jueves, 29 de octubre de 2015

FIESTA DEL SANTO CÁLIZ

"Salón del Trono" se hace eco hoy de la convocatoria para la celebración de la fiesta anual en honor al Santo Cáliz que se custodia en la Catedral de Valencia 
El venerado Santo Cáliz
"Estimados Damas y Caballeros del Santo Cáliz:
Un año más nos disponemos a celebrar la fiesta anual en honor del Santo Cáliz que culminará con la Bendición Papal con la Sagrada Reliquia, y que tendrá lugar D.m. el jueves día 29 del corriente mes de octubre a las 19 horas, en la Catedral de Valencia, con el traslado procesional del Santo Cáliz al Altar Mayor.
La celebración Eucarística será presidida por el Cardenal Arzobispo S. Em. Rvdma. Mons. Antonio Cañizares LLovera, quien entregará réplicas del Santo Cáliz a diversas Parroquias de la Diócesis.
Nuestra fiesta, este año, es de especial relevancia, ya que por primera vez vamos a celebrar un Año Jubilar Eucarístico del Santo Cáliz, importantísimo hito en la historia de nuestra preciada reliquia, conseguido gracias al celo de Don Carlos y la personalísima actuación de nuestro Cardenal Don Antonio. Esta efemérides ha de servirnos como acicate para volcarnos en la tarea de dar a conocer la noticia del Santo Cáliz de la Cena del Señor y fomentar la participación, la piedad, la adoración y la excelencia de la eucaristía.
Quiero recordarles que el Papa Francisco ha convocado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que se abrirá el 8 de diciembre de este año, solemnidad de al Inmaculada Concepción, ocasión esta que debemos aprovechar para recordar y practicar las obras de misericordia comprometiéndonos a realizar acciones concretas y personales respecto de las mismas.
Queremos contar, en todos estos eventos, con su estimada y necesaria presencia, que tanta importancia tiene para nosotros como respuesta viva y verdadera manifestación de amor al Santo Cáliz. Habrá reservado en la Catedral un espacio destinado exclusivamente para ustedes.
Aprovecho la ocasión para recordarles que la misa del jueves día 12 de noviembre es por inteción de los cofrades difuntos. No necesito recordarles la importancia de la oración comunitaria, y que cuando nos reunimos Dios está con nosotros, y en estas fechas tan señaladas de todos los Santos y el recuerdo de los difuntos, la oración de todos nosotros, unidos en la eucaristía, es doblemente eficaz y agradable a los ojos del Señor.
Esperando su asistencia y la de sus familiares y amigos el día 29 de Octubre a las 19 horas, reciba un cordial saludo.
Firmado: Antonio Rosi. Presidente de la Cofradía".
cofradia
Historia de la reliquia del Santo Cáliz
Existe una  referencia   del  canónigo  de  Zaragoza don  Juan  Agustín   Carreras  Ramírez, quien   en  su «Vida de San Lorenzo»,  t. I, p. 101,  afirma la existencia  de  un  supuesto  <<Auto>>  de  14  de  diciembre   de 1134,  según  el  cual  se  decía  en  latín   que  «En  un arca  de  marfil  está  el  Cáliz  en  que  Cristo  Nuestro Señor consagró  su Sangre,  el cual envió San Lorenzo a su Patria, Huesca».  Este  sería  ciertamente el  primer  documento  con   valor   histórico;  pero   pierde esta  validez  al  no  haber  podido  ser  hallado. De aquí que sea en 26 de septiembre de 1399 el momento en  que  se  inicia  de  modo  indiscutible la plena  historia  documentada del Santo Cáliz,  cuando el rey Martín  el Humano,  el mismo que motivará el Compromiso de Caspe al morir sin sucesión,  al enterarse,  poco después  de coronado, de que en el monasterio   de  San  Juan  de  la  Peña  se  conservaba   el Santo Cáliz del Señor, llevado de su gran piedad y devoción  a  las  reliquias,  entró  en  deseos  de  poseer tan  preciada  joya. Hecha  la petición  a los monjes del Monasterio,  resolvieron  éstos  por  unanimidad  satisfacer el piadoso deseo del rey. Así lo hicieron, con otorgamiento de la correspondiente escritura  pública que lleva la fecha arriba  indicada,  recibiendo  por su parte,  del  agradecido monarca,   el espléndido  regalo de otro valioso cáliz, éste de oro, que por cierto desapareció, fundido, en el incendio  que el 17 de noviembre  de 1494 sufriera  San Juan de la Peña.
El Santo  Cáliz pasó entonces a ser venerado  en la Capilla del Real Palacio de la Aljafería, en Zaragoza, como  joya integrante de  los  tesoros  y  reliquias  de la capilla  real  propiedad  de  los  monarcas  de la Corona  de  Aragón,  hasta  que  veintitrés años  después, al decidir  el rey don Martín  trasladar su residencia  a Barcelona.  en  donde   murió,  llevó  consigo  las  reliquias de que era  poseedor  y con ellas el Santo  Cáliz, como  se  desprende de  la  lectura  del  Inventario  de bienes que a poco de la muerte del rey se hiciera, en septiembre de 1410.
