martes, 24 de noviembre de 2015

NAPOLEÓN III Y EL BARÓN HAUSSMANN, LOS GRANDES TRANSFORMADORES DE PARÍS

Demoliciones de la cité - aspecto Actuel des travaux.jpg
Demoliciones para reformar el urbanismo de la Cité
A mediados del siglo XIX, el centro de París tenía la misma estructura que en la Edad Media. Entre otros, algunos de los problemas que tenía la distribución urbanística de aquella época, eran, por ejemplo,calles minúsculas, que trababan la circulación o edificios que se amontonaban en una insalubridad que ya denunciaban los primeros higienistas de la época.
Antes de la remodelación urbanística de la que vamos a hablar, se produjeron algunos trabajos de restauración en las murallas en los barrios periféricos, pero no se había podido tocar el corazón de la capital francesa. Algunos ejemplos de cómo era el París de antes de Napoleón III se pueden encontrar en las obras de Víctor Hugo, como Los Miserables o Nuestra Señora de París.
Durante la Revolución, el Imperio y la Restauración; se dieron algunos pasos en pos de reformas urbanísticas, pero no es hasta mediados del siglo XIX cuando se inicia la sistemática transformación del centro de París.
Adolphe Yvon - Haussmann présente à l'Empereur le plan d'anexión des Communes.jpg
Napoleón III firma el decreto de anexión a París de las comunas periféricas en 1860
Presidente de la República primero, Príncipe Presidente después, el sobrino de Napoleón I se proclama emperador el 2 de diciembre de 1852.  El ahora Napoleón III tiene el deseo de modernizar París. En Londres había contemplado un país transformado por la Revolución Industrial y una gran capital provista de grandes parques y redes de saneamientos.
Sensible a las cuestiones sociales, quiere mejorar las condiciones de vivienda de las clases pobres: la densidad de población en ciertos barrios se acercaba a 100.000 personas por Km2, en condiciones higiénicas muy precarias. Sin embargo, no se previó una solución para reubicar a las familias que serían desalojadas por las grandes obras, con lo que éstas se verán obligadas a desplazarse a los barrios de la periferia. Finalmente, se trataba de facilitar a la autoridad pública el control de una capital cuyos levantamientos populares habían derribado varios regímenes desde 1789. Los propietarios, celosos de la valorización de sus locales y vecindarios, reclamaron vías más anchas y rectas con el fin de facilitar los desplazamientos de las tropas.
Para poner en ejecución este ambicioso proyecto, el nuevo emperador disponía de un poder fuerte, capaz de hacer caso omiso de todas las resistencias, lo que les faltó a sus predecesores.
Napoleón III encontró a un hombre capaz de dirigir operaciones en gran escala. Es el papel que va a cumplir Jorge Eugenio Haussmann,riguroso y organizado en la acción, al que el Emperador nombrará Prefecto del Sena en 1853. Ambos hombres formarán un tándem eficaz. Napoleón III sostendrá al prefecto contra sus adversarios hasta 1870. Haussmann se mostrará fiel en toda circunstancia, sabiendo sacar adelante sus propias ideas, como el proyecto de Boulevard Saint Germain.
Boulevard Saint-Germain - demolition.jpg
Obras de demolición previas a la construcción del Boulevard Saint Germain
Influidos por las teorías de Saint Simon, Napoleón III e ingenieros como Miguel Chevalier o empresarios como los Pereire, creen en el voluntarismo económico, que puede transformar la sociedad y reabsorber la pobreza. Un poder fuerte, e incluso autoritario, animará a los capitalistas a lanzar grandes trabajos que gozarán del apoyo  del conjunto de la sociedad y en particular los más pobres. Los trabajos de Haussmann serán decididos y encuadrados por el Estado, puestos en ejecución por los empresarios privados y financiados por el préstamo.
Haussmann como .jpg "Artiste Démolisseur"
Caricatura de Haussmann cono "Gran Demoledor"
Primeramente, el Estado expropia a los propietarios de los terrenos concernidos por los planos de renovación. Luego destruye los edificios y construye nuevos ejes con todos sus equipos (agua, gas, desagües). Haussmann recurre a préstamos masivos para encontrar el dinero necesario para estas operaciones, de 50 a 80 millones de francos al año.

El Estado recupera el dinero prestado revendiendo el nuevo terreno en forma de lotes separados a promotores que deben construir nuevos edificios conformándose un pliego de condiciones preciso. Este sistema permite dedicar cada año a los trabajos una suma dos veces más elevada que el presupuesto municipal. Los préstamos masivos llegaron a generar una deuda que asciendía a 1,5 mil millones de francos en 1870.
Haussmann iniciará la construcción de calles con una anchura de 20 y hasta 30 metros. La red de las arterias haussmannianas y post-haussmannianas constituye, todavía hoy, el esqueleto de la estructura urbana parisina.
Plano del centro de París con las grandes intervenciones de Haussmann

Del 1854 al 1858, Haussmann aprovecha el período más autoritario del reinado de Napoléon III para realizar lo que sólo esta década, posiblemente, podía hacer en toda la historia de París: transformar su centro perforando una encrucijada gigantesca.
La construcción del eje norte-meridional, de Boulevard de Sebastopol a Boulevard Saint Michel, elimina del mapa numerosas calles y callejones sin salida. Forma una gran encrucijada al nivel de Châtelet con Rue de Rivoli: el Segundo Imperio prolonga hasta ella la Rue Saint Antoine, que Napoleón I había trazado a lo largo de las Tuillerías. Durante este tiempo, Baltard acondiciona y habilita plazas de París, proyecto lanzado por Rambuteau, mientras que la Cité es reordenada en gran parte. Sus puentes son reconstruidos u objeto de trabajos importantes.
Haussmann completa esta gran encrucijada por ejes que conectan otra vez la primera corona de bulevares al centro, tales como Rue de Rennes sobre la orilla sur y Avenida de la Ópera sobre la orilla norte. 
Vista de la Avenida de la Ópera pintada por Camille Pissarro
Coronas de bulevares, rotondas, plazas, estaciones de ferrocarril, monumentos, equipamientos urbanos modernos, espacios verdes...Un nuevo París emergía y, para significarlo, se acuñó una medalla de bronce en la que se consignaban los méritos del Emperador.
Anverso de la Medalla  en honor a los logros de Napoleón III

Reverso de la Medalla  en honor a los logros de Napoleón III, entre los que se incluyen: la finalización de las obras del Palacio del Louvre, el embellecimiento de París, Les Halles Centrales, la Rue de Rivoli, los nuevos Boulevares, el Bois de Boulogne, etc.



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