El Palacio de Letrán, construido tras la destrucción del viejo Patriarcado de Constantino, es un antiguo edificio cuya historia se remonta a la Roma imperial y que fue residencia papal oficial durante más de mil años, hasta el Papa Benedicto XI (1303-1304). Se encuentra junto a la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, ya que contiene la Santa Sede, o la Cátedra Romana. El Palacio de Letrán, actualmente alberga el Museo de Historia de los Estados Pontificios, las oficinas de la Vicaría de Roma y el apartamento del cardenal vicario de Su Santidad para Roma y el Distrito.
El Palacio de Letrán, junto con la iglesia y edificios adyacentes tiene derecho de extraterritorialidad al estar bajo la plena y exclusiva competencia de la Santa Sede.
Es parte de un complejo más amplio que incluye también la Basílica, el Baptisterio, los restos del palacio medieval del Papa con la Scala Santa y la Capilla del Sancta Sanctorum. Cerca del Palacio y de la Scala Santa, se encuentra el Triclinium Leonino y la plaza con el Obelisco de Letrán, el mayor de los obeliscos de Roma.
Fachada occidental del Palacio de Letrán
Desde comienzos del siglo IV, Letrán fue la residencia principal de los papas en Roma durante mil años.
De este modo se creó una ciudadela en torno al Palacio de los Papas, incluyendo también la Catedral y el Baptisterio, que partía de la Puerta Asinaria y la Muralla Aureliana y que terminaba con el Castrum de los Cuatro Santos Coronados, en donde el Papa podía refugiarse en caso de peligro.
La zona tomó el nombre de los propietarios originales, la familia romana Plauzi Laterani, que tenía una gran mansión. Lucio Sextio Laterani fue el primer plebeyo en asumir la dignidad de cónsul.
A principios de la del siglo IV, cerca de las Murallas Aurelianas estaban alojadas las tropas de élite de Majencio, las singulari equites . Constantino, después de derrotar a Majencio (312), ordenó destruir estos cuarteles, según la costumbre romana de la damnatio memoriae de los traidores.
Puesto que el área estaba dentro de la ciudad, Constantino permitió la construcción de una iglesia cristiana y un monumental baptisterio. La Basílica de Letrán fue la única de las tres grandes basílicas de Constantino que se encuentra dentro de las murallas de la ciudad. El edificio original no estaba lejos del Palacio Imperial (algunas de cuyas rests son visibles en la iglesia de Santa Croce in Gerusalemme).
El área era también la casa de Fausta, la segunda esposa de Constantino y hermana de Majencio. En 313 Fausta concedió la Domus Faustae al Obispo de Roma, Milcíades para que tuviese allí un sínodo de los obispos, convocados para luchar contra el cisma donatista. Durante el sínodo el donatismo fue condenado como herejía.
La investigación hasta la fecha no ha logrado descubrir el año en que se inició la estancia del obispo de Roma en el Laterano. La única fecha que nos consta es la de la consagración oficial de la basílica y el palacio. Esto sucedió en el 324 con el Papa Silvestre I.
Como resultado de su liderazgo en el mundo como la iglesia madre de todas las iglesias, en la fachada del edificio están inscritas las palabras: Sacrosancta Lateranensis Ecclesia omnium Urbis et Orbis Ecclesiarum mater et caput "(Sacrosanta Iglesia de Letrán, madre y cabeza de todas las iglesias en la Ciudad, y en el mundo).
El Papa Sergio III dedicó a San Juan Bautista en el siglo X, el nuevo baptisterio. En el siglo XII, el Papa Lucio II dedicó el Palacio de Letrán y la basílica también a San Juan Evangelista.
En el siglo V los edificios de Letrán fueron severamente dañadas varias veces por las invasiones bárbaras y en 896 fueron dañados por un terremoto y fueron reparados de nuevo.
Letrán fue escenario en 897 del denominado "Concilio Cadavérico", cuando el Papa Esteban VI hizo traer a su presencia el cadáver de su predecesor, Formoso, que fue condenado y echado al Tíber.
En el siglo X, el Papa Sergio III restauró el palacio después de un desastroso incendio y fue posteriormente muy embellecido por el papa Inocencio III. Este fue el período de máximo esplendor, cuando Dante dice que el palacio era superior a todas las realizaciones humanas. En ese momento el centro de la plaza frente al palacio, donde ahora se levanta el obelisco, estaba ocupada por el palacio y la torre de Annibaldeschi. Entre este palacio y la basílica de San Juan estuvo la estatua ecuestre de Marco Aurelio, que entonces se creía que representaba a Constantino, y que ahora se encuentra en el Capitolio.
En una magnífica sala con once ábsides se celebraron todos los Concilios de Letrán durante la Edad Media. Las habitaciones privadas de los papas en este palacio se encuentra entre el "triclinium", y las murallas de la ciudad.