Medalla de la Cofradía del Santo Cáliz
Le sucede  en el Reino,  como  resultado  de su mayor derecho  reconocido en el Compromiso de Caspe. su  sobrino,  don  Fernando de  Antequera, a quien  le sigue su  hijo Alfonso  V el Magnánimo.  Muy  amante éste  de Valencia,  realizó  en ella espléndidas  obras de  reconstrucción, como  las  llevadas  a  cabo  en  la Casa de la Ciudad; erigió en el convento  de Santo Domingo la primorosa  Capilla de los Reyes;  reformó y embelleció  notablemente los salones  y jardines del Palacio  Real -situado entonces  donde  hoy se alzan las llamadas  montañitas de Elío,  restos de aquél,  en los  Jardines  llamados  por  su  origen  del  Real, al  que  hizo trasladar  también magníficas  obras  de  arte;  trofeos  obtenidos en  sus campañas victoriosas, como  las cadenas el puerto  de Marsella,  que  rompiera  en  audaz   aventura  marinera, y gran  número de reliquias, entre las que figuraba en  lugar   destacado  el  Santo   Cáliz   de  la  Cena   del Señor.
Más  adelante, por  razón  de  sus  ausencias, y con el propósito de garantizar una mayor  seguridad, depositó  el cuerpo de San  Luis,  obispo  de Tolosa,   juntamente con  otras reliquias y alhajas en  la Catedral valenciana. Poco  después, ante   una  nueva  ausencia motivada   por  nuevas  campañas, hizo  hacer  depósito de las restantes reliquias que le quedaban, delegando su custodia y conservación en  mosén  Antonio Sanz, canónigo  de  la  Catedral  de  Valencia   y capellán   mayor  de  la  capilla  del  real  palacio.
San Juan Pablo II contempla el Santo Cáliz
Y así  llegamos  al  18 de  marzo  de 1437, en  que  a la  muerte   del  mencionado mosén   Antonio Sanz.  el ((muy alto  Señor  don  Juan,  rey de Navarra, Gobernador  a  la  sazón   de  Valencia   y  lugarteniente de  su hermano Alfonso»,  ordena, en nombre del Rey Magnánimo,  que  se  hiciera   donación   definitiva de  joyas y  reliquias   al  Cabildo catedralicio  de  Valencia, lo que así se hizo, mediante la redacción del correspondiente documento público  que  formalizaba la entrega  de la  donación   e inventariaba el  contenido de la  misma,   firmando  don   Pedro  de  Anglesola,  por parte del rey, y don  Jaime de Monfort por parte  del honorable Cabildo, ambos  notarios públicos.
En dicho  documento, entre la  relación  de las  di­versas joyas y reliquias donadas, se  lee: <<lo calcer Hon  Jesucrist, consagrá lo  dijous  de  la  cena,  fet  ab dues anses  dor ab lo peu de la color  que lo dit  calcer es guarnit  al entorn dor  ab  dos  balays  e dos  maragdes en lo peu e ab vinthuyt perles  convinent de gruig de  un  pesol entorn  del  dit  calcer>> (Nota]  de  Jaime Monfort, vol.  3.532).
A partir  de esta fecha continúa el Santo Cáliz ininterrumpidamente  en   la   Catedral  de   Valencia hasta  el mes de  marzo  de  1809, en  que,  con  motivo de la invasión  francesa y consiguiente iniciación   de la Guerra  de la Independencia, inicia  un  movido  peregrinaje  que  le permite quedar a salvo  de la  rapacidad  y los  desmanes de  las  tropas napoleónicas.
El lugar  la  primera  salida  el  18 de  marzo  de 1809;   el Santo  Cáliz  es trasladado a Alicante, desde donde  regresará  a Valencia  a fines de enero  de 1810. En marzo  del mismo año  es llevado a Ibiza, igualmente por  motivos  de seguridad. En febrero  de  1812  pasa  de  Ibiza  a  Palma   de Mallorca.
Y en  septiembre  de  1813  regresa   desde   Palma de  Mallorca a la  Catedral de  Valencia  y se  redacta el  último  inventario de  este  periplo,  en  el  que,  con el  número   29,  se  lee:    <<La   caxa  de  plata  que  con­ tiene  el Santo  Cáliz  de  la Cena.»
S.S. el Papa Benedicto XVI eleva el Santo Cáliz en una celebración eucarística
A partir  de esta fecha continúa siendo  venerado ininterrumpidamente, primero en la Capilla de las Reliquias (ábside  de la Sala  Capitular), y  a partir  de 1916  en  el  Aula   Capitular  Antigua   (actual   Capilla del Santo Cáliz).
