martes, 15 de septiembre de 2015

DOÑA GERMANA DE FOIX, REINA Y VIRREINA

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Armas de doña Germana de Foix como Reina consorte (1505-1516) de Fernando el Católico
Diseño: Heralder
Germana de Foix nació en Foix, actual territorio pirenaico francés, en 1488. Era hija de Juan de Foix, conde Etampes y vizconde de Narbona, y de María de Orleans, hermana de Luis XII de Francia.
El 19 de octubre de 1505, a los 18 años de edad, se casó por poderes en la localidad palentina de Dueñas con Fernando II de Aragón, de 53 años, viudo de Isabel la Católica desde hacía casi un año. La boda se celebró en cumplimiento de los acuerdos de paz firmados entre Luis XII de Francia y Fernando el Católico en el Tratado de Blois. En los pactos, el rey de Francia cedió a su sobrina los derechos dinásticos del Reino de Nápoles y le concedió el título de rey de Rey de Jerusalén, derechos que retornarían a Francia en caso de que el matrimonio no tuviese descendencia. A cambio, el Rey Católico se comprometió a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio. Esta boda levantó las iras de los nobles de Castilla, ya que lo vieron como una maniobra de Fernando el Católico para impedir que su hija, la reina doña Juana, heredase la Corona de Aragón.
El 3 de mayo de 1509 nació en Valladolid el único hijo de la pareja, Juan de Aragón y Foix, lo que suponía la separación de los reinos de Castilla y Aragón, pero murió a las pocas horas de nacer.
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La Reina doña Germana de Foix
El 23 de enero de 1516 muere su esposo, Fernando el Católico, tras dos años con problemas de salud, por tomar, según se decía, unas hierbas con la esperanza de lograr sucesión de Germana. Fernando dejó en testamento a Germana unas rentas anuales de más de 50.000 florines, un usufructo de viudedad que quedaría anulado en caso de contraer matrimonio. En la última carta a su nieto Carlos, Fernando el Católico le encomienda que no abandone a su viuda, «pues no le queda, después de Dios, otro remedio sino sólo vos...» y le encarece que le sean satisfechas las rentas que le habían sido asignadas. Al enviudar, Germana se traslada a Castilla.
Silvia Alonso, como Germana de Foix y Rodolfo Sancho, como Fernando el Católico; en un fotograma de "La corona partida"
Foto: RTVE
A su llegada a Castilla en 1517, Carlos I con 17 años, conoció a su abuelastra, Germana de Foix, de 29 años; una mujer discreta y afectuosa que aún no padecía los problemas de obesidad que tuvo más tarde. En la primera entrevista mantenida con la viuda en Valladolid se mostró muy afable con ella y comenzó a organizar torneos y banquetes en su honor. Pronto surgió entre los dos una apasionada relación amorosa de la que nació una hija, Isabel, y aunque nunca fue reconocida oficialmente, Germana de Foix se refiere a ella en su testamento como la «infanta Isabel» —título que no le podía corresponder— y a su padre como «el emperador». La niña residió y fue educada en la Corte de Castilla.
En 1519 Germana de Foix, acompañó a Carlos I de España y a la hermana de éste, Leonor, a Zaragoza y Barcelona para celebrar Cortes y ser jurado como rey. Allí se decidió, para lavar la imagen del futuro emperador ante la opinión pública, el casamiento de Germana de Foix con Johann, marqués de Brandenburgo, del séquito personal del monarca, poniendo así fin a los amores con su abuelastra. Carlos I la nombró virreina y lugarteniente general de Valencia y al marqués de Brandeburgo, capitán general del reino.
La actriz Nathalie Poza interpreta a Germana de Foix en la serie de RTVE: "Carlos, Rey-Emperador"
Foto: RTVE
Pero Germana quedó pronto viuda y el Emperador ordenó un nuevo matrimonio con Fernando de Aragón, duque de Calabria. Carlos I los nombró virreyes y lugartenientes generales de Valencia, desde donde ejercieron un gobierno autoritario y represor. Hubieron de hacer frente al bandolerismo y las luchas internas, a la piratería ejercida desde el norte de África, al endeudamiento de los nobles y a la rebelión de los moriscos. Durante su mandato impulsó una feroz persecución contra los agermanados, cuyos bienes fueron confiscados, y emprendió un proceso de refeudalización. Contó con la ayuda de los nobles para esta causa, que luchaban contra el envío de un memorial con reivindicaciones antinobiliarias por parte de la llamada Junta de los Trece.
Germana de Foix murió en Liria (Valencia) a los 49 años de edad. El testamento lo hizo conjuntamente con su esposo, y en él se dejaban los bienes uno a otro en vida; pero a la muerte de ambos debían pasar a la Orden de los Jerónimos. Para cumplir la voluntad de su viuda, el Duque de Calabria promovió la construcción del Monasterio de San Miguel de los Reyes (Valencia), cuyas obras comenzaron en 1548 y se prolongaron durante los siglos XVII y XVIII.
Cenotafio de doña Germana de Foix en el Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia
Foto: www.jdiezarnal.com/valenciasanmigueldelosreyes.html
En una masía del término municipal de Liria, denominada «el Espinar», y que fue propiedad de los jerónimos, se conserva la reproducción exacta de la lápida original que recoge el fallecimiento y el traslado de los restos mortales de Germana de Foix, en ella reza: «En este histórico monasterio a la sazón de los monjes Jerónimos falleció 15 de octubre de 1536 siendo Reina Gobernadora de Valencia Germana de Foix esposa que fue del rey D. Fernando el Católico Marquesa de Brandemburgo y Duquesa de Calabria. Cien clérigos con antorchas acompañaron sus restos mortales hasta Valencia, donde reposan en el Monasterio de S. Miguel de los Reyes. In memoria scripsit (Crónica del Reino de Valencia)».

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