SERVUS HISPANIARUM REGIS



miércoles, 23 de diciembre de 2015

NAVIDAD EN "SALÓN DEL TRONO"


Armas de los Santos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar
Diseño: Marco Foppoli

Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva a hombros el principado y es su nombre: "Mensajero del designio divino" (Is 9,6).

Con motivo de la celebración de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, "Salón del Trono" cierra sus puertas hasta el próximo día 10 de enero en que, Dios mediante, volveremos a estar con todos ustedes.
Que el Señor les bendiga a todos y a sus familias.



¡¡¡FELIZ NAVIDAD 2015!!!

¡¡¡PRÓSPERO AÑO NUEVO 2016!!!

martes, 22 de diciembre de 2015

LA MEDALLA DE LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE VIENA DE 1873

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Grabado mostrando la vista aérea de la Exposición Universal de Viena 1873
La Exposición Universal de Viena (1873) se celebró entre los días 1 de mayo y 31 de octubre de ese año en la capital del Imperio Austro-Húngaro y tuvo como tema: "Cultura y Educación".
Al objeto de estimular la economía, la apertura de nuevos mercados y construir relaciones comerciales, Austria-Hungía realizó un notable esfuerzo para presentar al mundo una muestra del más alto interés. Sobre una superficie de 230 hectáreas ubicadas en el parque de Prater, antiguo coto de caza donado por el emperador José II a la población de Viena, se construyeron diversos edificios, entre los que destacó el Rotunde, un edificio circular de 108 metros de diámetro diseñado por el ingeniero escocés John Scott Russell. Participaron en la exposición 35 países con 26.000 expositores que atrajeron un total de 7.255.000 visitantes.
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Una imagen fotográfica del pabellón conocido como Rotunde
Como en todas las Exposiciones Universales, se entregaron decenas de miles de medallas para premiar a los expositores y conmemorar el evento. En la Expo de Viena de 1873 fueron entregadas un total de 25.572 medallas, de las que 2.929  fueron otorgadas al Progreso.
Hoy les proponemos una de ellas:
Se trata de una pieza circular de bronce en cuyo anverso aparece la efigie laureada del emperador Francisco José I. Le rodea una inscripción en alemán con sus títulos imperiales y reales como soberano de la Monarquía Dual: "FRANZ JOSEPH I., KAISER VON OESTERREICHKOENIG VON BOEHMEN ETC.. APOST. KOENIG VON UNGARN".
Medallas temáticas: 1873 - FRANCISCO JOSÉ I - VIENA - EXPOSICIÓN UNIVERSAL - MEDALLA AL PROGRESO - Foto 1 - 42129175
Anverso de la Medalla
Foto: www.todocoleccion.net
En el reverso se muestra una alegoría de aire clásico en la que Austria honra con una corona de laurel a la Ciencia. Leyenda en alemán:  "DEM FORTSCHRITTE". En exergo: WELTAUSSTELLUNG 1873 / WIEN.
Medallas temáticas: 1873 - FRANCISCO JOSÉ I - VIENA - EXPOSICIÓN UNIVERSAL - MEDALLA AL PROGRESO - Foto 2 - 42129175
Reverso de la Medalla
Foto: www.todocoleccion.net

domingo, 20 de diciembre de 2015

LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE PONTEVEDRA

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Fachada principal de Santa María la Mayor
Foto: Adrián Estévez

La Basílica de Santa María la Mayor es la iglesia principal de Pontevedra, ciudad que al no ser sede episcopal carece de catedral. Se ubica en el casco antguo, justo en el mismo sitio donde antiguamente se erigía una pequeña iglesia románica, que se derribó en el siglo XV. Su construcción se debe al encargo realizado por el Gremio de Mareantes, entidad civil más antigua de Pontevedra y gremio de mar más antiguo de toda España. Se construyó siguiendo los planos de Juan de los Cuetos y Diego Gil, entre otros (Cornielis de Holanda, Mateo López, Sebastián Barros, Domingo Fernándes y Juan Noble). Se trata de un edificio de estilo gótico, con influencias del manuelino portugués.
Externamente destacan sus fachadas. La principal, orientada a oeste, presenta una amplia escalinata para acceder a ella. Tiene estructura en forma de retablo, con tres cuerpos abundantemente decorados (siguiendo el estilo plateresco), obra del maestro Cornielis de Holanda y Juan Noble, y datada en 1541.. La puerta se sitúa en el cuerpo central y presenta un arco de medio punto enmarcado por las esculturas de San Pedro y San Pablo. En la parte superior a la puerta se puede contemplar un relieve de la dormición de la Santísima Virgen; y por encima de él decoración sobre la base de medallones en forma de conchas de vieiras, así como esculturas de santos, personajes bíblicos e incluso históricos; y, todavía más alto, un rosetón (responsable de la iluminación del espacio interior), simbolismo del cielo. La fachada se ve coronada por un Calvario y por último la crestería típica del estilo manuelino portugués. Como dato anecdótico comentar que entre las figuras de los santos que aparecen en la decoración de esta fachada, se pueden distinguir los bustos de Cristóbal Colón y Hernán Cortés que están situados a los lados del rosetón.
Detalle de la crestería de la cabecera del templo
Foto: Iago Pillado
También presenta una fachada en la cara sur del edificio, con un arco de medio punto con jamba pétrea decorada barrocamente y en ella destaca el crucero de dimensiones considerables. También presenta crestería manuelina coronando los muros y el ábside del templo, el cual presenta un gran ventanal decorado siguiendo el estilo manuelino.
Respecto al interior, la iglesia presenta plata basilical con tres naves (la central con predominio de estilo renacentista, mientras que las otras dos, al igual que las capillas, están influidas por el estilo tardogótico) y capillas laterales.
La cubierta de las naves, así como de las capillas laterales se ejecuta mediante bóvedas de crucería, de entre las cuales hay que destacar la que fue llevada a cabo por parte de Diego Gil en el año 1522.
En la conocida como Capilla Mayor se puede contemplar un retablo de madera de castaño y nogal, de fábrica moderna, ya que se puede datar entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, obra de escultor gallego creador de una escuela de talla en Santiago de Compostela, Máximo Magariños, que realizó también el púlpito, así como catorce cuadros con bajos relieves que forman las catorce estaciones del Vía Crucis de la iglesia.
Interior de la Basílica
Foto: Luis Fernández García
Otras capillas dignas de mención son:
  • Capilla del Cristo, que también se le conoce como Capilla del Buen Jesús e incluso de la Angustia. En ella se puede contemplar un altar de estilo barroco datado en el siglo XVIII y obra de José Ferreiro. Esta capilla tiene una inscripción en la que se indica que la fundación de la misma se debe a la familia Barbeito Padrón en 1525, razón por la cual en ella están enterrados además de los fundadores (el matrimonio formado por Juan de Barbeito y Teresa Álvarez Figueroa), otros miembros de esta familia.
  • Capilla de las Angustias, en la que hay una imagen de la Virgen de las Angustias, un escudo de los Fonseca y donde reposan los restos de Bartolomé Sarmiento.
  • Capilla de la Purísima, con su retablo de madera (en el que se venera la imagen de la Virgen de la Esperanza, conocida como la Virgen de la O, que es la patrona de Pontevedra ciudad) con cinco Tablas datadas en 1500 y obra del escultor portugués Atayde.
  • Capilla de la Trinidad, con un altar semejante al de la capilla del Cristo , pero con simbolismos y esculturas referentes al Padre, Hijo y Espíritu Santo (Santísima Trinidad). Además en él podemos ver una talla de Nuestra Señora con el Niño, de escasas dimensiones, que se sitúa sentada sobre el Arca de Noé, la cual se utiliza de Sagrario. Además lateralmente presenta las imágenes en madera policromada de los apóstoles Pedro y Pablo.
  • Altar de la Virgen Dolorosa, en el que hay un retablo barroco en cuya parte inferior y dentro de una urna acristalada se puede ver un Cristo Yacente.
Detalle de la Circuncisión del Señor en el antiguo retablo de Santa María
Foto: P. Lameiro