El 21 de  julio  de  1936,  en  los  comienzos de  la guerra  civil española, viene a ser providencialmente salvado  del  incendio y  saqueo   de  la  Catedral,  con ello de una profanación inminente y, tal vez. de una pérdida  irreparable, por los canónigos  señores Olmos y  Senchermés y  el  reverendo  señor   Colomina.  Se procede  a esconderlo primero en diversos  domicilios particulares de la ciudad, y luego  en la población  de Carlet,   donde   pudo   permanecer oculto   hasta   el  30 de  marzo   de  1939  en  que,  finalizada   la  contienda, pudo  ser  retornado a  Valencia, a cargo  de  la  Junta Recuperadora del Tesoro Artístico Nacional, y en­tregado  oficialmente,  pocos   días  después,   el  9  de abril,  al  Cabildo Metropolitano en  el  Palacio   de  la Lonja,  en  donde,   por  el  mal  estado de  la  Catedral. que  había  sido  profanada y sufridos graves  deterioros, se celebraron los  oficios  de Semana  Santa.  Terminados éstos,  fue  guardada la Sagrada  Reliquia  por el  Arzobispo don  Prudencia Melo  y  Alcalde,  en  el oratorio que provisionalmente ocupaba,  por estar también  destruido el Palacio  Arzobispal, hasta  que adecentada  la  maltratada  Catedral, se  le  reintegró a  ésta,  el 9 de  julio del  mismo  año,  primer  domingo de  dicho  mes  y fiesta  hasta  entonces tradicional del Santo Cáliz.
Una nueva  salida,  esta  vez triunfal   y por  tierras de Aragón, tiene Jugar en 1959 con motivo de la celebración  de las fiestas conmemorativas del XVII centenario de la llegada  a España  de la Sagrada  Reliquia,  y en  la  que  vino  a  seguir  en  ruta  peregrina los  mismos  lugares   que  en  el  pasado  recorriera en su  trayectoria histórica. Como  etapa  culminante  de aquel  recorrido,  lleno  todo  él de  fervor  y entusiasmo,  merece  ser  destacada la  fecha  del  lunes  día  29 de junio, transcurrida en San Juan de la Peña, la Covadonga  Pirenaica,   en  que  el  Santo  Grial  volvió a  reposar y  recibir  los  sentimientos  de  veneración y homenaje de las más altas  autoridades civiles y eclesiásticas   de  España,   y  en  especial   de  los  antiguos Reinos de Aragón y Valencia, así como de peregrinos  y fieles  llegados  de  todas  partes  para  postrarse  ante  el  Santo   Cáliz  en  su  viejo  y  evocador refugio, entre  plegarias  fervorosas y sollozos  de emoción incontenida, y en que los vibrantes y majestuosos acordes  del  <<Parsifal>>,  interpretados por los Orfeones Donostiarra y Oscense  y por la Coral  Infantil "Juan  Bautista  Comes”, de  Valencia,  vinieron  a  resonar,   como   en  fantástico  sueño,   entre   las   peñas ariscas  y las  espesas  arboledas de  un  escenario  maravilloso  como  sólo  la  misma  naturaleza  es  capaz de  crear.  Una  alta   jerarquía   de  la  Iglesia  resumió la inolvidable   jornada  con  estas  palabras:  <<Los actos en honor  del Santo  Cáliz  han  revestido  tal grandeza como lo pedía  la hidalguía  de Aragón.>>
Interior de la Capilla del Santo Cáliz en la catedral de Valencia
Tras nuevas etapas de fervor  y entusiasmo que convierten  el viaje de regreso  en  un  rosario  de  apoteosis  continuo,  con  sones  de  campanas.  músicas. cantos  eucarísticos,  celebraciones  religiosas,  aplausos,  vivas,  emoción   en  las  almas,   lágrimas   en  los ojos... , el domingo,  día  5 de  julio,  hacía  su entrada de retorno  en  Valencia  el Santo  Cáliz  y se  cerraba una de las páginas  más gozosas  escritas en los ana­les de la  historia  religiosa  de Valencia  y una  de las más trascendentes en el ámbito  nacional,  con el público testimonio de fe y veneración  rendido  a la Sagrada Reliquia.
Una última salida tuvo  lugar a Carlet,  en noviembre  de  1964,  para  presidir  la  clausura   de  la  Santa Misión que durante quince días había venido celebrándose  en  aquella  población  y como  visita  de  re­ torno,   veinticinco   años   después   de  que  fuera  de­ vuelta  a Valencia  tras  su ocultamiento allí. Fue ésta una nueva ocasión en que la fe de un pueblo vino a rendirse por entero ante la presencia de la Sagrada Reliquia,   resultando el  conjunto de  los  actos  celebrados  en  su  honor   un  cálido  homenaje   espiritual sin  precedentes  en  la  historia  de  la ciudad.
Y la  historia  del  Santo  Cáliz  continúa. Pero  es ahora  una historia  que nos habla de fe y de amor; de la  realidad   de  un  mundo   presente   prendido   en  la certeza  del Misterio iniciado  hace  diecinueve  siglos en el Cenáculo  de Jerusalén; de una historia  con sublimes resonancias wagnerianas de místico arroba­miento  que  armoniza   plenamente en el sobrio  con­junto de la Capilla, con la piadosa y admirativa veneración del pueblo creyente  ante la más insigne y conmovedora reliquia eucarística conservada  por la Humanidad;  de  una  historia,  en fin, escrita  con  las líneas  severas  de  una  liturgia  y  un culto  perpetuado a través  de los siglos.
FUENTE: www.cofradiasantocaliz.es

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