viernes, 18 de marzo de 2016

GALERÍA DE MONÁRQUICOS ESPAÑOLES (VI): JOSÉ MARÍA PEMÁN (1ª parte)

José María Pemán y Pemartín, nació en Cádiz el 8 de mayo de 1897, en el seno de una familia de la alta sociedad. Su padre fue el abogado en ejercicio y diputado conservador gaditano Juan Gualberto Pemán y Maestre (1859-1922), y su madre María Pemartín y Carrera Laborde Aramburu, de entronque jerezano.
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Placa conmemorativa en la casa natal de José María Pemán
Foto: Acisclo
De niño, José María recibió educación católica en el colegio del Oratorio de San Felipe Neri (marianistas), orden que venía huyendo de las leyes laicistas francesas y que se había asentado en Cádiz.
En su adolescencia, Pemán tuvo un contacto decisivo con los jesuitas de la Residencia de Cádiz a través de la congregación mariana de La Inmaculada y San Luis Gonzaga, conocida como Los Luises (organizada en Cádiz en 1906 por el P. Mariano Carlos S.J.).
La impronta que los hijos de San Ignacio dejaron en la conciencia del joven Pemán pervivió en su vida y en su obra literaria. Hizo el servicio militar en Cádiz, en el cuartel de artillería de La Bomba, junto al parque Genovés. A Sevilla irá a estudiar Derecho, carrera necesaria para todo joven con aspiraciones, doctorándose en Madrid con la tesis Ensayo sobre las ideas filosófico-jurídicas de La República de Platón (1921). 
Durante dos años trabajó como penalista pero como auténtico hidalgo, humanista y ciudadano libre.
Su inicio literario fueron las justas poéticas belle époque. Obtuvo el primer premio en su ciudad natal, cantando en su centenario al beato fray Diego José de Cádiz. En los Juegos Florales de Sanlúcar de Barrameda (agosto de 1922) en los que fue mantenedor el patriarca del periodismo José Ortega Munilla, obtuvo la «flor natural» con una composición titulada El Viático, que se hizo muy famosa y con lo que comenzaría su carrera de escritor. Por estos méritos, a los 23 años fue elegido académico de número de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz, en la que leyó un discurso de ingreso sobre La poesía hispano-americana. En 1924 comenzó a colaborar asiduamente en la Revista del Ateneo de Jerez de la Frontera. Escribió obras de tema costumbrista andaluz (De la vida sencilla, 1923; Nuevas poesías, 1925; A la rueda, rueda, 1929; El barrio de Santa Cruz, 1931, y otras muchas). Su estética pinturera a veces incidía en lo social.
Desde muy joven adquirió la costumbre de enviar ejemplares dedicados de sus libros recién publicados a personalidades que podían ayudarlo. De esta manera conoció a Ángel Herrera Oria, que le permitió escribir en El Debate. Por esta época Pemán no era aún conocido dentro del ambiente literario nacional. Su «ethos» le impedía aparecer en tertulias literarias más o menos irreverentes o colaborar en revistas de poesía relevantes. En 1926 fue obviado como uno de los suyos por sus compañeros de generación, en los actos de homenaje a Góngora que marcó a la llamada "Generación del 27".
Heredó una "finca de recreo" con viñedo en Jerez de la Frontera (el Cerro de Santiago) adonde se retiraba a escribir. A los veinticinco años contrajo matrimonio con María del Carmen Domecq Rivero Núñez de Villavicencio y González, de familia prócer jerezana.
De la Monarquía, admiraba la augusta quietud de la realeza y la substancialidad elitista de la nobleza española y, en particular, envidiaba su «poder social sobre el tiempo»; es decir, el poseer y dominar todo lo «antiguo», las cosas presentes que pertenecen al pasado: la Historia acumulada, atesorada, cristalizada, los refinados cultos religiosos, los títulos de nobleza y nombres nobles, castillos, residencias históricas, cuadros y colecciones, vinos añejos, las bibliotecas y muebles antiguos.
A la muerte de su padre el diputado Juan Gualberto Pemán y Maestre en 1922, la prensa se hizo eco inmediato del relevo natural, por lazo familiar, en su hijo José María, cuyas aptitudes para la práctica política en la oligarquía liberal vigente había venido preparando éste con todo cuidado. Pero un golpe de estado cambió abruptamente el destino de Pemán.
José María Pemán entró desde joven a formar parte de la  Asociación Católica Nacional de Propagandistas de Cádiz. En 1928 ya era presidente de ACNdeP en Cádiz. Su acendrado celo proselitista eclosionó vivamente y su militancia religiosa parecía superar en un principio a su interés político. Siempre decía que no se consideraba un político aunque realmente, aun expresándose como solía en el versátil "lenguaje del alma", se aprestase a un apoyo apasionado al regeneracionismo pretendido por la Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1929) y a su régimen autoritario.
