jueves, 15 de octubre de 2015

EL EXABRUPTO

Dado su enorme interés, reproducimos hoy el artículo de nuestro siempre admirado amigo y maestro, don José María de Montells, sobre la legitimidad de Dom Duarte de Bragança, Jefe de la Casa Real de Potugal.
Desde "Salón del Trono" nos adherimos a sus conclusiones.


"EL EXABRUPTO"

(Por José María de Montells y Galán)

"Este invento del Facebook multiplica los efectos de cualquier conversación que uno mantiene. Me ha ocurrido a mí que, harto de que los partidarios de don Pedro Folque de Mendoza, antiguo Duque de Loulé, le presenten como jefe de la Casa Real de Portugal, tuve una discusión con don Nuno de Cámara Pereira, ex Marqués de Castel Rodrigo y famoso fadista de renombre y quise zanjarlo con un exabrupto del que me arrepentí al minuto de haberlo escrito. La verdad es que al momento pedí disculpas que fueron aceptadas, con caballerosidad y buen humor. Justo es reconocerlo. La ira súbita no es buena consejera. Nunca se debe perder la compostura. Sin embargo y aparte de la anécdota, para mí y para muchos otros, no hay otro Rey legítimo de Portugal que no sea SAR don Duarte de Braganza.
Ahora un colega de cuyo nombre no quiero acordarme, me reprocha que escribiese hace tiempo en favor de don Felipe Folque de Mendoza, conde de Río Grande y buen amigo mío. En ese artículo reflexioné sobre la posibilidad de considerar dinastas a los Loulé, sin que en ningún momento reconociese nada parecido a un supuesto derecho de don Pedro a la jefatura de la Casa Real de Portugal.
Dinastas de la Casa Real de España son don Pedro de Borbón Dos Sicilias, el nuevo Duque de Calabria o el lejano Duque de Aosta y a nadie se le ocurre proclamarles jefes de la Casa. Pues algo parecido. Dinasta significa miembro de la dinastía, nada más. Por no referirme al hecho de que el padre de don Pedro y don Pedro mismo, pidieron al Duque de Braganza el reconocimiento de sus títulos nobiliarios, lo que no parece nada consecuente con su actual reivindicación.
El máximo valedor de la candidatura de don Pedro, el susodicho don Nuno de Cámara Pereira fue otrora firme partidario de don Duarte y solo cuando el Duque de Braganza le negó el derecho de utilizar la dignidad de Dom, don Nuno se hizo adepto de don Pedro Loulé, realizando con éste, una estrambótica visita a Rosario Poidimani, hijo adoptado de la llamada doña María Pía de Sajonia Coburgo y Braganza, una supuesta hija bastarda y legitimada, de don Carlos, Rey de Portugal, también conocida como doña Hilda Toledano.
Luego don Nuno se ha distinguido por una cruel persecución en los juzgados republicanos contra don Duarte y la dinástica Orden de San Miguel del Ala, a la que pertenezco desde el año del pum, de la que se han apropiado, con el beneplácito legalista de los tribunales, tanto Loulé como don Nuno, quien ostenta la función de Comendador Mayor de la dicha Orden ficticia, aunque legal. Nada ha dicho el Tribunal Supremo del país vecino sobre las concesiones de don Pedro de las ordenes estatales de Santiago, San Bento de Avís y de la de Cristo, que otorga, como es sabido, el Gobierno de la República. La sentencia favorable al señor Cámara Pereira ha sido publicitada como un gran triunfo para la causa de estos supuestos “Orleáns a la portuguesa”. Pero la legalidad no siempre es sinónimo de legitimidad.
Digan lo que digan los tribunales de la República Portuguesa, la legitimidad está de parte de don Duarte de Braganza, un Braganza genuino, descendiente directo del Rey don Miguel I y Gran Maestre de la Orden de San Miguel del Ala. Intentar hacer ahora una causa política (constitucionalistas contra tradicionalistas) no es nada más que una excusa, un engaño, para mantener una pretensión averiada que no se sustenta ni en la historia ni en la genealogía.
En la fecha en la que falleció el último Rey de Portugal, don Manuel II, el 2 de Julio de 1932, no había descendientes portugueses legítimos ni de doña María II, ni de don Pedro IV. Por eso la sucesión recayó en los descendientes legítimos de don Miguel I, cuya representación recaía en don Duarte Nuno, su nieto y padre del actual Duque de Braganza.
Por otro lado, resulta revelador que los seguidores de la pretensión de Loulé silencien el pronunciamiento de 2006, del propio Ministerio de Asuntos Exteriores luso en favor del Duque de Braganza, como legítimo heredero de la Casa Real portuguesa, “por el reconocimiento histórico y tradicional del pueblo”, “por las reglas consuetudinarias de sucesión dinástica” y por el “reconocimiento tácito de las restantes Casas Reales de Europa y del Mundo” otorgando a don Duarte, en ese mismo documento, representatividad política, histórica e diplomática.
Soy ferviente admirador de la Casa de Braganza, siempre fiel a Dios, a la Patria y al pueblo luso, incluso creo que, sin faltar a la verdad, puedo llamarme amigo del Infante don Miguel, Duque de Viseu, hermano de don Duarte, por el que siento verdadero afecto y desde España contemplo toda esta mamarrachada como una conspiración zafia y rencorosa, impulsada por la venganza y la sinrazón. Sinceramente, para un español católico y monárquico, amante de Portugal y de su grandiosa historia, el asunto no tiene pies ni cabeza y sus impulsores deberían reflexionar sobre el flaco favor que hacen con su actitud a su propia Patria y a la Causa Monárquica que dicen defender.
VIVA PORTUGAL!!!!!!"


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