La Iglesia de Saanta María la Mayor es desde 1962 Basílica, por decreto del Papa san Juan XXIII. Actualmente, está considerada como Bien de Interés Cultural, y fue declarada Monumento Histórico-Artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.

sábado, 19 de diciembre de 2015

SE OFICIALIZA EL HIMNO DE CABALLERÍA

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Lo hemos cantado en muchas ocasiones y desde hace décadas, pero ahora se hace oficial. ¡Bendito sea Dios!. Desde aquí nuestro homenaje a los "centauros legendarios" de todos los tiempos que supieron, vivir y morir en defensa de la Patria. ¡Viva España!. ¡Viva la Caballería!.




viernes, 18 de diciembre de 2015

DICIEMBRE LAZARISTA


Ayer tenía lugar en su sede canónica del Monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid, la celebración eucarística propia de la festividad de San Lázaro, Patrono y Protector de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén.
En ella se oró por los hermanos y hermanas de manto fallecidos y por toda la Orden, en un ambiente de recogimiento y fuerte espiritualidad.
Como cada mes de diciembre, el Gran Maestre de San Lázaro, S.E. Don Carlos Gereda de Borbón, marqués de Almazán, ha dirigido a toda la Orden su mensaje de Navidad que ahora reproducimos.



Diciembre es también un mes en el que el Hospital de la Cruz Verde realiza su tradicional campaña de Navidad con la recogida de turrones y polvorones, con el fin de poder seguir llevando un poco de dulzura a los más necesitados en estas fechas tan entrañables.
Aquellas personas que quieran colaborar con la Orden, pueden llevar dichos productos navideños a la Cancillería, sita en calle Claudio Coello nº 112 (Madrid). Quienes deseen realizar una aportación económica pueden hacerlo del siguiente modo:
Concepto CAMPAÑA DE NAVIDAD:
Titular: Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén
Entidad: Banco de Santander
Nº Cuenta: ES23 0049 5115 3622 1611 7566


ATAVIS ET ARMIS

jueves, 17 de diciembre de 2015

PEDRO PARDO DE CELA, EL MARISCAL

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Representación decimonónica de Pedro Pardo de Cela, el Mariscal
Foto: Alexandre Vigo
Pedro Pardo de Cela Rodríguez de Aguiar e Ribadeneyra, fue hijo de Xoán Nunes Pardo, señor de la Torre de Cela y de Doña Teresa Rodríguez de Aguiar.
Contrajo matrimonio con la hija del primer Conde de Lemos, Isabel Pérez Osorio, quien llegó con su tío, Pedro Enríquez, obispo de Mondoñedo, a esa ciudad gallega, donde Pardo de Cela era merino en representación de la Casa de lemos. El obispo Pedro Enríquez le entregó como dote de boda en 1441 todas las rentas del obispado, a excepción de las que necesitaba para su sustento, compuestas por la mayor parte de los castillos y fortalezas dependientes del obispado, contándose entre ellas el reconstruido Castillo de la Frouxeira. El obispo Pedro Enríquez había sido antes chantre de la Catedral de Orense, y era hijo de Enrique Enríquez, hermano de Fadrique Enríquez de castilla, duque de Arjona.
Fallecido el obispo en 1445, se traslada a Vivero, donde llega a ser alcalde, obteniendo en 1474 el título de mariscal. Compra la "Casa do Carballo de Galdo", cabeza de su morgado. 
A la muerte del rey Enrique IV de Castilla, Pedro Pardo de Cela se declaró partidario de la infanta Juana la Beltraneja, y se enfrentó a la política de los nuevos reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Catedral de Mondoñedo (Lugo)
Foto: Daviddaguerro
En el año 1476 es destituido de la alcaldía por oponerse a los soberanos. En 1478 es expulsado de Vivero y los Reyes Católicos escriben a los ayuntamientos de Santa Marta de Ortigueira y Mondoñedo para que no le permitan su entrada. 
Pedro Pardo pide entonces una carta de "seguro y amparo" a los Reyes y se refugia en el Castillo de la Frouxeira, donde se hace fuerte con "los otros dos Pedros": mPedro de Bolaño y Pedro de Miranda, y derrota a las tropas castellanas, comandadas por Fernando de Acuña, hijo del Conde de Buendía, y Luis de Mudarra, que habían llegado a Galicia en septiembre del año 1480 para "pacificar" el Reino.
Los obispos sucesores de Pedro Enríquez, que siempre reclamaron a Pedro Pardo de Cela la devolución de la dote de su esposa. En realidad, Pedro Pardo de Cela podía tener algo de razón si los bienes recibidos en dote pertenecían a los Castro desde la época de Pedro Fernández de Castro, y no a la diócesis de Mondoñedo como pretendían los obispos, aunque la donación hecha a su sobrina por Pedro Enríquez fue a título personal y los bienes donados le pertenecían a él por herencia familiar. El asunto es discutible en derecho ya que, como obispo, Pedro Enríquez disponía de dos tipos de bienes: sus propios bienes patrimoniales y, por otra parte los bienes derivados de las rentas del obispado.
El corregidor de la ciudad falló a favor del Obispado de Mondoñedo, y ordenó su devolución, a lo que Pedro Pardo de Cela se negó rotundamente. Por ello, fue juzgado en rebeldía y condenado a muerte. Para prenderlo, Fernando el Católico, envió al francés Luis Mudarra, mercenario al servicio del rey, al frente de unos 300 jinetes.
Sus bienes fueron confiscados, aunque luego los Reyes Católicos, mediante sentencia de la Real Audiencia de Valladolid, le devolvieron parte de ellos a su viuda, aunque no la fortaleza de la Frouxeira, ya que existe un documento donde Munzo ó Mouso Mudarra, capitán del rey Fernando de Aragón, compra la fortaleza.
Su hija Constanza se mantuvo en rebeldía pero fue pronto sometida y, tras serle confiscados sus bienes, se le perdonó la vida. De buen grado o por la fuerza, ingresó en un convento donde murió en olor de santidad. Después, los bienes confiscados le fueron devueltos a su hermana Beatriz.
Muerto el Conde de Lemos en febrero de 1483, los mandatarios reales traman la traición de A Frouxeira, ante la imposibilidad de poder conquistarla. Pardo de Cela fue traicionado por sus 23 criados que defendían la fortaleza. Los "cantares" dicen que el traidor fue Roi Cofano do Valadouro.
Castillo de Castrodouro
Foto: Xoán Carlos Fraga
Sin la protección de A Frouxeira, donde se hacía fuerte, el 23 de septiembre de 1483, fue detenido en la casa de Fonsa Yáñez en Castrodouro (actual ayuntamiento de Alfoz, Lugo) llevándolo preso a la villa de Mondoñedo, donde diez días más tarde los decapitarían a él y a su hijo Pedro el 3 de octubre de 1483, debido a ser "cruel y poderoso". Fue enterrado dentro de la Catedral de Mondoñedo, con el beneplácito el obispo mindoniense. Su fortaleza y sus símbolos de poder, fueron derruidos y arrasados.
La dura lucha durante tres años en A Frouxeira, la traición de sus criados y su muerte en el cadalso, lo convierten rápidamente en "mito" y empezó a ser trovado en Ferias y Mercados.
La figura del mariscal es una de las más mitificadas de la Historia de Galicia, muchas veces usada como símbolo de resistencia de la nobleza gallega frente a la castellana.
La leyenda más tradicionalmente asentada en torno a la ejecución del Mariscal, dice que su mujer, Isabel de Castro, llegaba de obtener el perdón real, que traía consigo cuando fue entretenida en un lugar conocido como "puente del pasatiempo" por las gentes del obispo de Mondoñedo, enemigo del Mariscal; mientras, la ejecución se estaría consumando, y la cabeza del mariscal, ya desprendida del cuerpo, estaría rodando por los escalones del cadalso, mientras sus labios aún pronunciaban las palabras "creo, creo, creo".
El Puente del Pasatiempo
Foto: Barfly2001
Actualmente, el puente del pasatiempo es todavía un lugar visitado de Mondoñedo, y la leyenda en torno a la muerte del Mariscal ha hecho correr ríos de tinta, en forma de poemas, canciones, novelas, ensayos histórico-legendarios, y análisis científico-históricos destinados a esclarecer qué parte habría de verdad en una de las leyendas más recordadas en la historia gallega.
Lo único que se conoce de los últimos meses del Mariscal es gracias a la llamada "Relazón da carta executoria", encontrada en el pazo de los Taboy, en el ayuntamiento de Otero de Rey, y escrita, casi con total seguridad, por un miembro de la familia de los Saavedra, por el año 1515.
Al realizar unas obras en la catedral mindoniense, el día 16 de marzo de 1965, quedó al descubierto una sepultura con el escudo de armas del Mariscal y con la inscripción: "Pardo de Cela arno de Viveiro".
En el mismo sitio que dice el documento (la abreviatura "arno" se refiere a "Arcediano", un título de carácter eclesiástico, y que podría indicar el enterramiento, en el primer nivel superficial de la misma sepultura y sobre los restos más antiguos del Mariscal, el cuerpo de un pariente clérigo). Levantada la lápida, aparecieron los restos mortales de Pardo de Cela .