José María Pemán y su primo José Pemartín, estaban emparentados con el dictador y se constituyeron entre los principales propulsores de la doctrina oficial de la Dictadura.  Elaboraron todo un canon patriótico, católico ortodoxo y antiliberal que fue propagado con profusión a través de las páginas de "La Nación", el diario oficioso del régimen, Unión Patriótica, la revista quincenal del partido único creado por Primo de Rivera, y de sus propios libros apologéticos. Pemán creía que la Unión Patriótica (UP) era una fachada democrática necesaria para que la dictadura monárquica no se convirtiera en despotismo.
El 11 de octubre de 1927 fue elegido secretario de la Asamblea Nacional Consultiva primorriverista y, un poco antes, fue confirmado como Jefe Local de Unión Patriótica en Cádiz, con lo que se convirtió en uno de los principales poderes fácticos de la región. En este sentido recomendó a Ramón de Carranza y Fernández de la Reguera (marqués de Villapesadilla) para su designación como alcalde de Cádiz en 1927. Hacia el final de la Dictadura el asambleísta de UP era ya un personaje público consolidado que aparecía con mucha frecuencia en la prensa nacional.
La devoción que Pemán sentía por la Monarquía y Alfonso XIII se acrecentó aún más cuando Palacio tuvo la condescendencia de nombrarlo Gentilhombre de Cámara con ejercicio, a propuesta de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz.
 Por la misma época, en atención a sus méritos y cumpliendo a satisfacción los requisitos exigidos, fue armado caballero y tomó el hábito de la Orden de Montesa en la iglesia madrileña de la Concepción Real de Calatrava por Real Decreto de 1 de agosto de 1927, concediéndosele Merced de Hábito de Caballero. Más tarde, envió al rey un libro suyo dedicado que despertó la curiosidad del monarca.
En su declive parece que el dictador Primo de Rivera le había ofrecido sucesivamente los cargos políticos de director general de lo Contencioso, de Bellas Artes y el Ministerio de Instrucción Pública. Ofertas estas a las que intuitivamente Pemán se mostró elusivo.
José María Pemán junto al compositor Manuel de Falla
A la caída de Primo de Rivera, Pemán se mostró inquieto por su futuro político. Con la llegada de la República, y tras una primera desorientación de los que habían colaborado con la monarquía, vino su reagrupamiento en Unión Monárquica Nacional, bajo la jefatura del conde de Guadalhorce, en la que se integraron Ramiro de Maeztu, los ex-ministros José Calvo Sotelo y Antonio Goicoechea; José Antonio Primo de Rivera y José Mª Pemán entre otros.
El prestigio de Pemán decayó en Cádiz. Durante la etapa anterior había sido designado presidente del Ateneo Gaditano desde 1927, pero en 1930 fue cesado como reacción antiprimorriverista. A principios de 1931 llegó a ser expulsado del salón por el público joven en una lectura poética de Rafael Alberti en el Ateneo de Cádiz. Desde el periódico gaditano La Información había defendido su paradigma ideológico antiliberal, construido sobre el tetralema «Familia, Patria, Religión y Monarquía». Posteriormente empezó a cultivar el periodismo político a mayor escala, escribiendo primero en El Debate y luego en el ABC.
La Ley de Defensa de la República, vigente desde el 21 de octubre de 1931 vigilaba y castigaba "la difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público; toda acción o expresión que redunde en menosprecio de las Instituciones u organismos del Estado; y también la apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación". En su artículo “Cuando quemaron la República” publicado en La Información el día 12 de mayo de 1933 Pemán infringió esta ley y fue multado con 500 ptas. por el Gobernador Civil de Cádiz.
Pemán establece el paradigma de la España y la anti-España: la España hermosa, nacional, católica, una, social, espiritual, de un lado, y la anti-España fea, internacional, irreligiosa, secesionista, antisocial, materialista, de otro. Emerge así en la escena política como un decidido antirrepublicano, monárquico y contra-revolucionario.
En agosto de 1932 se produjo el fallido golpe de Estado conocido como la "Sanjurjada". A pesar de que la policía conocía su activismo "de afirmación derechista", la complicidad de Pemán no pudo probarse aunque, para evitar represalias, huyó a Gibraltar un tiempo.
Otro hito importante en la vida de Pemán fue su adscripción a la Sociedad Cultural y a la revista "Acción Española", inspiradas en su homónimo francés, fundadas ambas con el patrocinio de la aristocracia bajo la advocación de la Cruz de Santiago. La revista se definiría como "partidaria del mando único, de la tradición, de la autoridad, de la organización corporativa y enemiga del parlamentarismo demo-liberal". Uno de los primeros actos celebrados en los locales de Acción Española, fue una conferencia de Pemán sobre "La traición de los intelectuales", incidiendo en su idea de los falsos intelectuales. La República era contemplada por estos sectores aristocráticos como el resultado de la liberación vengativa de los resentimientos pequeño-burgueses de una clase media intelectual de vida oscura y pobre que, de pronto, se veía en lugar de los antiguos amos.
En enero de 1933 Pemán participa en la fundación de Renovación Española, un partido político defensor de la restauración de Alfonso XIII (del que serían líderes Antonio Goicoechea y José calvo Sotelo), con apoyos importantes entre la aristocracia y el caciquismo rural. Tanto sus pensadores como sus hombres de acción orientarían sus esfuerzos hacia un mismo objetivo: el derribo del régimen republicano y la construcción de un nuevo orden político católico y monárquico.
En un multitudinario banquete-homenaje que le tributaron sus amigos de Acción Española en el Hotel Ritz en febrero de 1933, Eugenio Vegas Latapie,  entre otros muchos elogios, expresó un sentir común: "la derecha esperaba mucho de Pemán".
El 8 de diciembre de 1934 Pemán firmaba su adhesión al Bloque Nacional de los partidos más a la derecha. 
A finales de 1935 aparecieron sus famosas «Cartas a un escéptico en materia de formas de gobierno» en las que reprobaba tanto a la monarquía liberal y parlamentaria como al accidentalismo que propugnaba la CEDA.
Se presentó a las elecciones generales de 1931 como candidato por Badajoz, y a las de 1933 por Cádiz, obteniendo escaño en esta segunda oportunidad, como monárquico independiente en la minoría de Acción Popular.
Desde el inicio de la Guerra Civil, Pemán fue consecuente con sus ideas y se comprometió apasionadamente con el levantamiento militar, como tantos otros autores reconocidos. En su faceta de propagandista, se cree que Pemán inspiró dos expresiones del bando sublevado: «Cruzada» y «Movimiento Nacional». Desde un principio Pemán adquirió el sobrenombre de «Poeta alférez, que siente, canta y vive la nueva Epopeya Nacional».
Pemán sirviendo como alférez en el ejército de Franco
 Provisto de un considerable capital simbólico (prestigio, reputación) adquirido durante sus años mozos, Pemán se convirtió enseguida en el bardo del "Alzamiento Nacional", en su respetado legitimador y en el fomentador de entusiasmos a través de su encendido verbo.
Pemán participaba en actos de exaltación religiosa y patriótica con arengas y discursos, recorriendo aquí y allá las zonas tomadas por los sublevados; debido a la precariedad logística de éstos se desplazó en ocasiones por su cuenta en el "Rolls" de su pariente, el jerezano José Domecq de la Riva, un enamorado de la velocidad que lo acompañaba gustoso como chófer. Desde el comienzo de la guerra acompañó como orador habitual al general Queipo de Llano en sus rondas por la Andalucía liberada. Tras el acto religioso, el general y sus amigos solían enardecer a las gentes de la población con sendas alocuciones patrióticas cívico-militares.
Como ejemplo sorprendente de su plasticidad literaria, citamos el Romancero carlista (serie de poemas que Pemán publicó en un álbum con el título de Por Dios, por la patria y el rey, con ilustraciones de Carlos Sáenz de Tejada, a pesar de su proclamada militancia monárquica alfonsina.
Pemán fue un entusiasta reportero de guerra destacando junto a El Tebib Arrumi (Víctor Ruiz Albéniz) y al que después fuera famoso locutor de radio, el chileno Bobby Deglané. En el culmen de su carisma, fue elegido por Franco para la misión de anunciar a las Españas la inminente conquista de Madrid. Por orden del Generalísimo iba en el mismo coche del coronel Eduardo Losas Camaña, el primer jefe que se aventuró a entrar en la capital de España el 28 de marzo de 1939. Tras la entrega se dirigió una vez más por Unión Radio a los madrileños tras los coroneles Losas Camaña (que se había convertido en alcalde) y Joaquín Ríos Capapé.
Su encendida narración de la entrada en Madrid de las fuerzas franquistas la recogió en tres artículos que se publicaron en una cadena de diarios de España y América y fueron luego reunidos en un folleto titulado Historia de tres días.
Con categoría de ministro, dependiente de Nicolás Franco, fue nombrado presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junjta Técnica del Estado con sede en Burgos.
Allí, Pemán desempeñó un papel destacado en la definición y eliminación de lo que consideraron la "Anti-España". Se empezó por la depuración del personal funcionarial docente, estableciéndose los cimientos del sistema educativo nacional-católico.
Pemán fue también responsable, durante cuatro meses, de la Oficina de Prensa y Propaganda. Los libros en general fueron clasificados como buenos o malos y éstos expurgados. La enseñanza de la Historia como vía de transmisión de valores fue uno de los pilares de la escuela del franquismo. En 1942 Pemán fue presidente del tribunal de oposiciones a catedráticos del Instituto de Historia de España.
Junto a Joaquín Arrarás,  José María Pemán se encargó de la publicación de la "Historia de la Cruzada Española", con la dirección artística del dibujante y pintor carlista Carlos Sáenz de Tejada. (Continuará)

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