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jueves, 1 de diciembre de 2016

UN CONFLICTO POCO CONOCIDO: LA GUERRA CIRCASIANA


La larga guerra que enfrentó al Imperio Ruso con los pueblos circasianos del Cáucaso se inició en 1763, con la llegada de fuerzas rusas a los confines de Circasia y no concluiría hasta 1864. Fue un conflicto complejo que se puede dividir en tres etapas bien diferenciadas: 
La primera (1763-1822), consistió en la invasión y ocupación de Circasia Oriental, la segunda (1822-1840), la invasión de Circasia Occidental y, finalmente, la tercera (1840-1864), en la que fueron vencidos y sometidos los últimos jefes tribales de la región.
En esta entrada de hoy nos ocuparemos de la segunda de esas etapas.
Habitaban Circasia Occidental una serie de tribus: besleneyos, abadzecos, ubijos, shapsughs, y natujái. Todos ellos eran retratados por la propaganda rusa como salvajes, en un intento de convencer a la comunidad internacional de la justicia de aquella intervención armada. Los besleneyos, sin ir más lejos, había participado especialmente en el asalto a puestos de avanzada rusos en la ex-Circasia oriental, o Cabardia.
Para evitar nuevas incursiones, los rusos comenzaron a construir el fuerte defensivo Labinski, y desarrollaron un cuerpo especial de exploradores, conocido como plastum, para hacer reconocimientos en los territorios circasianos, ubicados más allá de esas posiciones defensivas. Fuerzas rusas y circasianas chocaron repetidamente, sobre todo en las planicies del río Kubán, donde la caballería de ambos bandos podría maniobrar libremente.
Tanto los turcos como los ingleses, rivales de Rusia, suministraron a los circasianos armas de fuego y municiones para continuar su lucha. Inglaterra también envió varios asesores militares, mientras Turquía intentó persuadir a Circasia para iniciar una guerra santa para obtener el apoyo de otras naciones. En 1836, la marina rusa capturó un buque mercante español, que transportaba municiones a los circasianos.
En esa época, el zar ruso, Nicolás I, ordenó construir fortificaciones en los puntos clave conquistados en la costa del Mar Negro, para colaborar  en la defensa de los buques rusos que operaban en la zona. El cabo Adler fue una de esas ubicaciones. 
El 3 de junio de 1837, fuerzas navales rusas bajo el mando del Almirante Esmont, y tropas terrestres embarcadas, comandadas por el general Voljovski, comenzaron a dirigirse hacia el Cabo Ádler, llegando allí el 6 de junio. El Barón Rosen, segundo de Esmont, envió un buque de recocimiento para localizar un lugar para el desembarco, pero fue rechazado por los defensores circasianos.
El Zar Nicolás I
El 7 de junio de 1837, el General Voljovski desembarcó en Cabo Ádler y entró en un bosque cercano, a través del cual los defensores circasianos se habían retirado después de haber sido bombardeados por los buques rusos. A través del denso bosque, los defensores circasianos se acercaron a las posiciones rusas y atacaron. Fueron rechazados, pero las fuerzas rusas, al perseguir a los circasianos en retirada, se enfrentaron con aún más circasianos. Los mensajeros que fueron enviados a la retaguardia para recibir instrucciones, fueron localizados por patrullas circasianas y asesinados. En medio de durísimos combates, muchos de ellos cuerpo a cuerpo, estuvieron cerca de la derrota, pero la llegada de refuerzos les permitió obtener la victoria y asegurar la posición del Cabo Ádler.
El 13 de abril de 1838, fuerzas rusas hicieron frente al ejército circasiano en el estuario del río Sochi, y el 12 de mayo, desembarcaron en Tuapsé. La mayoría de los combates durante esta parte del conflicto tuvieron lugar en la forma de desembarcos anfibios sobre las ciudades costeras, de acuerdo a las directivas del zar para asegurar posibles puertos, o destrozando fuerzas circasianas atrincheradas en bastiones ubicados en las montañas.
Soldado circasiano
En 1839, fuerzas rusas desembarcaron en Subash y comenzaron la construcción de una fortaleza, donde hicieron frente a constantes embates tribales de los ubijos, que finalmente fueron expulsados por el cañoneo de la marina rusa. Más de 1.000 soldados circasianos cargaron contra las posiciones rusas, sin embargo, fueron rodeados y aplastados cuando intentaron retirarse. Este patrón de ataque por las fuerzas rusas se prolongó por varios años.
El 7 de febrero de 1840, fuerzas circasianas rodearon la fortaleza rusa de Lázarev, la tomaron por asalto y asesinaron a los defensores. Inspirados por esta victoria, capturaron la fortaleza Veliamínovski y luego atacaron la fortaleza Mijáilovski con un ejército de 11.000 hombres, tomándola al asalto. Las restantes fuerzas circasianas atacaron la fortaleza de Golovinski, pero fueron repelidas por los defensores rusos ubicados allí.
Ese mismo año, el entonces zarévich y luego zar ruso Alejandro III visitó a las fuerzas rusas. La caída de Gunib y la captura del Imám Shamil, un líder religioso rebelde, por Dmitri Miliutin en 1859, marcó el final de la conquista de la zona oriental de Circasia. 
Entre 1856 y 1859, dos líneas defensivas fueron construidas para contener a las restantes tribus hostiles, la Línea Adagumski y la Línea Beloréchenski. En mayo de 1859, ancianos de la tribu bzhedugh negociaron una paz con Rusia y quedaron sometidos, prestando juramento de fidelidad al zar, siendo concentrados más allá del río Kubán. 
Los líderes circasianos supervivientes vieron pocas posibilidades de resistencia contra la superioridad económica y militar de Rusia. Muchas de las tribus restantes pronto se sometieron a los rusos, incluyendo a los abadzecos el 20 de noviembre de 1859.
Una acción de caballería durante el conflicto
Los Natcuagias también juraron lealtad al Zar después de ser derrotados en enero de 1860 en una batalla contra el Coronel Bábich, y donde su líder falleció. En 1861, las tribus restantes formaron un nuevo gobierno llamado “Los Medzhlís de la Circasia Libre".
En este momento, debido a la pacificación de Daguestán y Chechenia en el teatro de guerra de la aún más grande Guerra del Cáucaso, estaban disponibles tropas rusas frescas y fueron enviadas a Circasia Occidental. Los restantes ubijos fueron asesinados o forzados a huir hacia el Imperio Otomano.
Con la captura de Imán Shamil, y su posterior juramento de lealtad, la Guerra del Cáucaso, que había surgido de la Guerra Ruso-Circasiana, finalizó el 2 de junio de 1864 en Kbaada (cerca de Sochi). El Gran Duque Miguel Aleksándrovich, comandante general de las fuerzas rusas en la región, proclamó como definitiva la conquista de la región occidental del Cáucaso y el final de la guerra.
Rendición del Iman Shamil a las fuerzas rusas

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