viernes, 19 de octubre de 2018

UNA MEDALLA EN HONOR A PRIM, MARQUÉS DE LOS CASTILLEJOS

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El general Prim en la Batalla de los Castillejos
Tras los numerosos incidentes provocados por los rifeños rebeldes en las cercanías de las plazas de Ceuta y Melilla, el gobierno de España, presidido por el general Leopoldo O´Donnellell, había decidido declarar la guerra al Sultanato de Marruecos. El 22 de octubre de 1859, el Congreso de los Diputados dio su aprobación y se desencadenaron las hostilidades.
La reacción del pueblo fue de un entusiasmo delirante y la mayoría de los partidos políticos respaldaron la iniciativa de O'Donnell. En las semanas siguientes, se abrieron centros de recogida de pertrechos, donados por las gentes y de reclutamiento de voluntarios, particularmente, en el País Vasco y Navarra, donde se inscribieron numerosos carlistas, así como en Cataluña, donde el presidente de la Diputación de Barcelona, Víctor Balaguer, se encargó de organizar un tercio de voluntarios, que se pondría directamente al mando del general Prim.
Las fuerzas españolas se fueron desplazando al teatro de operaciones, asegurando las defensas de Ceuta y aprestándose para internarse en territorio marroquí.
Al amanecer del 1 de enero de 1860, las tropas, a excepción del Primer Cuerpo, que permaneció en Ceuta, con el fin de proteger la ciudad, emprendieron la marcha hacia Tetuán, siguiendo el camino de ese mismo nombre, un itinerario norte-sur, paralelo a la playa de Tarajar.
En vanguardia marchaba el general Prim, al mando de la División de Reserva, seguido de O'Donnell, con su Estado Mayor y el Cuartel General, en retaguardia marchaba el Segundo Cuerpo. El Tercer Cuerpo, al mando de Ros de Olano, se atrincheró en zonas altas del valle.
Frente a la playa se encontraba posicionada parte de la escuadra, con el fin de facilitar el avance de las tropas de tierra, conteniendo al enemigo mediante fuego de artillería y también desembarcando, directamente en la playa, tropas de marinería y de Infantería de Marina, que se encargarán de evacuar y trasladar a bordo a los heridos y de dar apoyo, en caso necesario, a las tropas de tierra.
Las fuerzas moras tenían por objetivo impedir el avance de las tropas españolas en su camino hacia Tetuán y para ello, estaban posicionadas, en su mayoría, en los altos del valle.
Las primeras actuaciones estuvieron a cargo de la División de Reserva, al mando de Prim, en la que se encontraban el Regimiento del Príncipe, los batallones de Luchana, de Cuenca y de Cazadores de Vergara, dos escuadrones de húsares y dos baterías de artillería. Apoyados por la artillería de la marina, consiguieron sin grandes dificultades desalojar al enemigo de sus posiciones, al que obligaron a huir hacia el valle, refugiándose en la Casa del Morabito y en los bosques próximos.
Tras ello y con el apoyo de la artillería de montaña del Tercer Cuerpo, las tropas de caballería de Prim descendieron al valle, junto a la infantería de marina, que había desembarcado y estaba al mando del capitán de fragata Lobo.
Tras esta acción se llegó a un corto período de calma durante el cual Prim reorganizó sus tropas. Otro tanto hizo el enemigo, al que se le unieron un gran número de otras nuevas, de caballería y de infantería.
Las tropas marroquíes tenían por objetivo recuperar a toda costa sus posiciones iniciales perdidas, por lo que se lanzaron a una serie de furiosos ataques contra las de Prim, dando lugar a enconados combates, que requirieron el apoyo del Regimiento de Córdoba y los batallones de Arapiles, León, Saboya y Simancas, del Segundo Cuerpo, al mando de Zabala y finalmente del propio O'Donnell con los batallones de Chiclana y Navarra.
Finalmente, llegado el atardecer, las tropas españolas habían conseguido prácticamente todos sus objetivos, desalojando de sus posiciones al enemigo, que se batió en retirada, dejando expedito el camino a O'Donnell y sus tropas, en su marcha hacia Tetuán.
De todos los efectivos humanos del ejército español, movilizados desde la península, en esta batalla participaron menos de diez mil hombres, frente a más del doble de efectivos marroquíes, cuyas bajas fueron superiores a dos mil. Por parte española, las bajas fueron de alrededor de unos cien muertos y quinientos heridos.
Por los méritos contraídos en esta batalla, al general Prim, que ya era conde de Reus, se le otorgó el título de Marqués de los Castillejos con Grandeza de España.
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La medalla que les presentamos hoy fue acuñada para conmemorar el triunfo español en aquella batalla, y, sobre todo, para cantar la gloria que adquirió el general Prim por su heroico comportamiento.
La pieza es circular y de bronce dorado. En su anverso muestra la efigie de Prim con uniforme de general y placa de la Real y Militar Orden de San Fernando. Le rodea una leyenda en castellano que dice: "PRIM MARQUÉS DE LOS CASTILLEJOS. GUERRA DE ÁFRICA 1860".
Anverso de la Medalla
Foto: Dobleg www.todocoleccion.net
El reverso presenta un texto en el que se narra el momento de la batalla en el que el general Prim arega a sus soldados: "SOLDADOS, ADELANTE. EL QUE DE UN PASO ATRÁS, MALDECIDO SEA DE LA PATRIA QUE LE DIO EL SER. EN LAS MOCHILAS QUE ALLÍ QUEDAN ABANDONADAS ESTÁ VUESTRO HONOR. VENID A RECOBRARLO, Y SI NO, YO VOY A MORIR ENTRE LOS MOROS Y A DEJAR EN SU PODER VUESTRA BANDERA. VIVA ESPAÑA. VIVA LA REYNA Prim en castillejos". El texto está rodeado por una corona mixta de roble y olivo (fortaleza y paz).
Reverso de la Medalla
Foto: Dobleg www.todocoleccion.net
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Estampa de época en la que se refleja el heroísmo de Prim, lanzándose al galope contra los marroquíes enarbolando la Bandera Nacional.(Obsérvense las mochilas abandonadas por los soldados, citadas en la arenga de Prim, y que ahora van a recuperar)
Fuente: Look and Learn

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