El Emperador Francisco II nació el 12 de febrero de 1768 en Florencia. Era hijo del futuro emperador Leopoldo II (1747-1792) y su esposa María Luisa de España (1745-1792), hija de Carlos III. Francisco nació en Florencia, la capital de Toscana, donde su padre reinaba como el Gran Duque (1765-90). A pesar de que tuvo una infancia feliz rodeado de sus muchos hermanos, su familia sabía que Francisco probablemente sería en un futuro emperador ya que su tío, el Emperador José II no tenía descendencia. Así, en 1784, el joven archiduque fue enviado a la Corte Imperial de Viena, para educarlo y prepararlo para su futuro papel.
Francisco como Archiduque de Austria a los 7 años de edad
El Emperador José se hizo cargo de la formación de Francisco en un ambiente de rígida disciplina que contrastaba mucho con la educación más indulgente que recibía de su padre Leopoldo en Florencia.
Para completar su formación, Francisco fue enviado a un regimiento del ejército en Hungría y se aclimató fácilmente a la rutina de la vida militar.
Después de la muerte de José II en 1790, el padre de Francisco se convirtió en emperador como Leopoldo II. Pero el nuevo monarca permaneció poco tiempo en el trono ya que enfermó en el invierno de 1791, falleciendo en la tarde del 1 de marzo de 1792 a la edad relativamente joven de 44 años.
Francisco, que contaba con 24 años de edad, era ahora el nuevo emperador...mucho antes de lo que esperaba.
Francisco II, Emperador del Sacro Imperio Romano al ser coronado en 1792
Tras la caída del rey Luis XVI de Francia, el Imperio participó de forma destacada en las sucesivas coaliciones contra la Francia revolucionaria, saldadas con pérdidas territoriales para el emperador.
Su tía María Antonieta, Reina de Francia, había sido ejecutada en la guillotina por los revolucionarios a principios del reinado de Francisco II, quien apenas le había conocido de niño. Georges Danton intentó negociar con el Emperador de la liberación de María Antonieta de su cautiverio, pero Francisco no estaba dispuesto a hacer concesiones a cambio.
Ostentó brevemente el mando de las fuerzas aliadas durante la campaña de Flandes de 1794, antes de entregarlo a su hermano el archiduque Carlos.
Como monarca del multiétnico Imperio de los Habsburgo, Francisco II se sintió amenazado por Napoleón quien derrotó a los austriacos. Por el Tratado de Campo Formio, cedió la orilla izquierda del Rhin a Francia, a cambio de Venecia y Dalmacia.
De nuevo luchó contra Francia durante la Segunda y la Tercera Coalición, pero después de la aplastante derrota de Austerlitz, tuvo que aceptar el Tratado de Presburgo, debilitando el Imperio Austríaco y permitiendo la reorganización del espacio alemán mediante la Confederación del Rhin. En este punto, sintió que su posición como emperador del Sacro Imperio era insostenible, por lo que el 6 de agosto de 1806, abdicó el trono y se declaró a sí mismo como Francisco I, emperador de Austria.
En 1809, Francisco atacó a Francia otra vez, con la esperanza de sacar provecho de la Guerra de la Independencia que libraba Napoleón en España. Fue derrotado de nuevo, y esta vez vio obligado a aliarse con Napoleón, ceder territorio al Imperio Francés, uniéndose al sistema continental, y permitir la boda de su hija María Luisa con el victorioso Emperador en 1810. Francisco se convirtió esencialmente en un vasallo del Emperador de los franceses. La guerras napoleónicas dejaron debilitada a Austria y amenazaron su preeminencia entre los estados de Alemania, una posición que finalmente cedería al Reino de Prusia.
En 1813 Austria volvió a la guerra contra Francia y se unió a Gran Bretaña, Rusia, Prusia y Suecia en su guerra contra Napoleón.
Celebración en Viena de la entrada de las fuerzas aliadas en París (1814)
Austria jugó un papel importante en la derrota final de Francia, y, en reconocimiento de ello, FranciscoI , representado por Clemens von Metternich, presidió el Congreso de Viena, ayudando a formar el nuevo mapa de Europa y la Santa Alianza, marcando el comienzo de una era de conservadurismo en el Viejo Continente, la Restauración.
Los fundadores de la Santa Alianza. De izq. a dcha.: el Zar Alejandro I de Rusia, Francisco I de Austria y el rey Federico Guillermo III de Prusia
La Confederación Alemana fue creada por el Congreso de Viena en 1815 para organizar a los estados sobrevivientes del Sacro Imperio Romano Germánico. El Congreso fue un triunfo personal para el emperador Francisco II, donde fue anfitrión de los más altos dignatarios de Europa entre los que destacaban el zar Alejandro y Federico Guillermo III de Prusia, a la par que negociaba un tratado secreto con el restaurado rey francés Luis XVIII.
Francisco I en 1820 junto a sus coronas imperial y reales
Los acontecimientos terribles de la Revolución Francesa se grabaron profundamente en la mente de Francisco así como en la de todos los monarcas europeos, y llegó a practicar una desconfianza radical hacia todo. Estableció una amplia red de espías en la policía y los censores para controlar la disidencia. Sus propios hermanos, los archiduques Carlos y Juan eran espiados en sus reuniones y actividades.
Francisco I se presentaba como un monarca abierto y accesible que regularmente empleaba dos mañanas cada semana para atender a sus súbditos imperiales, independientemente de su condición, mediante cita en su despacho, e incluso hablar con ellos en su propio idioma.
S.M.I.R. Francisco II en 1832, a los 64 años de edad
Confió los destinos de Austria al Príncipe de Metternich quien se convirtió en el personaje más relevante de la política europea de su tiempo.
Francisco era un hombre dedicado a su familia, y un punto principal en el testamento político que dejó a su hijo y heredero Fernando era "preservar la unidad en la familia como uno de los mayores bienes." En muchos retratos (sobre todo los pintados por Peter Fendi) fue presentado como el patriarca de una familia llena de amor, rodeado de sus hijos y nietos.El Emperador y su familia. Francisco I se casó en cuatro ocasiones
El 2 de marzo de 1835, de 43 años y un día después de la muerte de su padre, Francisco murió en Viena de una fiebre repentina a los 67 años. Su funeral fue magnífico, con sus súbditos vieneses presentando sus respetos en la capilla ardiente del Palacio Hofburg durante tres días. Francisco I fue enterrado en el tradicional lugar de descanso de los monarcas Habsburgo, la Cripta de los Capuchinos de Viena.
Sarcófago de Francisco I en la Cripta de los Capuchinos de Viena
Francisco I de Austria (Francisco José Carlos de Habsburgo-Lorena) fue emperador de Austria (1804–1835), rey de Hungría (1792–1835), rey de Bohemia (1792–1835), rey de Lombardía (1815–1835) y último monarca elegido del Sacro Imperio Romano Germánico (1792–1806) bajo el nombre de Francisco II.
Desde 1806, empleó los títulos: "Nosotros, Francisco I, por la gracia de Dios emperador de Austria, rey de Jerusalén, Hungría, Bohemia, Dalmacia, Croacia, Eslavonia, Galicia y Lodomeria, Archiduque de Austria, duque de Lorena, Salzburgo, Würzburg, Franconia, Estiria, Carintia y Carniola, Gran Duque de Cracovia, el Gran Príncipe de Transilvania, Margrave de Moravia, Duque de Sandomir, Mazovia, Lublin, Alta y Baja Silesia, Auschwitz y Zator, de Teschen y Friule; Príncipe de Berchtesgaden y Mergentheim, Príncipe de los Habsburgo, conde de Gorizia y Gradisca y del Tirol, y Margrave de Alta y Baja Lusacia e Istria", siendo además presidente de la Confederación Alemana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario