martes, 21 de enero de 2014

LOS GUARDIAS REALES DE LOS AUSTRIAS HISPANOS


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José Eloy Hortal Muñoz: LAS GUARDAS REALES DE LOS AUSTRIAS HISPANOS, Madrid, Polifemo, 2013, pp. 624+CD, ISBN: 978-84-96813-80-9, Colección “La Corte en Europa”, 10.
Hasta hace pocos años, el estudio de las Casas de los monarcas modernos europeos había permanecido en un olvido casi total. Sin embargo, con el auge de los estudios sobre la Corte que actualmente se están llevando a cabo, se está procediendo a situar las Casas Reales y sus miembros en el nuclear papel que tuvieron durante la configuración de las monarquías de los siglos XV-XVIII. Éste libro se centra en una de las principales secciones de la Casa de los Austrias hispanos, las Guardas Reales, constituyendo el primer ejemplo a nivel europeo de un estudio tan exhaustivo de una de las secciones de la Casa Real durante un periodo tan prolongado, en concreto desde finales del siglo XV hasta el advenimiento de los Borbones.
Como es sabido, el origen de la moderna Guardia Real española ha de buscarse en la turbulenta Castilla del siglo XV, y más precisamente en el dia 14 de julio de 1428, cuando se produce el golpe de estado que ha dado en llamarse Atraco de Tordesillas, que consistió en la entrada de gente armada en el palacio del Rey, al mando del Infante Don Enrique de Aragón su primo, irrumpiendo ruidosamente en la propia cámara regia. Luego de aquel episodio se creó o renovó la figura del guarda mayor del Rey, el primero de los cuales fue Juan de Merlo, un caballero de origen lusitano que alcanzó justa fama como justador y como guerrero. De pocos años más tarde data la Guarda Morisca, compuesta por renegados granadinos, que ha sido recientemente estudiada por Ana Echevarría. Pero los celebérrimos alabarderos fueron creados por el Rey Don Fernando el Católico en 1504. Las Guardas Reales españolas de los siglos XVI al XVIII, estaban compuestas por tres compañías de alabarderos (la Guardia Española o Guardia Amarilla establecida en 1504, con otra compañía de veteranos o Guardia Amarilla Vieja, y la Guardia Alemana o Guardia Tudesca o Blanca establecida en 1519), más dos trozos de a caballo: uno de estradiotes llegados de Italia en 1507 e integrados en la Guardia Española, llamado Guardia de la Lancilla, y el otro traido de Flandes por Don Felipe el Hermoso en 1502, los Archeros de la Cuchilla, compuesto de nobles que a pie o a caballlo eran la guardia de la propia persona del monarca. Ya en los días de Don Carlos II se crearía el Regimiento de la Coronelía de la Guardia del Rey o Guardia de la Chamberga.
Gracias a esta obra y al estudio que realiza sobre las Guardas Reales, podemos observar cómo se fue modificando la propia estructura de la Monarquía Universal hispana desde sus inicios de esplendor hasta su periodo de decadencia. El presente libro estudia en profundidad el citado proceso, así cómo la extracción social de los guardas a lo largo de esos dos siglos -para lo cual se apoya en las biografías de los más de 5.000 guardas que compusieron las unidades durante los reinados Austrias-, la especial jurisdicción de las mismas y su papel en la Etiqueta palatina, estudios basados en una exhaustiva recopilación de textos relativos a ambas cuestiones. Finalmente, se incluye un estudio bibliográfico sobre las principales guardas existentes desde la Antigüedad, así cómo de las unidades de guarda de otras potencias de la Edad Moderna, acompañado de la correspondiente bibliografía.
Incluye una útil herramienta en el CD que acompaña el libro, pues en él podemos encontrar una “Relación de guardas según la compañía y por secciones”, una “Relación alfabética y biográfica de los guardas”, con las biografías de esos más de 5.000 guardas (con un programa que permite su búsqueda desde diversos campos), unas tablas sobre la “Evolución del número de integrantes de las guardas” y una colección de “Documentos relativos al ordenamiento institucional de las guardas palatino-personales”.
Un texto imprescindible para el erudito y para el amateur, que merece todos nuestros plácemes.

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