viernes, 20 de septiembre de 2013

EN LA MUERTE DE MARTÍN DE RIQUER

En la muerte del primer genealogista y heraldista de España: Martín de Riquer, Conde de Casa Dávalos 


Por Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresta

    Uno de los pocos gigantes que quedaban en la Cultura española ha muerto en Barcelona el lunes pasado, 16 de septiembre, a punto ya de ser centenario: don Martín de Riquer y Morera, VIII Conde de Casa Dávalos, Grande de España.


   Nacido en Barcelona el 3 de mayo de 1914, nieto del artista y escritor noucentista Alexandre de Riquer –por cierto gran heraldista, el Conde de Casa Dávalos lo ha sido todo en la alta cultura española: doctor en Filología Románica, profesor legendario en la Universidad de Barcelona, maestro de filólogos, gran medievalista y eximio cervantista, presidente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y numerario de la Real Academia Española desde 1964 –era su decano-, Consejero Adjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, de la Real Academia Gallega, del Centro de Cultura Valenciana y de la Hispanic Society of America. Fue profesor del entonces Príncipe de España y después Senador por designación real, y mereció los Premios Michel de Montaigne, Menéndez Pelayo, Nacional de Ensayo, Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y Nacional de las Letras Españolas. Nada menos.

Don Martín de Riquer en su despacho con su inseparable pipa
Foto: www.abc.es

   Pero ahora quiero, sobre todo, glosar brevemente sus vastísimos conocimientos de genealogía y de heráldica. Martín de Riquer ha escrito páginas importantísimas en estos campos, desde su ejemplar Quinze generacions d’una familia catalana –un libro único, publicado en 1998-, y basado en los documentos de su rico archivo familiar-, del que el autor dijo:
«Tenía una visión vaga de mis antepasados, pero a medida que los estudiaba me fui encontrando con personalidades curiosas, no notables. Practicaban banderías, guerras en Lérida, iban al frente: se producían asesinatos, raptos de niñas, cosas por el estilo. Me topaba con Baltasar de Riquer, que versificaba en latín, o Borja de Riquer, aficionado a la guitarra que se arruinó encargando a Boccherini conciertos suntuosísimos… O mi bisabuelo, guerrillero carlista…»
Mayores méritos tienen sus estudios titulados Caballeros andantes españoles (1967), L’arnès del cavaller: armes i armadures catalanes medievals (1968), Cavalleria: fra realtà e letteratura nel Quatrocento (1968).


El maestro Martín de Riquer fue un apasionado filólogo, medievalista y heraldista
Foto: www.actualidades.es

De enorme interés son sus estudios heráldicos: Manual de heráldica española (1942), Heràldica catalana des de l’any 1150 al 1550 (1983), y Heráldica castellana en tiempos de los Reyes Católicos (1986), a más de algunos artículos de gran maestría.
Por estos señalados méritos tuve el honor de procurar y lograr en 1990 su elección como académico de mérito de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, en los tiempos en que yo era su Director.

Portada de su obra: "Heráldica Catalana"

  Curioso, erudito, sosegado, con una fina ironía, burlón pero muy firme en sus principios y criterios, catalán universal pero al mismo tiempo declarado hispanista -y español bien probado, pues combatió en las filas del Tercio de Montserrat durante la última guerra civil-, Riquer fue un hombre egregio en el pleno sentido del término.

Su muerte es bien sentida porque deja un gran espacio vacío en el reducido círculo de la alta escuela de los heraldistas españoles, formada hoy por apenas una decena corta de especialistas.

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