SERVUS HISPANIARUM REGIS



sábado, 2 de octubre de 2010

LOS MONARCAS VINCULADOS A LAS ÓRDENES REALES SUECAS (III)

GUSTAVO III Y LA ORDEN DE VASA (1771-1792)

Gustavo III nació en el Palacio Real de Estocolmo el 24 de enero de 1746. El nacimiento de Gustavo, su infancia y juventud se llevaron a cabo en un clima de extrema debilidad de la institución monárquica sueca. Sus padres los reyes fueron humillados en más de una ocasión, mientras la nobleza se había apoderado de la administración del Estado.
Sus profesores guiaron su educación de acuerdo a los preceptos de la Ilustración francesa, que en ese tiempo era la tendencia cultural y humanística predominante. Se pretendió que el príncipe fuera introducido en los ideales de la tolerancia, el humanismo y el interés por todas las expresiones culturales. En su educación predominó la estética y la literatura, y el príncipe también mostró interés por la historia. Algunos han considerado que la instrucción académica de Gustavo no contaba con fuertes bases éticas y religiosas, lo que probablemente lo llevaron a tener desde sus años como príncipe heredero una fuerte inclinación al egoísmo y al autoritarismo, así como un marcado afecto hacia el poder, el éxito y el honor, pasiones que llegó a considerar como objetivos supremos en la vida.
En 1766,a punto de alcanzar la mayoría de edad, Gustavo fue obligado por decisión política del Parlamento a comprometerse con la princesa Sofía Magdalena de Dinamarca.
Su empeño en destacar en la vida política del país y en restablecer el poder de la institución monárquica lo condujo a dirigir al Partido de la Corte, que no tardó en darse cuenta de las habilidades del Príncipe y en considerarlo la esperanza de la monarquía sueca.

 

A la muerte de su padre el 12 de febrero de 1771, Gustavo se encontraba en París, donde consiguió la promesa de apoyo político del gobierno de Francia y del propio Luis XV. Gustavo fue coronado el 29 de mayo de 1772.
El 19 de agosto de 1772,con el apoyo de varias guarniciones militares, el Rey arrestó al Consejo del Reino y a los principales líderes del Parlamento que se le oponían. Dos días después, el parlamento, sometido al rey, aprobó una nueva constitución elaborada en gran parte por el mismo monarca. Con este audaz golpe, Gustavo III logró, sin derramamiento de sangre, restablecer el poder absoluto de la monarquía en Suecia.
Para conmemorar su poder y perpetuar su memoria, Gustavo III creó ese año de 1772 la Orden de Vasa.
Gustavo se comportó a partir de entonces como un déspota ilustrado, abolió la tortura en Suecia, concedió libertad de imprenta, mejoró los servicios de salud, combatió a los abusos administrativos, y concedió alzas salariales a los funcionarios públicos. También logró la liberación del mercado de cereales, la mejoría en el estado del ejército y la armada y la moderación de las leyes penales.
Sin embargo, con el paso del tiempo las finanzas públicas comenzaron a ser víctimas del despilfarro. El rey endeudó la economía del país sin el consentimiento del Parlamento. Ello, junto con algunas reformas poco populares y la aparición de nuevos casos de corrupción en la administración, provocó que la oposición creciera, encabezada por el conde Axel von Fersen, y que en el parlamento de 1786 se rechazaran la gran mayoría de las propuestas presentadas por Gustavo III.
La derrota ante el Parlamento ocasionó que el rey buscase emprender una arriesgada guerra contra Rusia que le ayudara a recuperar el prestigio y la autoridad moral. De este modo comenzó en secreto un rápido rearme del ejército.

 


 

A finales de junio de 1788, las tropas suecas, sin una previa declaración de guerra, atravesaron la frontera con Rusia. El rey Gustavo III confiaba en la victoria, amparado en la atención que la emperatriz rusa, a la sazón Catalina la Grande, fijaba en las hostilidades que mantenía con el Imperio Otomano, y en que aquélla supuestamente no esperaba la súbita ruptura de relaciones con Suecia, hasta entonces en buena situación.

En los planes de Gustavo se encontraba la rápida conquista de la ciudad de San Petersburgo, pero ésta no se pudo concretar por el fracaso sueco en la Batalla de Hogland donde que no pudo derrotar a la armada rusa del Báltico. Para complicar aún más la situación, Dinamarca, presionada por un pacto militar con Rusia, decidió invadir territorio sueco en septiembre de 1788.

Ante el peligro de ser atenazado en dos frentes, Gustavo III hizo un llamamiento al levantamiento popular patriótico en Suecia. Este llamada real fue respondida con entusiasmo por considerables sectores de la población que decidieron alistarse como voluntarios en el conflicto contra los daneses. El Rey se erigió ante la opinión pública sueca como un gran patriota y padre de la resistencia civil. La masiva movilización de la población sueca, junto con la amenaza de un conflicto con británicos y prusianos llevaron a Dinamarca a suspender las hostilidades en julio de 1789.

Gustavo III no poseía grandes cualidades militares,  pero tomó parte activa en la guerra contra Rusia y obtuvo algunas victorias menores. Pero también bajo su liderazgo los suecos sufrieron una aplastante derrota ante la flota de Catalina II en la 1ª Batalla de Svensksund. Sin embargo, un año después, en julio de 1790, fueron los rusos los vencidos en la 2ª Batalla de Svensksund.


El Tratado de Värrälä puso fin a la guerra con Rusia. Gustavo III no logró sus pretensiones de conquista, pero finalizó el intervencionismo ruso en la política de Suecia y la reputación del soberano sueco aumentó significativamente. Sin embargo, las finanzas del país sufrieron graves daños.

Poco tiempo después de terminada la guerra con Rusia, Gustavo III abrigó nuevos planes de guerra. Aliado de la Familia Real Francesa presa de la Revolución, planeó combatir a los jacobinos, organizando una coalición con las monarquías de Europa para aplastar el avance de las ideas antimonárquicas que germinaban en el continente, y eventualmente dotar a Suecia de un papel influyente en los asuntos europeos. Pero la idea no entusiasmó precisamente en las cancillerías del viajo continente.

Entre 1791 y 1792 se fraguó una conspiración por parte de algunos miembros de la nobleza, cuyo objetivo era cambiar la Constitución y entre las posturas más radicales, asesinar al Rey. En un baile de máscaras en la Ópera de Estocolmo, el 16 de marzo de 1792, el rey Gustavo III fue rodeado por cinco hombres vestidos de negro y Jacob Johan Anckarström le disparó a quemarropa en la espalda. El rey falleció  el 29 de marzo de 1792 después de algunos días de agonía. Sus restos mortales fueron sepultados en la Iglesia de Riddarholmen de Estocolmo.

El asesinato de Gustavo III inspiró a Giuseppe Verdi para crear su ópera "Un ballo in maschera", estrenada en el Teatro Apollo de Roma en 1859. A causa de la censura, que consideraba el libreto antimonárquico, obligaron a Verdi a cambiar el lugar de la acción, de Estocolmo a Boston. Los nombres de los protagonistas también cambiaron, de Gustavo III a Riccardo; de Renato Anckarström a simplemente Renato. A Amelia la dejaron seguirse llamando igual. Desde hace unos cuarenta años aproximadamente se ha ido devolviendo a los personajes sus nombres originales.



  • Vicente Sardinero (1937-2002): Alzati… Eri tu, recitativo y aria de Renato del Tercer Acto, Escena I, de Un ballo in maschera. G. Verdi.






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