lunes, 8 de septiembre de 2014

LA BATALLA DE KULIKOVO (1380)

El Gran Príncipe de Moscú Dimitri Ivanovich, luego conocido como Dimitri Donskoi

La Batalla de Kulikovo (Куликовская битва), librada el 8 de septiembre de 1380, enfrentó a los tártaros y mongoles contra los rusos en la llanura de Kulikovo Polie, próxima al río Don. En la batalla, los rusos y rebeldes lituanos al mando del Gran Príncipe de Moscú, Dimitri Ivánovich, luego apodado "Donskoi" (del Don), vencieron a los tártaros, mongoles y lituanos al mando del Kan Mamái.
El ascenso del Gran Duque de Moscú, Dmitri Ivánovich, coincidió con la decadencia de la poderosa Horda de Oro, que antes de la muerte de su padre, Iván II, ya había comenzado a dar muestras de su debilidad frente a una política más centralizada en Moscú. Dmitri inició su reinado con varias incursiones sobre los principados vecinos, ocupando ciudades como Starodub, Dmítrov y Gálich. Mientras tanto, el príncipe Mijaíl de Tver, volviéndose a levantar tras la derrota infringida por Moscú y la Horda de Oro en vida de Iván II, intentaba realizar una alianza fallida con el Kan de Sarai (capital de la Horda), para vengarse del ducado Moscovita. Al no obtener éxito en esta tentativa el Príncipe de Tver optó por aliarse con el Duque Olgierd de Lituania.
Cartel patriótico ruso de 1914 con la imagen de Dimitri Donskoi
Los desesperados movimientos de Mijaíl de Tver, obligaron al Duque de Moscú a convocar a sus aliados a una reunión en el Kremlin. Los representantes de Ducado moscovita y 19 principados rusos, entre ellos, Rostov, Briansk, Beloózero, Starodub, Smolensk, Riazán, Gálich, Sérpujov y Kaluga. De esta reunión surgió una Santa Alianza y los destacamentos de cada principado se unieron en Moscú con el objetivo de atacar Tver. Frente a esta amenaza, el príncipe Mijaíl de Tver envió un embajador a Lituania para pedirle ayuda a su aliado. No obstante, el Gran Duque Olguierd ya había firmado un armisticio con Dmitri, absteniéndose así de ayudar a Mijaíl.
El Kan Mamái, inquietado por la poderosa coalición liderada por Dmitri, además de los informes de su corte de una pretendida conspiración de la alianza rusa contra la Horda, decidió aceptar la propuesta de Mijaíl de Tver y convocó a Dmitri a Sarai con el fin de asesinarlo. Éste se negó a ir e hizo matar a los embajadores del Kan, preparándose entonces para un conflicto abierto contra la Horda de Oro.
El preludio de la Batalla de Kulikovo fue un duelo entre dos guerreros, el monje Aleksandr Peresvet, y el héroe de la Horda, Chelubéi. La leyenda cuenta que los guerreros se mataron uno al otro en la primera embestida.
Dimitri Donskoi en el momento cumbre del combate
El enfrentamiento entre los dos ejércitos comenzó con éxitos del lado mongol. El Gran Kan y su mariscal, Kotchuke, lanzaron una poderosa carga de caballería que desintegró rápidamente a su contraparte rusa e hizo retroceder poco más de un kilómetro a la infantería. El Gran Duque de Moscú, creyendo ya perdida la batalla, dió la orden al ejército de reserva (dirigido por Dmitri Bobrok) de lanzarse al combate. Sin embargo, el príncipe de Sérpujov (primo hermano del Gran duque), intervino enérgicamente:
"¡No, Dmitri Ivanovitch, espera que el sol hiera los ojos de los tártaros! Entonces soltaremos a Bobrok..."
Cuando el sol empezó a descender, aproximadamente tres horas después de iniciada la batalla, fue cuando la reserva de Bobrok lanzó la ofensiva y atacaron a los enemigos cegados. Los rusos se abrieron camino entre hachazos y acabaron rápidamente con el ejército mongol. El Gran Kan, herido por el príncipe de Kozelsk, logró escapar a Crimea, donde fue finalmente asesinado por sus enemigos, dejando la Horda al mando de Toqtamish.
El Gran Príncipe Dimitri Donskoi es curado de sus heridas tras la batalla
La Horda de Oro, además del apoyo recibido por Suecia y algunas tribus finlandesas de la costa del Mar Báltico, contó en su vanguardia con un destacamento importante de genoveses. La razón de esta alianza parece justificarse en la propuesta del Gran Kan de cederle la ciudad de Sudak, situada en el Mar Negro, a la República de Génova a cambio de su apoyo contra los rusos. El rencor de éstos contra los católicos data posiblemente de esa época.
Columna conmemorativa de la victoria rusa de Kulikovo
Foto: Arssenev
La batalla de Kulikovo no significó la destrucción de la Horda de Oro, puesto que los mongoles y tártaros, al mando de Toqtamish, dos años después de la derrota, lanzaron una ofensiva contra los principados rusos. En el curso de esta ofensiva, Moscú llegó a ser saqueada.
Sin embargo, Kulikovo fue el principio del fin del dominio mongol sobre Rusia, que terminaría finalmente con la Batalla del río Ugra cien años después. 
La batalla de Kulikovo tuvo una importancia espiritual clave para la unificación de Rusia. Los rusos fueron a la batalla de Kulikovo como ciudadanos de varios principados y volvieron como una nación rusa unida.

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