El Castillo de Balmoral es una gran mansión situada en Aberdeenshire, Escocia. Durante el reinado de la reina Victoria I se convirtió en una residencia real.
El Castillo comenzó a construirse bajo las órdenes de William Drummond en 1390. Perteneció a Roberto II de Escocia (1316-1390) quien lo empleaba como residencia de caza en la zona. Fue vendido a Alexander Gordon, hijo del segundo marqués de Huntly, en el siglo XV. Perteneció a la familia hasta 1662, cuando fue vendido a los Farquarson. A la familia se le concedió el título de marqueses de Balmoral hasta la venta en 1798. El Castillo está relacionado con la coronación del rey Jorge IV en 1822.
Balmoral y su entorno en una postal coloreada de 1900
Balmoral se conoce hoy en día por ser la residencia estival de Isabel II y el Duque de Edimburgo. El Castillo se convirtió en residencia real en 1848, cuando fue alquilado a la Reina Victoria I, tatarabuela de la actual monarca. Les gustó tanto la residencia que decidieron comprarla por 30 mil libras. Se trata por tanto de una propiedad particular de los monarcas británicos.
Poco después de que la finca fuera adquirida la edificación existente resultó para ser demasiado pequeña para sus nuevas funciones y se ordenó su demolición. El nuevo Castillo de Balmoral se terminó en 1856. El arquitecto fue William Smith de Aberdeen, aunque sus diseños fueron modificados por el Príncipe Alberto para ampliar el castillo del siglo XV adecuándolo a las necesidades de la reina.
La finca en que se ubica cuenta con una extensión aproximada de unas 20.000 hectáreas.
Vista general del Castillo de Balmoral
Balmoral está construido con granito extraído en las canteras de Invergelder y consta de dos bloques principales separados por un patio. El bloque sur-occidental contiene las habitaciones principales, mientras que el noreste contiene las alas de servicio. La Torre del Reloj es su elemento más significativo.
La construcción de Balmoral por la Reina Victoria y el Príncipe Alberto y la adopción de un estilo arquitectónico escocés, resultó de gran influencia para el renacimiento de la cultura Highland y ayudó a dar a la monarquía una dimensión verdaderamente británica por primera vez.
Durante la década de 1850, se establecieron nuevas plantaciones alrededor de la casa y coníferas exóticas fueron plantadas en los terrenos de la extensa finca. Alberto tuvo un papel activo en estas mejoras, supervisando el diseño de parterres, la desviación de la carretera principal al norte del río a través de un nuevo puente y los planes para los edificios de la granja.
Acuarela pintada por la Reina Victoria con el Castillo de Balmoral al fondo
Después de la muerte del Príncipe Alberto en 1861, la Reina Victoria pasó largos periodos en Balmoral, hasta cuatro meses al año durante el verano y principios del otoño.
El Castillo de Balmoral fue la cuna de S.M. la Reina Victoria Eugenia de España, esposa de S.M. el Rey Alfonso XIII, y nieta de la reina Victoria.
En septiembre de 1896 la Reina Victoria recibió en Balmoral al Zar Nicolás II de Rusia y la Zarina Alexandra.
S.M. Eduardo VII en Balmoral
Después de su muerte, la familia real continuó usando Balmoral durante sus visitas anuales de otoño. Jorge V realizó mejoras sustanciales durante la década de 1910 y 1920, incluyendo nuevos jardines al sur del castillo.
Balmoral es una propiedad privada y, a diferencia de las residencias oficiales del monarca, no forma parte del Patrimonio Estatal de la Corona. La propiedad fue heredada por Eduardo VIII a su subida al trono en 1936. Sin embargo, cuando abdicó ese mismo año, mantuvo la propiedad. Por ello se ideó una solución financiera, en virtud del cual Balmoral fue vendida a su hermano, y ahora rey, Jorge VI.
Desde la década de 1950, el Príncipe Felipe también añadió nuevos elementos decorativos y vegetales. En los años ochenta se construyeron nuevos edificios para el personal de servicio del castillo.
Ángulo noroeste del Castillo de Balmoral
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