miércoles, 16 de diciembre de 2015

LA MEDALLA DEL CENTENARIO DE LA ACADEMIA DE MINERÍA

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La Academia de Minería y Geografía Subterránea de Almadén fue fundada en 1777 por S.M. el rey Don Carlos III en la localidad de Almadén (Provincia de Ciudad Real), a semejanza de la Academia de Minería de Freiberg/Elbe (Baja Sajonia).
Impulsó su creación principalmente Parés y Franques, así como los ingenieros alemanes Carlos Hennig Köeler, y el que fue su primer Director, el también alemán Henrich Cristóbal Storr, que en 1759 había trabajado ya en las minas de Linares. 
La Academia se fundó diecisiete años antes que se iniciaran los estudios de Minas en el Real Instituto Asturiano de Gijón en 1794. En 1795 se construyó el edificio de la Academia donde se han venido desarrollando las enseñanzas de minas hasta 1973, así como un muy bien abastecido Museo de Minas. 
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La Escuela de Minas de Almadén
La enseñanza estaba principalmente orientada hacia la extracción de la plata americana. Hasta 1808 se graduaron 32 ingenieros de minas, entre los cuales destacaron Andrés Manuel del Río, descubridor del  vanadio, y don Fausto de Elhúyar, figura de capital importancia para la mineralogía y la metalurgia hispanoamericanas, así como dos ingenieros que fueron pensionados en 1796 para ampliar estudios en Alemania: Francisco de la Garza, tío del famoso mineralogista Felipe Naranjo de la Garza, y Diego de Larrañaga.
Entre 1808 y 1826 la Escuela de Minas sufrió una paralización casi total. La invasión napoleónica (1808–1813) obligó al cierre de toda actividad. En 1814 se reanuda la vida docente, pero la independencia de las colonias americanas condiciona una lenta transformación de los contenidos. La plata deja de llegar a España, y los objetivos de la Escuela se difuminan. En 1814 sólo hay dos profesores (los hermanos Larrañaga) de los cuales uno fallece ese año, y el otro abandona el destino. Entre 1817 y 1826 la Escuela permanece inactiva y no se gradúa ningún ingeniero.
En esta época se produce la aparición de la figura más importante en la historia de la formación minera en España: Fausto de Elhúyar, que había sido Director del Real Seminario de Minería en México y había impulsado notablemente la minería en aquel país, regresa a España en 1821, tras la independencia mexicana. Asume la Dirección General de Minas en España y, desde ella, la dirección de la Academia de Minería de Almadén. Abre de nuevo la institución, que en 1825 cuenta ya con 34 alumnos, reforma las enseñanzas, otorga pensionados a cinco estudiantes destacados para que amplíen sus conocimientos en la prestigiosa Academia de Freiberg, y traslada la sede de la Escuela a Madrid.
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Carlos III y el Real Decreto de creación de la Academia de Minería
Es una verdadera revolución de las enseñanzas que, aunque tardíamente, permite que la minería española se incorpore a la Revolución Industrial que imperaba en Inglaterra desde finales del siglo XVIII.
La base de la Revolución Industrial fue la minería del carbón  y la producción de acero. Con estos materiales se construyen los primeros ferrocarriles, los primeros telares, y se transforma la vida laboral. Algunos ingenieros jóvenes (Lorenzo Gómez Pardo, Isidro Sáinz de Baranda…) son conscientes de que el centro de la minería ya no es Almadén, y proponen con insistencia a Fausto de Elhúyar el traslado de la Escuela a Madrid.
Con extraordinaria visión de futuro, el Director General Fausto de Elhúyar pensiona a Lorenzo Gómez, Isidro Sáinz de Baranda, Rafael Amar de la Torre, felipe Bauzá y Joaquín Ezquerra del Bayo  para que perfeccionen estudios en la Academia de Freiberg. Estos ingenieros se desplazaron a Alemania entre 1829 y 1830 y permanecerían allí tres años, regresando a España a tiempo de ser, algunos de ellos, los primeros profesores de la nueva Escuela, que se ubicó en Madrid, por Real Orden de la Reina Regente María Cristina (viuda de Fernando VII), de 23 de abril de 1835. El centro académico de Almadén pasó a ser entonces Escuela Práctica de Minería.
La heredera actual de la Academia creada por Carlos III, es la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén que, a partir del día 1 de octubre de 1985, en virtud del Real Decreto 717/1985, de 2 de abril, la Escuela Universitaria Politécnica se integró en la Universidad de Castilla La Mancha.
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Baritel de las Minas de Almadén
A partir del curso 1999/2000 se implantaron los nuevos planes de estudios, que componían un total de dos titulaciones y tres subespecialidades cada una:
-Ingeniero Técnico de Minas, con las especialidades de:
  • Explotación de minas;
  • Especialidad en sondeos y prospecciones mineras;
  • Combustibles y explosivos.
-Ingeniero Técnico Industrial, con las especialidades de:
  • Mecánica;
  • Electricidad;
  • Química industrial
En 2010, y bajo el amparo del Plan Bolonia, y dentro del proyecto común Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), se comienzan a impartir las nuevas titulaciones de grado, reduciéndose las seis titulaciones anteriores a cuatro, pero continuándose, aún, con la tradicional enseñanza minera del centro, siendo estas:1
  • Grado en Ingeniería Mecánica;
  • Grado en Ingeniería Eléctrica;
  • Grado en Ingeniería de los Recursos Energéticos;
  • Grado en Ingeniería de la Tecnología Minera.
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Al cumplirse, en 1877, los cien años de la puesta en marcha de la Academia de Minería se encargó una Medalla Conmemorativa que fue grabada por Luis Pañol (Casa de la Moneda), según dibujo de José Vallejo y boceto del ingeniero S. Luis Barianaga. 
Es una pieza de bronce circular en cuyo anverso se muestra el busto de Carlos III con peluca de corte, armadura con capa, banda, y collar de la Orden del Toisón de Oro. Le rodea la leyenda "A CAROLO III REGE INSTITUTA PERACTUM MEMORAT SECULUM". 
Medallas históricas: MEDALLA CENTENARIO ACADEMIA DE MINERÍA. 1.887 - Foto 1 - 51417496
Anverso de la Medalla.
Foto: www.todocoleccion.net

Reverso: Alegoría de la minería con candil, apoyada en escudo con maza y pico, símbolos de la minería, rodeada de útiles en paisaje minero y la leyenda: "HISPANA METALLICORUM ACADEMIA MATRITI MDCCCLXXVII". En 1835 se trasladó a Madrid pasando la Academia de Minas de Almadén a Escuela práctica de Minería.
Medallas históricas: MEDALLA CENTENARIO ACADEMIA DE MINERÍA. 1.887 - Foto 2 - 51417496

martes, 15 de diciembre de 2015

DOS EXILIADOS CUBANOS Y UN NORTEAMERICANO INGRESAN EN LA IMPERIAL ORDEN HISPÁNICA DE CARLOS V

Nos cabe el inmenso honor de que visite hoy "Salón del Trono", nuestro muy querido y admirado amigo, el Dr. Don Salvador Larrúa Guedes; quien nos brinda una magnífica, brillante y sentida crónica de la investidura de la Imperial Orden de Carlos V, celebrada el pasado mes de noviembre en la ciudad de Segovia. Estas son sus palabras, las de un verdadero hispanista, las de un gran caballero: 



"No temas a tus enemigos / Sé valiente y recto para que Dios te ame dI siempre la verdad aunque te lleve a la muerte /
Protege a los indefensos y no hagas el mal./ Este es tu juramento. / (Después de golpearle la cara:)
Y esto es para que te acuerdes de él./Levántate como Caballero.

Juramento de los Caballeros en el siglo XII.


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El Alcázar de Segovia


El Alcázar de Segovia es una fortificación imponente cuya construcción comenzó hace más de diez siglos, en la medida en que se ampliaba el antiguo castrum1 que levantaron los romanos sobre la primitiva fortificación que levantaran en el mismo sitio los celtíberos, según lo determina un estudio de los fosos de piedra que rodean la fortaleza, en fecha indeterminada pero anterior a la dominación romana del territorio, iniciada en el año 80 a.C. aproximadamente, por lo que la primera fortificación erigida en este sitio se inició hace 2100 años al menos.

En esta fortaleza augusta, donde han residido numerosos reyes de España que la han preferido sobre cualquier otra, se celebra todos los años el Cruzamiento de nuevos caballeros y damas que ingresan a la Imperial Orden Hispánica de Carlos V, (IOHCV) instituida dentro de la Sociedad Heráldica Española para premiar las realizaciones de todas aquellas personas que enaltecen la Hispanidad en la trayectoria de su vida, y los méritos sobresalientes de los que se hayan distinguido en las labores de acercamiento entre los pueblos de la comunidad Hispanoamericana de naciones, con lo que también enaltecen la memoria histórica del emperador Carlos V, el gran rey que echó los cimientos del imperio y comenzó de esta forma a erigir el magno edificio de la Hispanidad.
La Hispanidad, entonces, debe ser entendida como el patrimonio común heredado por todas las naciones hispánicas puesto que ha sido transmitido por antepasados comunes, y cada una de las naciones ha incrementado esa herencia con nuevos bienes y nuevas glorias, que constituyen el patrimonio intangible y soberano de cada una de ellas. Pero así como en las familias procedentes de un tronco ilustre la existencia de distintos patrimonios privados no impide el amor y culto de las glorias que abrillantan el origen común, así también en las naciones, sin menoscabo de las glorias propias de cada una, cabe el amor y culto de ese patrimonio común, sobre todo cuando es necesaria la colaboración de todos los herederos para conservarlo y defenderlo. Es por ello que puedo definir el concepto de Hispanidad diciendo que es una hermandad soberana de pueblos más allá de toda discordia.
A partir de esta premisa, pueden pertenecer a la Imperial Orden Hispánica de Carlos V todos los españoles e iberoamericanos que se hayan destacado por sus obras en el seno de ese tesoro común, de Hispanoamérica y al mismo tiempo del Mundo, que se define con el nombre de Hispanidad; con tan alta proporción y mérito que merezcan ser llamados para su ingreso en esta Hermandad de Caballeros.


La Imperial Orden Hispánica cuenta con más de 1.600 caballeros en todos los países de Europa y América, y en este año 2015 llegaron al Alcázar de Segovia dos cubanos a los que se les dio el ingreso en la Orden considerando sus méritos excepcionales: el Dr. Luis Conte Agüero, que ha arribado felizmente a los 91 años de edad con una larga trayectoria de reconocido hispanista por la que ha recibido dos veces, en el Ateneo de Madrid, el alto reconocimiento de ser proclamado “Poeta de la Hispanidad”, título que no ha recibido ningún bardo latinoamericano y menos en sitio tan prominente como el Ateneo para las letras hispanas, casi inalcanzable para un iberoamericano. No es éste, sin embargo, el único merecimiento del Dr. Conte Agüero, destacado luchador por la libertad y la democracia que fue declarado Héroe Nacional de El Salvador, abanderado de la Democracia y la Libertad en Congresos Latinoamericanos, considerado en la República Dominicana como el restaurador de la democracia, y consejero de casi todos los presidentes de los Estados Unidos en asuntos trascendentales, con merecidos reconocimientos del Congreso de ese país y del estado de la Florida, con el aval de más de 40 títulos publicados, el honroso cargo de Presidente de la Academia Cubana de la Historia, ostentar la Gran Cruz de Caballero de la Hermandad Nacional de España, y el reconocimiento implícito de los cubanos de Miami como líder político, y particularmente por los miles de miembros del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

Ingresó también en la Imperial Orden Hispánica el Dr. Salvador Larrúa-Guedes. asilado político en los Estados Unidos, ex-profesor de la Universidad de La Habana y del Seminario Mayor de San Carlos y San Ambrosio, autor de 47 títulos sobre temas históricos de Cuba y la Florida, y realizado amplios estudios sobre la Florida Colonial Hispana y la Historia de la Iglesia Católica. Profesor, conferencista, historiador, economista con varios premios internacionales, participante en Congresos Internacionales de Historia con trabajos publicados por Universidades de todo el Mundo, el Dr. Larrúa es Académico Correspondiente en Estados Unidos de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras (RAHA), Secretario Ejecutivo de la Academia Cubana de la Historia, y Académico-Colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, correspondiente de la Real Academia Española. Le fue otorgada la Cruz de Oficial de la Real Orden de Isabel la Católica por S.M. el rey Juan Carlos I de Borbón y el Gran Maestre del Capítulo Noble, Orden de Fernando VI, le concedió la Cruz de Caballero de Justicia, y también ha merecido ostentar la Gran Cruz de Caballero de la Hermandad Nacional de España.
Los Dres. Luis Conte Agüero y Salvador Larrúa-Guedes fueron honrados por Su Alteza Real el príncipe Don Enrique de Borbón, Gran Maestre de la Imperial Orden Hispánica de Carlos V, con el rango y condecoraciones de Comendador de Número con Placa (en inglés. Knight Commander) atendiendo a sus currículums y la trayectoria de sus vidas.

Con ellos fue honrado con el mismo rango de Comendador de Número el Dr. Lawrence A. Clayton, Profesor Emérito de la Universidad de Alabama, encargado del Dpto. de Historia por muchos años así como del Programa de Estudios Hispanoamericanos y Director de los Programas de Postgraduados de Historia. El Dr. Clayton es considerado como un reputado hispanista, participante en los Congresos de Americanistas que se celebran periódicamente, autor de numerosos libros de historia como las Crónicas de Hernando de Soto, el Adelantado de la Florida, y otros sobre el Virreinato del Perú, así como de diversos temas y estudios latinoamericanos, y ha participado también en Congresos de Historia de la Iglesia con trabajos relacionados con el P. Bartolomé de las Casas y la Evangelización del Nuevo Mundo. Es también Académico Correspondiente de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras, Correspondiente del Centro de Investigaciones Históricas de Guayaquil, Ecuador, miembro de la Asociación Nacional de Historiadores de los Estados Unidos y de la Asociación de Historiadores del estado de Alabama, merecimientos por los cuales también le fue concedido el rango de Comendador de Número de la Imperial Orden Hispánica de Carlos V.
 De izquierda a derecha: Dr. Lawrence A. Clayton, S.A.S. Don Enrique de Borbón, Dr. Larrúa Guedes y Dr.  Luis Conte Agüero


Ante el Alcázar de Segovia
En la mañana del 14 de Noviembre de 2015 llegamos los dos cubanos y el norteamericano ante los ciclópeos muros del Alcázar de Segovia, erigido a casi 2500 metros de altura en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, cerca de la antigua ciudad de Segovia que fue sucesivamente celtíbera, romana, visigoda, árabe y española. Altivo, dominante, gigantesco centinela pétreo en su guardia eterna desde el mirador de la montaña, el Alcázar ha sido siempre un lugar muy amado por todos los reyes de España donde muchas veces los Reyes Católicos, el Emperador Carlos V y muchos otros monarcas tomaron decisiones, firmaron decretos y vivieron amparados por las inexpugnables murallas defendidas por fosos de piedra de 26 metros de profundidad que se alzan en una longitud todavía mayor sobre escarpados riscos.

Vivienda de leones,otero de águilas, fortaleza y palacio de altivas torres, el poderoso sistema fortificado que hoy podemos admirar fue perfeccionado durante 20 siglos hasta hacerlo inconquistable, de forma que parece ser uno de los baluartes más firmes y seguros, un emblema precioso del espíritu de la Hispanidad.
Recorrimos el interior de la fortaleza. Viene con nosotros Carina, hija del Dr. Conte Agüero, solícita y amable, que viajó desde Uruguay para acompañar a su padre. Transitamos por la Sala del Palacio Viejo, la de la Chimenea, la del Trono, donde está el trono de los Reyes Católicos bajo su divisa “Tanto Monta”, las Salas de las Galeras y de las Piñas, la Cámara de los Reyes, donde se encuentra la cama real, y la Sala de los Reyes, donde son investidos los caballeros que ingresan en la Imperial Orden Hispánica de Carlos V, en la que se pueden ver las estatuas de 52 Reyes de España, y después la Sala del Cordón, la Capilla, la Sala de Armas... ante tanta historia, ante la evidencia viva de tanta gloria, reconocerse como miembro de esa cultura y del poder hispano representado por tantos símbolos, constituye más que un timbre de orgullo, un compromiso por el cual debemos, cada uno según sus fuerzas, seguir incorporando riquezas a ese tesoro común.
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Vista parcial de la Sala de Reyes del Alcázar de Segovia

El Cruzamiento de los Caballeros

Aquella noche de frío intenso, recortado ante el cielo cuajado de estrellas, el castillo aparecía bellísimo, como obra de un encantamiento, y el tiempo parecía retroceder varios siglos ante su estampa imponente. A las 7 se congregaron ante la gran puerta del Alcázar los miembros de la Imperial Orden y los futuros caballeros, todos vestidos de frac y luciendo rutilantes condecoraciones, que después de cruzar el puente levadizo llegaron finalmente a la puerta de la Sala de los Reyes, donde el Maestro de Ceremonias de la Orden nos explicó el ritual.
Comenzaría a escucharse un emotivo canto gregoriano y los caballeros serían llamados en un orden establecido por sorteo, y avanzarían por el pasillo central de la Sala de los Reyes, acompañados cada uno por un caballero de grado superior de la Orden que se les designó como padrino, hasta el reclinatorio donde pronunciarían el juramento de los caballeros. Allí los esperaría el Gran Maestre, Su Alteza Real el Príncipe Don Enrique de Borbón, el Maestro de Ceremonias y el Capellán Castrense de la Orden. Ante el reclinatorio, a cada caballero le sería formulada esta pregunta:
--¿A qué venís. Señor?
--A solicitar mi ingreso en la Imperial Orden de Carlos V...
Entonces se les indica que se arrodillen en el reclinatorio bajo la advertencia de que deben cumplir los postulados de la Orden y pedir a Dios el necesario perdón si no lo lograran, y su padrino, situado a su diestra, le coloca la mano sobre el hombro derecho.
Leído este juramento, el Gran Maestre enarbola la espada ceremonial para investir al nuevo caballero con el espaldarazo ritual tocando primero un hombro, luego el otro invocando a Santa Bárbara, a Dios Nuestro Señor y al César Carlos V, y acto seguido, estrecha la mano y abraza al nuevo caballero, ya puesto de pie.
Al Dr. Salvador Larrúa-Guedes le cupo la suerte de ser llamado el primero. Poco después fue llamado el Dr. Luis Conte Agüero, y finalmente el Dr. Lawrence A. Clayton. Es realmente muy difícil plasmar en un escrito el cúmulo de impresiones y emociones que nos embargaron en esa noche inolvidable.

Cruzamiento del Dr. Larrúa Guedes

Después de los nuevos caballeros, fueron investidas las señoras con los Lazos de Dama correspondientes para su ingreso en la Orden. A continuación todos nos trasladamos del Alcázar al Hotel Cándido de Segovia, donde tuvo lugar primero el cóctel, luego una espléndida Cena de Gala, con la obligada inclusión del cochinillo asado según la usanza local, numerosas fotografías, discursos... durante la cena el Dr. Luis Conte Agüero emocionó a los asistentes con la historia de su primer encuentro con el Rey Felipe VI, cuando éste sólo contaba 18 años, y con la declamación de algunas estrofas de su Poema al Rey, haciendo gala de su poderosa voz.
El Gran Maestre, Príncipe Don Enrique de Borbón, nos concedió el honor de llamarnos para que primera fotografía que hizo esa noche el fotógrafo oficial de la Orden fuera la de él con nosotros, los dos cubanos exiliados y el norteamericano hijo de la tierra generosa que nos dio refugio y acogida.
Luego nos retiramos. Puedo adivinar que Luis Conte y Salvador Larrúa, exiliados cubanos por razones de conciencia, que nunca vendieron el alma y que lucharon y luchan sin descanso contra el régimen de oprobio que encadena su Patria, se sintieron compensados esa noche por el reconocimiento que se había hecho a su bregar incansable por el desarrollo de la Hispanidad, la Patria Grande de la que nadie, nunca, podrá separarnos ni excluirnos.

Las nuevas damas y caballeros de la Imperial Orden Hispánica de Carlos V

En todo momento me venían a la mente las palabras, leídas mucho tiempo atrás, que pronunciaban los caballeros cuando eran investidos en el siglo XII y que encabezan este trabajo:
No temas a tus enemigos, sé valiente y recto para que Dios te ame. Di siempre la verdad aunque te lleve a la muerte. Protege a los indefensos y no hagas el mal: éste es tu juramento...
Y al mismo tiempo que nos abrumaba la responsabilidad adquirida con el ingreso en la Orden, nos sentimos animados y rejuvenecidos por la estimulante sensación y la alta dignidad de pertenecer a ella y de ser miembros de la Hispanidad, de haber aportado algo de nosotros mismos a ese Patrimonio común, y de ser parte de esa colosal Hermandad de pueblos soberanos más allá de toda discordia, expresión que define a los herederos de España y que nos llena de gloria y de esperanza.
En Miami, Florida, el 29 de Noviembre de 2015".

lunes, 14 de diciembre de 2015

BERNARDO DE GÁLVEZ Y LA PRESENCIA DE ESPAÑA EN ESTADOS UNIDOS Y MÉXICO

La exposición Bernardo de Gálvez y la presencia de España en México y Estados Unidos, que acaba de inaugurarse en el Museo de América de Madrid, se centra en la figura de este político y militar y en la huella española dejada tanto en México como en Estados Unidos durante el siglo XVIII.
Con esta muestra se pretende reconocer la destacada trayectoria política y militar de Gálvez, quien llegó a ser gobernador y capitán general de Luisiana y las Floridas, así como Virrey de Nueva España. Por otro lado, se quiere rememorar la historia compartida de tres naciones: España, Estados Unidos y México.
A través de un recorrido expositivo se rinde homenaje a uno de los militares más brillantes que ha tenido el Ejército español a lo largo su historia, Bernardo de Gálvez, a quien además se le ha concedido recientemente la ciudadanía de honor de los Estados Unidos por su contribución a la independencia del país.
Fechas de visita: del 4 de diciembre de 2015 al 12 de marzo de 2016.
Hora: de lunes a viernes de 11.00 a 19.30.
Sábados de 11.00 a 15.00. Domingos y festivos cerrado.
Entrada libre hasta completar aforo.

Se pueden realizar visitas guiadas contactando previamente a través de este teléfono: 676292627.
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domingo, 13 de diciembre de 2015

EL MONASTERIO DE LA CARTUJA DE SEVILLA, LUGAR COLOMBINO

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Exterior de la Cartuja de Sevilla
Foto: Sergio Lora Villar

El espacio que hoy ocupa el Monasterio de Santa María de las Cuevas (Cartuja de Sevilla) era utilizado por los almohades en el siglo XII como lugar destinado a hornos alfareros de cocción. Los musulmanes aprovecharon su situación junto al río Guadalquivir y la abundancia de arcillas, que extraían labrando cuevas (más tarde continuarían con la extracción de arcilla también los alfareros de Triana), y existe una leyenda de alrededor del año 1248 que cuenta que se halló una imagen de la Virgen María en una de las cuevas (se supone que la escondieron durante la época musulmana) . Tras el hallazgo y la reconquista cristiana por Fernando III el Santo,  se construye la Ermita Santa María de las Cuevas para venerar el icono. A finales del siglo XIV, era dirigida por la Orden Franciscana.
Con el tiempo aumentó la devoción hasta llegado el año 1400 en que se transforma en Monasterio, fundado por el entonces Arzobispo de Sevilla, don  Gonzalo de Mena y Roelas, ayudado por el noble Ruy González de Medina. Los franciscanos fueron trasladados al Aljarafe y al terreno se añadieron extensas propiedades. Al ser miembro de una de las familias de más renombre dejó huella en el monumento plasmando el escudo heráldico familiar en las entradas y principales estancias.
La muerte del Arzobispo deja el conjunto en una difícil situación pues los fondos donados por Gonzalo de Mena fueron utilizados por el regente don Fernando de Antequera (durante la infancia de Juan II) para sufragar sus campañas militares.
Años más tarde, otro miembro de la aristocracia sevillana, el Adelantado Mayor don Perafán de Ribera, de la Casa de Alcalá, subvencionó la construcción de la iglesia y se responsabilizó del mantenimiento del monasterio siempre que tuviera derecho a ser enterrado en el edificio y sus armas heráldicas ocuparan el lugar de las del Arzobispo. También la familia de los Veraguas aportó bienes para su supervivencia.
A finales del siglo XV se establece en el monasterio la Orden de los Cartujos.
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Fachada gótica de la iglesia monacal
Foto: Anual
La Cartuja tuvo dos hospederías, una en el exterior del edificio dando a la Huerta Chica, hoy escritorios de la antigua fábrica de loza, donde se acogía a los parientes de los frailes, a los que iban de camino y a los peregrinos que se iban allí para hacer prácticas de piedad o ejercicios espirituales, y otra, en la que los monjes tenían dispuestos algunos departamentos con hermosos salones, que se encontraba cerca de la biblioteca y alojaba a personas de calidad, hombres de estudio y artistas. Allí residió Felipe II cuando visitó el monasterio, donde pintaron cuadros Zurbarán y Pacheco y donde el entallador Duque Cornejo realizó algunas obras. Probablemente allí fue también donde Colón residió durante las largas temporadas que pasaba en Sevilla. El monasterio sirvió como retiro espiritual de Felipe II, el resto de reyes españoles que estuvieron de paso por Sevilla y personas de renombre como Arias Montano y Santa Teresa de Jesús.
Hasta comienzos del siglo XIX, la Cartuja fue un monasterio más donde se practicaba la oración, ayuno y el silencio (reflejado en los cuadros de Zurbarán que se conservan en el Museo de Bellas Artes de Sevilla). Era austero en sus cenobios, pero destacaba su gran decoración que fue aportada por sus benefactores desde los principios de su existencia, hasta que se sucedieron los hechos de la invasión por tropas francesas.
El mortífero terremoto de Lisboa de 1755 afectó gravemente al edificio. En 1810 durante la invasión francesa fue saqueada, haciendo desaparecer todo rastro decorativo, y utilizada por el ejército extranjero como cuartel general. La iglesia la convirtieron en cuadra.
Los cartujos fueron expulsados durante la invasión, huyeron a Portugal para regresar en 1812.
Entre los visitantes destacados, sobresale Cristóbal Colón y su familia, que eran amigos íntimos de Fray Gaspar Gorricio (albacea testamentario y consejero espiritual de sus hijos), del que recibió apoyo mientras se encontraba en Sevilla preparando sus expediciones al Nuevo Mundo. Colón consultó documentos en la biblioteca del monasterio para preparar la defensa de sus argumentos en Salamanca antes de realizar su primer viaje.
Claustro del siglo XV
Foto: José Luis Filpo Cabana
El Almirante hizo uso de las estancias del edificio para hospedarse mientras estaba en la ciudad, hecho decisivo para elegir la isla de la Cartuja como sede de la Exposición Universal de 1992. Gaspar le prestó su ayuda y conocimiento de las Sagradas Escrituras para la redacción del Libro de las Profecías, que el Almirante dedicó a los Reyes Católicos. Colón tenía abundante correspondencia con Gorricio y le enviaba, además, importantes archivos, joyas y dinero propio para que los guardara, patrimonio que luego fue reclamado por sus herederos. Gaspar era un fraile sevillano de ascendencia italiana, de la ciudad de Novara.
Otro amigo cartujo de Colón fue el padre Diego Luján, natural de Madrid. Fue hijo de Sancho de Padilla, rico-hombre de Enrique IV, y nieto de los Adelantados de Castilla. Los lujanes tenían parentesco con los condes de Paredes, los Almirantes de Castilla y los Almodóvar. Diego Luján había desempeñado importantes cargos en la cartuja de Cazalla, el Paular y Jerez y fue 3 veces prior de la cartuja sevillana.
Otra amistad suya en el monasterio hispalense fue Rodrigo de Marchena, hijo del alcalde mayor, y que probablemente era familiar del fraile de la Rábida Antonio Marchena, quien, junto con Juan Pérez, ayudaron enormemente a Colón para la consecución de sus objetivos.
La Cartuja poseía también el Señorío de Casalengua. Esta posesión constaba de una próspera aldea poblada con señorío y vasallaje, con terrenos para la agricultura y la pesca. En esta aldea pasó colón largas temporadas antes y después del 1492, en compañía de Luján y Gorricio.
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Monumento a Colón en La Cartuja
Foto: CVH
En 1502, en los preparativos de su cuarto viaje, Colón escribe una carta al Papa Alejandro VI dándole cuenta de sus descubrimientos y de la necesidad de rescatar el Santo Sepulcro. Le indicaba la necesidad de que fueran a las tierras descubiertas frailes benitos, jerónimos, cartujos y otros para predicar.
