viernes, 9 de septiembre de 2016

REINAS CONSORTES DE ESPAÑA (XI): MARÍA VICTORIA DAL POZZO

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Armas de María Victoria como Reina Consorte de España
Diseño: Heralder

María Victoria Carlotta Enrichetta Giovanna dal Pozzo della Cisterna, nació en París el 9 de agosto de 1847, siendo la hija primogénita de Carlo Emmanuele dal Pozzo, Vº Príncipe de La Cisterna, y de Luisa carolina Ghislaine de Mérode, Condesa de Mérode-Westerloo. Su familia paterna era una antigua familia aristocrática originaria del Reino de Cerdeña, mientras que por parte materna, los condes de Mérode-Westwrloo, estaba emparentada con los Grimaldi de Mónaco. El Príncipe Soberano Alberto I de Mónaco era primo hermano suyo. 
Gozó de una formación muy completa gracias a los medios de su familia, y hablaba seis idiomas. María residía con sus padres y su hermana, la mayor parte del tiempo en el Palacio de La Cisterna, en Turín, y también en el Castillo de Reano, donde recibió su primera comunión y veraneaba con su familia.
Tras la muerte de su padre, senador del Reino de Cerdeña desde 1848 (Senato Subalpino), acaecida en Turín, el 26 de marzo de 1864, su madre perdió el juicio y se negó a enterrar el cadáver de su esposo, pasando las noches velando el cuerpo acompañada de sus dos hijas (la diferencia de edad de los cónyuges era de 32 años). Un mes más tarde fallecía su hermana menor, Beatrice, de tan sólo 13 años, a causa del tifus. La muerte de Beatrice no hizo más que incrementar el desequilibrio de la condesa de Mérode-Westerloo, que ordenó cerrar a cal y canto el Palacio della Cisterna de Turín, su residencia familiar, y rodeó a su hija de riguroso luto y silencio que sólo se rompió cuando María conoció al que se convertiría en su esposo, el príncipe Amadeo, Iº duque de Aosta.
María contrajo matrimonio con el príncipe Amadeo de Saboya, Iº duque de Aosta, el 30 de mayo de 1867, en la capilla del Palacio Real de Turín. Al ser Amadeo hijo del rey de Italia, Víctor Manuel II, tras el anuncio de su compromiso, María y su madre recibieron por Real decreto de 19 de febrero de 1867 el tratamiento de Su Alteza. Además, en honor al rey, María añadió a su nombre el de Vittoria. Tras su boda, su nombre pasó a ser Su Alteza Real, la Princesa Maria Vittoria de Italia, duquesa de Aosta.
Doña María Victoria y don Amadeo
Fue reina consorte de España entre 1870 y 1873, cuando su marido ocupó el trono vacante tras la Revolución de 1868. Los buenos oficios del general Prim y el voto de la mayoría progresista y unionista en las Cortes posibilitaron la elección. Sin embargo, Prim caería asesinado antes de poder ver al nuevo Rey sentado en el trono. Al llegar a nuestra Patria, hispanizó su nombre y el de sus tres hijos, que llegaron a ostentar las dignidades de Príncipe de Asturias e Infantes de España, respectivamente.
La reina causó en los diputados españoles mejor impresión que su esposo. Recibieron la agradable sorpresa de comprobar que la joven soberana les saludó y conversó con ellos en correcto castellano, sin apenas acento. Víctor Balaguer escribía sobre ella:

Tiene un rostro de rasgos pronunciados y bellamente correctos, el brillo de sus ojos es especial y su mirada penetrante, su voz es dulce y cariñosa, y la conversación instructiva y amena, e inspira su presencia, al par que el más profundo respeto, la más afectuosa simpatía. Aunque todos hemos oído hablar las grandes cualidades que la adornan, la realidad supera nuestras esperanzas y todos salimos prendados de la que había de ser la Reina de España.

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La Reina María Victoria en una fotografía de diciembre de 1870
Poco conocida en España por la falta de consolidación política y por la brevedad del reinado de don Amadeo, la reina María Victoria fue, en su tiempo, objeto de respeto por su comportamiento ejemplar y discreción. Sus dos hijos mayores, Manuel Filiberto y Víctor Manuel, nacieron en Italia, mientras que el menor, Luis Amadeo, nació en Madrid. En la capital española centró todos sus esfuerzos en las diversas obras de caridad típicas de las consortes de la época, y jamás se interesó en política. Llegó a inaugurar, gracias a su aportación económica, la primera guardería infantil que se abrió en España, dedicada a los hijos de las lavanderas que trabajaban en las riberas del río Manzanares. Se inauguró con el nombre de «Casa del Príncipe», bajo el patronazgo del Príncipe de Asturias, quien dedicó su asignación como heredero a dicha obra. Era apodada «la Virtuosa».
María Victoria nunca olvidó hacer numerosos legados para obras benéficas, y a través de la escritora española Concepción Arenal, que actuó como intermediaria, siguió hasta el último instante de su vida mandando muchas ayudas para españoles necesitados, con la exigencia de que los donativos se hicieran anónimamente. Durante largos meses, Concepción Arenal recibió frecuentes giros de dinero con notas firmadas por V.P.M., iniciales de Victoria dal Pozzo Mérode.
En una ocasión, María Victoria escribió a una amiga española:

En España no deseé más que una cosa: cumplir con mi deber, y de ella conservaré siempre un bueno y un triste recuerdo. Bueno, porque hay allí personas muy estimables a las que nunca olvidaré, y triste, porque España no encontró con nosotros la tranquilidad y la prosperidad que deseábamos darle.

Retrato de la Reina conservado en el Palacio de Ajuda (Lisboa)
Durante su reinado como consorte se creó la Orden Civil de María Victoria, instituida por real Decreto de 7 de julio de 1871, que premiaba los eminentes servicios prestados a la instrucción pública, bien creando, dotando o mejorando establecimientos de enseñanza, publicando obras científicas, literarias o artísticas de reconocido mérito, o fomentando de cualquier otro modo las ciencias, las artes, la literatura o la industria. En estas fechas, el ministro de Fomento era Manuel Ruiz Zorrilla, que fue gran impulsor de la creación de esta orden.
La Orden Civil de María Victoria tuvo una vida muy corta siendo disuelta tras la proclamación de la Primera República por Decreto de 7 de mayo de 1873, que lleva la firma del entonces ministro de Fomento Eduardo Chao Fernández.
Entre otros prohombres de la época a los que les fue otorgada esta condecoración destacan, en su clase de Gran Cruz: Juan Manuel de Manzanedo, Hilarión Eslava, Juan Eugenio Hartzenbusch, Juan Valera, José Zorrilla, Emilio Arrieta, Francisco Asenjo Barbieri, Segismundo Moret, Ramón de Campoamor, Adelardo López de Ayala, Federico de Madrazo y Nicolás María Rivero, entre otros.
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Orden Civil de María Victoria
Foto: www.numismaticodigital.com
Esta orden (algo inusual para la época) no era exclusivamente masculina, pues les fue concedida a dos mujeres la cruz de segunda clase; una de ellas fue María Báscuas y Colón, profesora de primera enseñanza en Pontevedra, que publicó un tratado de aritmética titulado: Aritmética para uso de las escuelas de instrucción primaria, obra en su clase de reconocida importancia.
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El celebrado estudio que sobre la Orden Civil de María Victoria realizara nuestro dilecto amigo el Dr. D. Alfonso Ceballos Escalera y Gila, Marqués de la Floresta y Vizconde de Ayala.
Foto: www.librosdeheraldica.com
Tras la abdicación de Amadeo de Saboya y la proclamación de la Iª República Española, la Reina partió al exilio con el resto de la familia, pocos días después de dar a luz a su último vástago. Pasando por Lisboa, Amadeo, maría Victoria y sus hijos volvieron a Italia. 
maría Victoria falleció en Villa Dufour (San Remo) a los veintinueve años, consumida por la tuberculosis. Fue enterrada en la Basílica de la Superga de Turía, donde su epitafio reza:

En prueba de respetuoso cariño a la memoria de doña María Victoria, las lavanderas de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Tarragona, a tan virtuosa Señora.

El periódico La Ilustración Española y Americana le dedicó estas palabras de elogio:

Madrid no puede olvidarse de aquel ángel de virtud y de caridad, a quien el pueblo concedió el sencillo título de Madre de los pobres.

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