El Palacio y la Catedral de San Juan de Letrán en Roma
Entre los clérigos del Vaticano y de Letrán pronto desarrolló una competencia, en la que ambas partes afirmaron tener las mismas reliquias, o que su antigua iglesia ya tenía prioridad sobre la otra. Sin embargo, el principal lugar de devoción siempre fue el Vaticano, con la tumba de San Pedro. Letrán no podía ofrecer algo de igual valor y por lo tanto sus canónigos se lanzaron a la consecución de un gran número de reliquias del Antiguo y Nuevo Testamento.
En 1309 el Papa francés Clemente V decidió trasladar la sede oficial del papado a la ciudad de Avignon, territorio pontificio a modo de enclave dentro de Francia.
Mientras los papas deseaban presentarse a sí mismos principalmente como obispos y señores romanos de la ciudad, el complejo de Letrán, construido en tierras del imperio, les sirvió como punto de control de la ciudad, y también, en menor medida, como sede de su consagración y coronación. Con la universalización del papado, sin embargo, se comenzó a dar más importancia al Vaticano, aunque la competencia entre los dos polos se resolvería sólo con el Jubileo del 1300 poco a poco en favor del Vaticano.
Entre las consecuencias de la cautividad de Avignon se produjo la pérdida de importancia del palacio y la basílica, la cual comenzó a declinar. Dos incendios devastadores en 1307 y en 1361, hicieron un daño irreparable y, aunque grandes sumas de dinero fueron enviados desde Aviñón para la reconstrucción, el edificio nunca llegó al anterior esplendor.
Cuando los Papas volvieron a Roma, el palacio y la basílica se consideraban insuficientes debido a las malas condiciones en que estaban. En consecuencia, el Papa puso su primera residencia en Santa Maria in Trastevere, a continuación, en la Basílica de Santa María la Mayor, y, por último, un nuevo palacio fue construido sobre el río Tíber y los papas fijaron su residencia en el Vaticano en 1377.
Este cambio se hizo necesario no sólo por las condiciones estructurales del Palacio de Letrán, sino también por el deseo de los Papas de enfatizar más claramente, con la cercanía a la tumba de Pedro, su pretensión de guía universal.
Durante el Renacimiento, Sixto V ordenó destruir lo que quedaba aún del antiguo palacio de Letrán y levantó en su lugar el actual edificio mucho más pequeño, diseñado por Domenico Fontana, quien se inspiró en la arquitectura del Palacio Farnesio.
Desde 1586 el Palacio de Letrán, reconstruido, fue de nuevo utilizado como residencia de verano del Papa. Hasta el siglo XIX, los Papas eran coronados en la Basílica de Letrán.
La plaza frente al palacio alberga un obelisco de granito, de color rojo más de 30 metros de altura, tal vez el más grande del mundo. El obelisco fue construido en la época de los faraones Tutmosis III y Tutmosis IV (siglo XV aC) procedente del templo de Amón en Tebas en Egipto. Fue llevado a Roma por Constancio II en el 357 para ser colocado en la espina del Circo Máximo. Fue encontrado roto en tres pedazos en 1587, con el obelisco de Flaminio, y se trasladó en 1588 por el arquitecto Domenico Fontana, a la órdenes del Papa Sixto V, a la Piazza de San Juan de Letrán.
El célebre obelisco de San Juan de Letrán
En 1929 el Tratado de Letrán, celebrado en la sala de los Papas del mismo edificio, aseguró la soberanía de la Ciudad del Vaticano y, entre otras cosas, el estatus extraterritorial de Letrán, y de varias iglesias así como la residencia estival de Castel Gandolfo. En su zona de régimen particular se encuentra también la Universidad Pontificia Lateranense (PUL).
El 28 de julio 1993 la entrada lateral, balcones y en la parte que sobresale de la fachada del edificio fueron severamente dañadas por la explosión de un coche bomba. Este ataque fue visto como una advertencia al Papa, que a principios de ese año en Sicilia se había pronunciado enérgicamente en contra de la mafia. Por razones de seguridad, la zona está ahora sujeta a límitaciones de movimiento y no se permite el estacionamiento y parada de vehículos.
Litografía dieciochesca en la que se aprecian el Palacio, la catedral y el Obelisco de San Juan de Letrán
El palacio de Letrán cuanta con numerosos salones, en general, de los últimos años del siglo XVI y muchos de los tapices de la famosa Fábrica de los Gobelinos. Los apartamentos están dedicados a residencia oficial del Papa con el título histórico de Obispo de Roma . Después de algunos cambios en el pontificado de Pablo VI, algunas de esas obras se trasladaron a los Museos Vaticanos.
Son también interesantes las salas del Palacio decoradas con frescos que representan la reunión de Constantino el Grande y el Papa Silvestre I, personajes de la Biblia, y distintos episodios de la Cristiandad, emperadores y papas.
Histórica fotografía con los firmantes del Pacto de Letrán de 1929 encabezados por Benito Mussolini y el Cardenal De Gasparri
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