El Almirante propuso que los cartujos fundaran un monasterio en La Española y propuso a Gaspar Gorricio como prior y que este fuera acompañado de otros seis frailes para que instruyeran a los habitantes de esos territorios. Sin embargo, los cartujos se negaron, porque los priores de la orden estaban obligados a reunirse periódicamente para elecciones generales y nombramiento de sus cargos, lo que se hacía difícil si los priores se iban tan lejos.
El 20 de mayo de 1506 fallece Cristóbal Colón en Valladolid, de manera casual, ya que se encontraba de camino a la Corte itinerante de Fernando el Católico. Sus funerales se celebraron en la Iglesia de la Antigua y se depositó su cadáver en el Convento de San Francisco de la ciudad. Su hijo Diego Colón mandó trasladar los restos de Colón al monasterio de la Cartuja, probablemente, por el cariño que sentía Colón hacia este lugar. Los restos fueron entregados a la comunidad cartuja de Sevilla el 11 de abril de 1509. El traslado fue realizado por un primo de Cristóbal Colón, Juan Antonio Colón, que a su vez fue mayordomo de Cristóbal y de su hijo Diego. Sólo existían en el Monasterio de Santa María de las Cuevas dos bóvedas funerarias: la de los Ribera, en la iglesia grande, y la de los Henríquez, en la capilla de los Duques de Alcalá, sita en el claustrillo. Probablemente se situaron los restos en la de los Henríquez hasta que, en 1523, se finalizó la capilla de Santa Ana. También se ha dicho que en la capilla de Santa Ana se enterró también a su hermano Bartolomé Colón, sin embargo es probable que esto sea una errata, y que se refirieran a la tumba de su hermano Diego.
El 24 de febrero de 1526 fallece el hijo de Colón, también llamado Diego, en el municipio de la Puebla de Montalbán, en Toledo, cuando se dirigía a Sevilla para asistir a las bodas de Carlos V con Isabel de Portugal. Su cadáver fue trasladado al monasterio junto con el de su padre y su tío. El último Colón enterrado en la capilla de Santa Ana fue el sobrino nieto de Cristóbal Colón, Luis Colón y Toledo, tercer Almirante de la Mar Océana, quien permutó los cargos de virrey y gobernador de las Indias por los de duque de Veragua y marqués de Jamaica. Los restos Don Luis fueron trasladados a Santo Domingo a comienzos del siglo XVII.
En 1542 los restos de Colón fueron exhumados para llevarlos rumbo a Santo Domingo, aunque después volvieron a su ubicación definitiva en la Catedral de Sevilla.
Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, según la tradición, plantó un ombú, planta arborescente que todavía puede ser visitada en el conjunto. Según otras versiones de esta historia, sería plantada por el propio Cristóbal Colón.
El ombú de La Cartuja
Foto: Anual
Los restos del hermano de Cristobal Colón, Diego Colón, se encuentran en la actualidad en el Museo de la Fábrica de loza de La Cartuja de Sevilla, situado en las instalaciones actuales de la Factoría. Gracias a estos restos se ha podido demostrar donde estaban los del almirante.
La marquesa viuda de Pickman mandó colocar un monumento a Cristóbal Colón en 1887 en los jardines.
Entre 1835 y 1836 se produjo la expulsión de los monjes de manera permanente, finalizando con cuatro siglos de vida en comunidad, era el periodo de la Desamortización de Mendizábal que decretó la extinción de las órdenes religiosas.
El comerciante Charles Pickman, procedente Liverpool y afincado en Sevilla para continuar con el negocio familiar, y contando con la financiación del banquero sevillano Juan Pedro La Cave Soulé, constituyó la sociedad y alquila primero el monasterio, que estaba abandonado y maltrecho, en 1838, comprándolo en 1840, para transformarlo en 1841 en lo que más fama y renombre ha dado al lugar, una fábrica de loza y porcelana china decorada a la manera inglesa haciéndose en poco tiempo la preferida por la clase acomodada, ya fuera para darle un uso particular como para adornar alacenas de todo el mundo, piezas que aún hoy día se pueden encontrar en perfecto estado de conservación en muchos casos.
1.2 Entrada de La Cartuja de Sta.  María de las Cuevas, Isla de La Cartuja.  Sevilla..JPG
Entrada de la Fábrica
Foto: Roberto Chamoso
La primera pieza que salió de la fábrica fue un palanganero con jarra que fue regalado al socio capitalista Juan Pedro La Cave, y que en la actualidad conservan sus familiares. Al principio de su funcionamiento la fábrica se adaptó al edificio siendo respetuoso con el mismo, pero la demanda de producción de loza terminó por utilizar todos los restos edificados sin piedad. En esta fecha es cuando se levantan los diez hornos de botella que dan originalidad al conjunto monumental de los que sólo quedan en pie cinco y unas cuantas chimeneas. La fabricación de loza y porcelana estuvo funcionando en el monasterio hasta 1982, fecha en que es desalojado.
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Los clásicos diseños de La Cartuja
Foto: CVH
Fue declarado Monumento Nacional en 1964 y expropiado por el ministerio de Obras Públicas transfiriéndose en 1982 al gobierno de Andalucía.
Desde 1986 el gobierno autónomo de Andalucía se propuso restaurar y rehabilitar el conjunto y así poder recuperarlo para uso y disfrute de los ciudadanos, mostrando el esplendor que tuvo de su pasado monástico, militar y fabril. Para poder hacer efectiva sus pretensiones se creó en 1989 el Conjunto Monumental de la Cartuja de Sevilla, cuya misión era proteger el monumento, convirtiéndolo en centro de investigación y difusión cultural al tiempo que lo acondicionó con instalaciones expositivas para que formara parte de la Exposición Universal de 1992, de esta manera comenzó una nueva fase histórica para el monumento.
Las chimeneas de la Fábrica de La Cartuja, símbolo de la Exposición Universal de 1992
Foto: Lobillo
Con la Exposición Universal de Sevilla de 1992, además de cambiarse la infraestructura urbanística, también se recuperó en todo lo que pudo el monumento para la ciudad (sobre todo arquitectónico), sus huertos y jardines, aunque gran parte de su patrimonio ya estaba perdido el recinto recuperó parte de su belleza. Durante la Expo’92 fue el emblema de la muestra, sede del Pabellón Real, lugar de recepción de gobernantes y monarcas de todo el mundo.
A partir de 1997 comenzó a funcionar como museo al convertirse en sede el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, asumiendo para sí la gestión del personal y las colecciones que han sobrevivido del Conjunto Monumental de la Cartuja así como del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. Por decreto pasó a ser un Organismo Autónomo dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. También alberga el rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía.