Desde su independencia en 1822 hasta la proclamación de la República en 1891, Brasil fue un imperio que contó con dos emperadores, Pedro I y Pedro II quienes se ocuparon activamente de consolidar el patrimonio premial de su patria.
Poco después de la independencia de Brasil, D. Pedro I intentó "nacionalizar" las principales Órdenes portuguesas entonces en vigor. Por lo que trasladó también a Brasil la Orden Imperial de Avis, la Orden Imperial de Cristo y la Orden Imperial de Santiago da Espada, aunque ésta última fue prácticamente ignorada durante todo el período imperial.
Sin embargo, existen divergencias entre los autores sobre desde cuándo realmente se deben tener en cuenta estas órdenes "brasileñizadas" porque, poco después de la Independencia, D. Pedro I llegó a conceder tales honores, sin ser el verdadero Gran Maestre de las mismas ya que lo seguía siendo su padre, D. Juan VI. Tras la independencia de Brasil en 1822, la concesión de Órdenes quedó regulada en la Constitución de 1824, pero sólo en 1827, con la muerte de su padre y su reconocimiento como heredero legítimo, Dom Pedro I, ahora como Pedro IV de Portugal, se convirtió en Gran Maestre de las Órdenes Reales Portuguesas.
En Brasil, D. Pedro I trató de legitimar las concesiones del período 1822 a 1827, mediante el envío de un embajador del país ante la Santa Sede para lograr del Papa León XII el reconocimiento de las órdenes con carácter religioso.
El resultado fue la Bula Praeclara Portugaliiae Algarbiorumque Regum de 15 de mayo de 1827, por la que se reconocían las órdenes de Brasil. Sin embargo, la esa Bula ha causado controversia en Portugal y Brasil ya que nunca fue ratificada por el Parlamento brasileño.
Por decreto de 9 de septiembre de 1843, quedó eliminado el carácter religioso de estas órdenes, lo que las convirtió en distinciones honoríficas bajo el gran magisterio de D. Pedro II.
La Orden Imperial de Don Pedro I ( Ordem Imperial de Don Pedro Primeiro ):
Fue fundada por el emperador Pedro I el 16 de abril de 1826 y reformadas sus constituciones por su hijo Pedro II, el 19 de octubre de 1842.
El emperador fue el Gran Maestre y todos los demás príncipes, receptores de la Gran Cruz.
Se organizaba en 3 clases (Gran Cruz con rango de Excelencia y limitada a doce concesiones, Comendador con tratamiento de Señor y limitada a cincuenta concesiones; y Caballero, limitada a cien concesiones).
Fue abolida por la República el 24 de febrero de 1891.
Placa e insignia de la Orden Imperial de Dom Pedro I
La Orden Imperial de la Cruz (Ordem do Cruzeiro Imperial)
Fue fundada por el emperador Pedro I el 1 de diciembre de 1822.
Se organizaba en cinco clases:
1) Gran Cruz, con tratamiento de Excelencia y los honores reglamentarios de un teniente general. Limitada a doce concesiones.
2) Dignatario, con tratamiento de Senhor y los honores reglamentarios de un general de brigada. Limitada a cuarenta y cinco concesiones.
3) Oficial con los honores de un coronel y limitada a trescientas veinte y cuatro concesiones.
4) Caballero, con los honores de un capitán y sin límite en cuanto al número de concesiones.
Fue abolida por la República el 24 de febrero de 1891.
Placa e Insignia de Gran Cruz de la Orden Imperial de la Cruz
La Orden Militar de Nuestro Señor Jesucristo (Ordem Militar de Nosso Senhor Jesus Cristo)
Fue reformada por el rey Don João VI en Río de Janeiro el 5 de julio de 1809 y conservada bajo la autoridad papal del Papa León XII como una rama brasileña de la Orden por decreto del emperador Don Pedro I el 15 de mayo de 1827. Serían reformados sus estatutos por el emperador Dom Pedro II el 9 de septiembre 1843 y de nuevo el 7 de diciembre de 1861.
El Emperador era su Gran Maestre y el Príncipe Heredero el Comendador.
Se organizaba en tres rangos: Gran Cruz, limitada a doce beneficiarios y tratamiento de Excelencia, Comendador, y Caballero.
Placa de la Gran Cruz de la Orden Brasileña de Nuestro Señor Jesucristo con diamantes
La Orden Militar de San Benito de Aviz (Ordem Militar de São Bento de Aviz)
Fue reformada por el rey Don João VI en Río de Janeiro el 5 de julio de 1809. Se conservó como una Orden de Brasil por decreto del emperador Pedro I el 20 de octubre de 1823. Sus estatutos fueron reformados por el emperador Dom Pedro II el 9 de septiembre de 1843 y finalmente transformada en recompensa por servicios militares el 7 de diciembre de 1861.
El Emperador era su Gran Maestre y el Príncipe Heredero el Comendador.
Se organizaba en tres rangos: Gran Cruz, con tratamiento de Excelencia, Comendador, y Caballero.
Caballero de la Orden Brasileña de San Benito de Aviz
La Orden de la Rosa (Ordem da Rosa)
Fue creada por el emperador Dom Pedro II, el 17 de octubre de 1829.
El emperador fue su Gran Maestre mientras que al Príncipe Heredero le correspondía la Gran Cruz y el cargo de Gran Dignatario Mayor. Todos los demás príncipes de la Casa Imperial debían recibir la Gran Cruz.
Contaba con seis grados:
Gran Cruz, con tratamiento de Excelencia y limitada a dieciséis concesiones.
Gran Dignatario, con tratamiento de Senhor y limitada a dieciséis concesiones.
Dignatario, con tratamiento de Senhor y limitada a treinta y dos concesiones.
Comandante, con tratamiento de Senhor y sin número de concesiones.
Oficial, con los honores de coronel y sin número limitado de concesiones.
Caballero, con honores de capitán y sin número limitado de concesiones.
Fue abolida por la República de 24 de febrero 1891.
Placa de la Gran Cruz de la Orden de la Rosa con diamantes
Banda de la Gran Cruz para damas de la Orden de la Rosa
Al igual que en Portugal, en Brasil fue también concedida la Orden de la Torre y la Espada a la que ya "Salón del Trono" dedicó una entrada específica en su día.
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