miércoles, 5 de abril de 2017

CHARLES LEWIS GRUNEISEN, EL PRIMER CORRESPONSAL DE GUERRA

cartel de la película-documental



Se presentaba ayer en el Cine Paz de Madrid la película-documental: "Gruneisen. El primer corresponsal de guerra". La producción, que ha contado con el patrocinio del Instituto CEU de Estudios Históricos y la Fundación Ignacio Larramendi, narra las peripecias de este periodista inglés en la Primera Guerra Carlista.
En opinión de sus autores, Gruneisen se anticipó en cerca de veinte años a William Rusell, considerado, hasta ahora, el primer corresponsal de guerra, quien en 1854 cubrió la de Crimea para The Times. 
El guión del documental, de setenta minutos de duración, es una idea original del profesor e historiador Alfonso Bullón de Mendoza.
Charles Lewis Gruneisen (1806-1879), nació en Bloomsbury, Londres, el 2 de noviembre de 1806. Su padre, Charles Gruneisen, natural de Stuttgart, adquirió la nacionalidad inglesa por la ley 23 de diciembre 1796. Charles Lewis fue educado por un tutor privado y recibió formación en la Academia de Pentonville, completando sus estudios en Holanda.
Aficionado a la Literatura y a la Música, inició su carrera como periodista y en 1832 fue nombrado subdirector del diario conservador "The Guardian". Posteriormente pasó a ser editor de la "Gaceta de los viajeros británicos, del Comercio y del Derecho", un diario de la tarde de Londres, en 1833. Ese mismo año comenzó a dirigir la sección de internacional del "Morning Post"
En marzo de 1837 fue enviado como corresponsal especial del "Morning Post" a España, entonces sumida en la Primera Guerra Carlista. Gruneisen se unió al ejército carlista en España, acompañando al propio pretendiente Don Carlos. Estará presente en distintas acciones de guerra, especialmente en la victoria carlista de Villar de los Navarros el 24 de agosto de 1837, recibiendo la condecoración creada a tal efecto para conmemorar ese combate. 
Su posición inmediata a la corte carlista le permitió mediar y salvar las vidas de muchos prisioneros isabelinos que de otro modo hubieran sido ejecutados por los generales carlistas. 
Carga isabelina en un fotograma del documental

Acompañó a la Expedición Real de Don Carlos desde la localidad turolense de Mora de Rubielos, llegando a las puertas de Madrid en septiembre de 1837. En la retirada desde la capital de España sufrió grandes penurias, y en varias ocasiones corrió el riesgo de perder la vida. Después de la batalla de Retuerta (5 de octubre de 1837), encontrando que sus servicios ya no eran de alguna utilidad, decidió abandonar España. Cuando se disponía a salir del país, el 19 de octubre de 1837, fue hecho prisionero por algunos soldados cristinos. El general Espartero le consideró espía carlista, decretando para él la pena de muerte. Sólo la oportuna intervención de Lord Palmerston evitó su fusilamiento, lográndose su puesta en libertad. Así, Gruneisen pudo regresar a Inglaterra en enero de 1838. Con anterioridad a su salida de España Don Carlos le confirió la Cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos III. 
De 1839 a 1844 fue corresponsal en París del "Morning Post"; editor del semanario "Big Canion"', desde el 16 noviembre 1844 hasta el 28 junio 1845, y corresponsal especial del "Morning Herald" durante el viaje de estado de la Reina Victoria y el Príncipe Alberto a diferentes estados alemanes en 1845. 
Desde París organizó un sistema express de transmisión de noticias a los diarios de Londres mediante palomas.
A su regreso a Inglaterra actuó como crítico musical en el "Illustrated London News" y en el "Morning Chronicle," hasta 1853. 
Álvaro de Paz interpreta a Charles Lewis Gruneisen

Colaboró con diferentes comoañías de ópera como crítico musical y fue íntimo amigo de Meyerbeer, quien le confió la revisión del libreto de su ópera "El Profeta". 
Fue miembro de la Real Sociedad Geográfica, de la Sociedad de las Artes, de la Real Literaria, y continuó brillando como crítico musical. Fue uno de los primeros en llamar la atención sobre los méritos y deméritos de Wagner, mientras que su conocimiento de la música española, adquirida durante su estancia en España, fue notable. 
Su sinceridad, seriedad y altos principios dieron mucho peso a sus opiniones sobre el arte musical. desde 1868 fue crítico musical permanente del 'Athenæum', puesto que ocupó hasta su muerte. 
Falleció en su residencia del 16 de Surrey Street, Strand, Londres, el 1 de noviembre de 1879, y fue enterrado en Highgate 7 de noviembre
Fue autor de los libros: "La Opera y Prensa," (1869); "Bosquejos de España y los españoles durante la guerra civil carlista" (1874); y "Memoria de Meyerbeer"; y pàrticipó en la obra: "La vida de Mendelssohn".

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