SERVUS HISPANIARUM REGIS



jueves, 18 de junio de 2015

BICENTENARIO DE LA BATALLA DE WATERLOO y (III)


Waterloo ! Waterloo ! Waterloo ! morne plaine !
Comme une onde qui bout dans une urne trop pleine,
Dans ton cirque de bois, de coteaux, de vallons,
La pâle mort mêlait les sombres bataillons.
D'un côté c'est l'Europe et de l'autre la France.
Choc sanglant ! des héros Dieu trompait l'espérance ;
Tu désertais, victoire, et le sort était las.
O Waterloo ! je pleure et je m'arrête, hélas !
Car ces derniers soldats de la dernière guerre
Furent grands ; ils avaient vaincu toute la terre,
Chassé vingt rois, passé les Alpes et le Rhin,
Et leur âme chantait dans les clairons d'airain !
"L´expiation". VICTOR HUGO
Hoy, 18 de junio, pero de hace 200 años, se resolvía en los campos de batalla de Bélgica, la última campaña de Napoleón Bonaparte; en un lugar cuyo nombre quedaría grabado para siempre en los anales de la Historia: Waterloo.
La última fase de la batalla se inició a las 11:30 de la mañana del 18 de junio de 1815, cerca de Waterloo, donde Wellington responde al ataque frontal de Napoleón, mientras espera a los prusianos, que avanzan lentos a causa de la lluvia. Durante esa decisiva mañana los dos comandantes principales dieron arengas a los suyos y repartieron ginebra, galletas y carne, caso de Wellington, y coñac, caso de Napoleón, quien se hallaba enfermo. Por otra parte, a las 16.00 h, en Wavre, Grouchy perseguía a los prusianos que habían huido y no pudo socorrer a las diezmadas fuerzas de Napoleón.
La campaña de Waterloo
Diseño: Gsl
En Waterloo, Wellington tenía la granja fortificada de Hougoumont anclando su flanco derecho, y varias otras granjas a su izquierda. Napoleón notó este gran problema antes incluso de que la batalla comenzase. Sin estar seguro de la situación del ejército prusiano desde la lucha en Ligny dos días antes, Napoleón estaba totalmente convencido de la necesidad de empezar el asalto a las posiciones de Wellington con el arma más temida de la época, la artillería de campo francesa. Su entrada en fuego fue retrasada por unas horas hasta que el suelo empapado por la tormenta de la noche anterior se hubiese secado lo suficiente para soportar el peso de las armas. El barro también estorbó a la infantería y la caballería mientras se colocaban en posición. Cuando finalmente la artillería francesa abrió fuego sobre las posiciones de Wellington a las 11:35 h, el esperado impacto en las tropas aliadas fue minimizado por el terreno embarrado y blando que absorbía el impacto de muchas de las dañinas balas de cañón. Además, Wellington había desplegado a la mayoría del ejército aliado detrás de la cima, para proteger a sus tropas de la esperada cortina de fuego.
Wellington arenga a sus soldados en Waterloo
Un elemento crucial del plan de batalla francés era atraer a la reserva de Wellington al flanco derecho en defensa de Hougoumont, pero los ataques a la granja no tuvieron éxito, aunque en un punto rompieron la defensa exterior de ésta antes de ser rechazados. Hougoumont se convirtió en una batalla dentro de otra, y a lo largo del día su defensa continuó atrayendo miles de valiosas tropas francesas a un ataque sin frutos mientras casi todas las reservas de Wellington continuaban en su centro.
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La granja de Hougoumont, sangriento punto clave de la batalla
Foto: Anne-teatro
A las 13:30 h, Napoleón ordenó al mariscal Ney enviar a la infantería de d´Erlon adelante contra el centro izquierda de Wellington, pasando al este de La Haye Sainte. El ataque se centró en la 1.ª brigada belga-holandesa, comandado por el mayor general Willem van Bylandt, que era una de las pocas unidades posicionada en la parte delantera de las colinas. Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón, también estuvo presente en el ataque. Después de sufrir un intenso bombardeo de artillería e intercambiar descargas con los elementos avanzados de d'Erlon durante nueve minutos, los sobrepasados en número soldados de Van Bylandt fueron forzados a retirarse al otro lado de la colina entre las líneas de la división del teniente general Thomas Picton. La división de Picton incluía unidades veteranas de la campaña de la Península Ibérica (Guerra de Independencia) entre las que se encontraban los regimientos de Highlanders, algunos de los pocos que eran curtidos en combate y que permanecían con el contingente británico de Wellington en Waterloo.
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La granja de Le Haye Sainte, junto a la ruta de Charleroi
Foto: Anne-teatro
La división de Picton avanzó sobre la cima de la colina para enfrentarse a d'Erlon. Los británicos fueron destrozados por descargas y contraataques, pero los soldados de Picton permanecieron firmes, eventualmente deshaciendo el ataque. El asalto francés fue finalmente rechazado por la caballería pesada británica comandada por lord Uxbridge y la famosa carga de los Scots Greys. Tal espectacular evento tuvo un coste tan alto para la caballería pesada que, colectivamente, jugaron un pequeño papel durante el resto de la batalla. Picton, que no llevaba el uniforme militar al haberse extraviado, luchó con ropa de civil y usó como espada un paraguas; acabó muriendo en la batalla.
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Plano de la Batalla de Waterloo
Diseño: Ipankonin
Cuando inesperadamente Napoleón dejó el campo de batalla a las primeras horas de la tarde, Ney, el lugarteniente de los franceses, confundió una maniobra aliada para reposicionar sus tropas más atrás de las colinas con una retirada general. Sin consultar, ordenó avanzar a un regimiento, luego a otro, luego a otro, hasta que un masivo asalto de unos 5.000 efectivos de caballería atronaba subiendo la pendiente. Los ataques fueron repelidos repetidamente doce veces por los sólidos cuadros de infantería aliados (cuatro filas de profundidad con la bayoneta calada, vulnerables a la artillería o a la infantería pero mortales para la caballería), el rápido fuego de la artillería británica obligó a la caballería francesa a retroceder para reagruparse y los decisivos contraataques de los regimientos de la Caballería Ligera británica y la Brigada de Caballería pesada holandesa acabaron por desbaratar la desordenada ofensiva imperial.
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La carga de caballería del mariscal Ney
Después de numerosos ataques a las lomas de Mont Saint Jean, la caballería francesa fue efectivamente destrozada. Los prusianos estaban enfrentándose ya al flanco derecho del Ejército Imperial cuando La Haye Sainte cayó en manos de los franceses al principio de la tarde. Con el centro de Wellington expuesto, Napoleón empeñó su última reserva, la invencible Guardia Imperial. Después de marchar a través de una niebla de balas y metralla, parecían confiados en machacar a Wellington. Pero sin saberlo, 1.500 Guardias británicos bajo el mando del mayor general Peregrine Maitland estaban cuerpo a tierra para protegerse de la artillería francesa. Levantándose todos a una, devastaron a la sorprendida Guardia Imperial con descargas de fuego a quemarropa y después cargaron. La Guardia Imperial, por primera vez en su historia, retrocedió en desorden y caos. Wellington, juzgando que la retirada de la Guardia Imperial había desanimado a todos los soldados franceses que la habían visto, espoleó a su caballo "Copenhaguen", y ondeó su sombrero al aire como señal para un avance general.
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Escena de la Batalla
Después del fracasado ataque de la Guardia al centro británico, la Guardia Imperial francesa corrió por sus reservas de tres regimientos (algunas fuentes mencionan cuatro) al sur de La Haye Sainte para una última resistencia frente a los Hannoverianos de la King´s German Legion. Una carga de la brigada del mayor general Frederick Adam y una segunda división anglo-aliada bajo el mando del teniente general sir Henry Clinton llevó a la confusión. Aquellos que permanecían en unidades semi-coherentes lucharon y se retiraron hacia La Belle Alliance.
Casi al mismo tiempo, los prusianos, después de una batalla que había durado una hora, finalmente arrojaron a los franceses fuera del pueblo de Plancenoit, que estaba en el extremo (británico) izquierdo del campo de batalla. La última unidad en retroceder fue la Vieja Guardia de la Guardia Imperial, estacionada en la iglesia y el cementerio de Plancenoit.
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Recreadores en los papeles de Napoleón y su Estado Mayor
Foto: Blaue Max
Todo el frente francés empezó entonces a desintegrarse bajo el avance general del ejército anglo-aliado y el ejército prusiano que siguió a la captura de Plancenoit. La última fuerza francesa coherente fueron regimientos de la Guardia Imperial estacionados alrededor de La Belle Alliance. Eran la reserva final y la guardia personal de Napoleón. Durante un momento Napoleón confió en que si se mantenían firmes el ejército francés les seguiría. Pero cuando la retirada se convirtió en una fuga, se vieron forzados a formar cuadros como protección frente a los elementos avanzados de la caballería aliada. Formaron en dos cuadros, uno a cada lado de La Belle Alliance. Hasta que fue persuadido de que la batalla se había perdido y que debería partir, Napoleón comandó el cuadro que se formó en el terreno elevado a la derecha (británica) de la La Belle Alliance. Los prusianos se enfrentaron al cuadro de la izquierda y la brigada del general Adams cargó contra el cuadro de la derecha forzando la retirada. Según caía la oscuridad, ambos cuadros se retiraron de la batalla hacia Francia en relativo buen orden, pero la artillería francesa, y los pertrechos cayeron en las manos de los británicos y los prusianos, que se vieron rodeados por miles de franceses que no formaban parte de ninguna unidad coherente. 
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El británico general Hill insta a la Guardia Imperial a rendirse.
Las caballerías británica y aliada persiguieron a los franceses hasta las 23:00 h. Es preciso destacar que la victoria aliada se debió a que Napoleón confió en que había dividido a los ejércitos inglés y prusiano, y que creía que eliminaría a los británicos de la lucha, así pues, cuando se dio cuenta de su error, los prusianos, relativamente frescos tras una corta batalla, persiguieron a los restos del ejército francés durante toda la noche terminando de destruir los restos del dicho ejército.
Aproximadamente a las 21:00 h, Wellington y Blücher se encontraron en el que anteriormente había sido cuartel de Napoleón, La Belle Alliance, habiendo capturado al mariscal Guillermo conde de la Colonialé, significando el fin de la batalla. 
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Wellington y Blücher se encuentran en La Belle Aliance
A las 21:30 h, Wellington empezó a redactar su informe sobre la batalla. Las bajas fueron graves en los dos bandos, lo que hizo pronunciar a Wellington al final de la lucha, al ver el campo de batalla plagado de cuerpos inertes: "Al margen de una batalla perdida, no hay nada más deprimente que una batalla ganada".
Tras la victoria en Waterloo las tropas aliadas se adentraron en Francia en busca de Napoleón. El 1 de julio, Von Blücher ocupó Versalles. El 8 de julio se restauró en el trono a Luis XVIII, y dos días más tarde, el 10 de julio, Napoleón abdicó. El Ex-emperador partirá hacia el exilio el 26 de julio hacia la isla de Santa Helena, situada en la mitad del Atlántico Sur, donde morirá seis años después.
El sueño de Napoleón moría definitivamente, las fronteras se restauraron  en el Acta Final del Congreso de Viena. Los monarcas legítimos recuperaban sus tronos, todo parecía volver al estado anterior a la Revolución Francesa. Pero el paso de los ejércitos napoleónicos por el viejo continente dejó una doble huella: las ideas del liberalismo político y, a su vez, de un sentimiento nacionalista surgido como reacción a la ocupación francesa en diversas zonas de Europa.
Recreación de la batalla de Waterloo, 2010.jpg
Recreación de la Batalla en 2010. Estos días de junio de 2015 se producirá la más espectacular y numerosa de las recreaciones de Waterloo.
Foto: Cabmille
Para estar informados del evento, pueden consultar: www.waterloo2015.org/en

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