jueves, 17 de marzo de 2016

MUNDA, EL TRIUNFO DECISIVO DE CÉSAR EN HISPANIA

La famosa frase de César referida a la dificultosa victoria de Munda
Foto: Vértice

Un 17 de marzo del año 45 a.C., se libraba en tierras de Hispania, la Batalla de Munda. Sita en el contexto de las Guerras Civiles en la República de Roma, supondría el triunfo decisivo en nuestro suelo para Julio César.
El ejército pompeyano había ocupado Corduba, por lo que César se movió para bloquearla. Cneo Pompeyo estaba en la ciudad y debió pedir a su hermano Sexto Pompeyo que trajera tropas. Rápidamente comenzaron las escaramuzas y César aseguró sus suministros tomando Ategua el 19 de febrero del 45 a.C. Cneo se retiró hacia el sur y César lo persiguió hasta el oppidum de Munda, montando cada uno sus campamentos el 16 de marzo.
Cneo Pompeyo había cometido el mismo error que todos los que habían enfrentado a César. El conquistador de la Galia sufría de los mismos problemas que todo militar de su tiempo, la ineficacia de las líneas de suministros le obligaba a depender por entero de los recursos que tuviera en esos momentos la comarca donde realizaba la campaña, siendo muy exitoso pues era muy buen improvisador. Durante toda la guerra civil sus enemigos tenían superioridad numérica terrestre y naval, control de reductos fortificados, provisiones y el territorio, pero ninguno intento atacar la logística de la que dependía César. Nunca recurrieron a la tierra quemada, a hostigar a sus forrajeadores o a cortar sus rutas de comunicación; todos le dieron la batalla campal decisiva que él buscaba.
Caesar campaigns from Rome to Munda-fr.svg
La marcha de César hasta Munda
Mapa de historicair
El ejército pompeyano estaba acampado en una colina suave, una posición desfavorable para el ataque de César. Permanecieron a la vista varios días hasta el 17 de marzo, día en el que César inició la batalla.
El combate fue recio y duró un tiempo sin ventaja aparente para ningún lado, viéndose forzados los generales a dejar sus posiciones de mando y a unirse a la misma a fin de levantar la moral. César tomó el mando del ala derecha, donde la Legio X Equestris peleaba duramente. Su presencia elevó la moral de la X y empezó a avanzar. Dándose cuenta de la maniobra, Cneo Pompeyo desplazó una legión de su ala derecha para reforzar la izquierda, lo que constituyó un error fatal, ya que el ataque de la Legio X Equestris no era más que una treta.
Esquema táctico de la Batalla de Munda
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Tan pronto el flanco derecho de Pompeyo fue debilitado, la caballería de César lanzó un ataque por dicho flanco que cambiaría el desenlace de la batalla. Al mismo tiempo, el rey Bogud de Mauritania, aliado de César, atacó el campamento de Pompeyo desde la retaguardia. Tito Labieno, comandante de la caballería pompeyana, se dio cuenta del ataque y se desplazó al campamento para responder. No obstante, los legionarios pompeyanos, sometidos al fuerte ataque de la X Equestris por el flanco izquierdo, y de la caballería por el derecho, creyeron que Labieno se retiraba. Temiendo lo peor, los legionarios rompieron el frente y huyeron.
Imagen: http://www.historiayarqueologia.com/
Muchos soldados pompeyanos murieron durante la retirada, otros defendiendo la ciudad de Munda. Atio Varo y Tito Labieno perecieron, pero Sexto y Gneo Pompeyo alcanzaron la ciudad de Corduba, donde se refugiaron.
Las cabezas de Publio Accio Varo y Tito Atio Labieno, todas las águilas de las legiones pompeyanas y las armas que había dejado atrás los vencidos para huir más deprisa fueron presentadas al general victorioso. Muchos de los vencidos buscaron refugio en la ciudadela pero César ordenó bloquear con estacas atravesadas a los cuerpos de los muertos toda posible ruta de escapatoria, luego fue tarea de Máximo conquistarla, al igual que la vecina Urso. Nueve de las trece legiones, con todos los auxiliares sobrevivientes, huyeron hacia la actual Córdoba.
Los defensores, al ver la afluencia de recién llegados y temerosos de que éstos se unieran a César, prendieron fuego a la ciudad. Se sabe que también hubo combates entre distintas facciones por el control de la misma. Cuando César llegó la ciudad, ésta era un montón de ruinas y fue incapaz de contener a sus soldados, que furiosos por no encontrar nada, masacraron a 22.000 «ciudadanos de todas las edades». Los vencedores exigieron que los supervivientes fueran subastados como esclavos, César no pudo contener a sus tropas en ningún momento, ni en la masacre ni la subasta. Otros lograron escapar, dispersándose por los alrededores. Las ciudades de Híspalis, Hasta, Carteya y Gades; fueron sometidas por la fuerza, exigiendo duros rescates a todos aquellos que estuvieron involucrados en la sublevación.
Recreación de los caídos en la Batalla de Munda
Foto: Montilla Digital
Pompeyo el Joven buscó huir con su flota desde Carteia pero Cayo Didio salió de Gades y hundió sus galeras, obligándolo a regresar al interior de la provincia. Allí fue traicionado y entregado por los indígenas a los que había pedido protección en una caverna cerca de Lauro. Acabó siendo ejecutado por Lucio Cesennio Lento y su cabeza fue llevada a Gades ante César, quien ordenó fuera expuesta en Híspalis (Sevilla). Hispania quedaba sometida.
Aunque Sexto lograba escapar y buscaba venganza, César decidió volver a Italia en la segunda mitad de julio, llegando en septiembre del 45 a.C. a Roma y celebrando allí su quinto y último triunfo.

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