el mármol que lo decora y da una impresión de frialdad, reforzada por los tonos azules y verdes de las venas del mármol así como su escasa iluminación.
A la derecha del exonártex, se abre la capilla adyacente o paraclesion. El paraclesion se utilizó como capilla funeraria para enterramientos de familias o para contener monumentos conmemorativos. En la pared norte se encuentra el arcosolio con la tumba de Teodoro Metoquites y en el arcosolio de la pared sur su amigo y Gran Condestable de la Corte de Andrónico II, Miguel Tornikes. La cúpula que contiene es la segunda por tamaño de la Iglesia  y se sitúa en el centro del paraclesion. Un estrecho pasillo une el paraclesion a la naos y a los lados se encuentran un pequeño oratorio y un almacén. Las paredes y los techos del paraclesion están principalmente recubiertos de frescos. Al fondo del paraclesion, en el ábside, se encuentra la obra maestra de la iglesia: un fresco que representa la Bajada a los Infiernos o "Anástasis", donde aparece Cristo que saca a Adán y Eva de sus sepulcros, San Juan bautista, Avid y Salomón
El famoso fresco de la Anástasis
Foto: José Luiz

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