Antoine Perrenot de Granvela nació en Ornans (Franco Condado), el 20 de agosto de 1517. Fue hijo del borgoñón, Nicolás Perrenot de Granvela, secretario de Carlos I, al que sucedió como consejero imperial en 1550. Estudió en las universidades de París, Padua y Lovaina, y a los 23 años era obispo de Arrás; luego lo sería de Malinas y más tarde de Besançon
Recomendado por Carlos I a su sucesor, tuvo especial celo en el cumplimiento de las
prerrogativas del poder real hispano en Europa. Realizó importantes misiones diplomáticas para Carlos V, al que representó en la apertura del Concilio de Trento. También concertó la boda entre Felipe II y María Tudor, para aliar a España e Inglaterra bajo los planes reales de aislar a Francia. En 1556 fue nombrado por Felipe II presidente del Consejo de Estado en Flandes bajo las órdenes de la regente Margarita de Parma, una de las hermanas de Felipe II, hija ilegítima de Carlos I. En 1559 negoció con Francia la Paz de Câteau-Cambrésis.
En 1561 fue creado cardenal por S.S. Pío IV, ocupándose de reorganizar bajo su
autoridad la Iglesia de los Países Bajos, amenazada por el avance del protestantismo
Se granjeó poderosas enemistades en Flandes por su política de autoritarismo regalista, al
reforzar a los tercios y potenciar con gran intensidad social el catolicismo flamenco, por lo que en 1564 fue cesado, al considerarse contraproducente su labor. Más tarde fue virrey en Nápoles y consejero en asuntos italianos.
Granvela retratado por el gran Antonio Moro
En 1579 fue designado como presidente del Consejo de Italia. Entonces alcanzó su cenit
de poder ocupando interinamente el gobierno coincidiendo con la agregación de la corona
de Portugal a la Monarquía Hispánica, pero en los años ochenta fue descendiendo el
mismo hasta fallecer en Madrid con su influencia disminuida, frente al ascenso del
secretario Mateo Vázquez.
Falleció en Madrid el 21 de septiembre de 1586
Como gran hombre de Estado que fue, a lo largo de su vida produjo miles de misivas que
forman un rico corpus de correspondencia, conservado por muy diversos centros de investigación europeos, tanto archivos como bibliotecas. En España, donde más se halla correspondencia suya y borradores de la misma es en la Biblioteca Nacional, el Archivo General de Simancas y la Real Biblioteca.
Con ocasión de la gesta de Lepanto, el cardenal Granvela fue el encargado de entregar
a Don Juan de Austria el estandarte de la Santa Liga. Estos hechos quedan documentados en una bella medalla renacentista, acuñada a mayor gloria de Granvela. Se trata de una pieza circular de bronce en cuyo anverso se muestra el busto del cardenal Granvela, barbado, y ataviado con muceta cardenalicia. Le rodea una incsripción latina que dice: "ANT(onius).S(ancta).E(cclesia).R(omana).P(res)B(ite)R(us).CARD(inalis). GRANVELANUS" |
Anverso de la medalla
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El reverso presenta la escena de la entrega de la enseña. En el interior de una iglesia, el cardenal Granvela, sedente, revestido de pontifical y con mitra sobre la cabeza. A su espalda un altar con un sagrario protegido por un baldaquino. Ante él, Don Juan de Austria, arrodillado, toma el asta del estandarte de la Liga Santa. Son testigos numerosos nobles y soldados armados de espadas y alabardas. Sobre el todo, la máxima constantiniana: "In hoc (Signum) vinces", como presagio de la victoria contra el otomano.
En ambos casos limita el campo una grafila de puntos.
El reverso presenta la escena de la entrega de la enseña. En el interior de una iglesia, el cardenal Granvela, sedente, revestido de pontifical y con mitra sobre la cabeza. A su espalda un altar con un sagrario protegido por un baldaquino. Ante él, Don Juan de Austria, arrodillado, toma el asta del estandarte de la Liga Santa. Son testigos numerosos nobles y soldados armados de espadas y alabardas. Sobre el todo, la máxima constantiniana: "In hoc (Signum) vinces", como presagio de la victoria contra el otomano.
En ambos casos limita el campo una grafila de puntos.
Anverso de la medalla
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