SERVUS HISPANIARUM REGIS



sábado, 6 de octubre de 2012

MARÍA SOFÍA DE BAVIERA, ÚLTIMA REINA DE NÁPOLES

Fratelli D'Alessandri - Maria Sofia di Baviera, regina di Napoli (1841-1925) 1.jpg

María Sofía de Wittelsbach nació en el Castillo de Possenhofen, Baviera, el 4 de octubre de 1841, donde creció, al igual que sus numerosos hermanos, en un ambiente de libertad, rodeada de la naturaleza y lejos de la pomposa corte. Era hija del duque Maximiliano de Baviera y de la Princesa Real Ludovica de Baviera, que eran entre sí parientes lejanos; María Sofía fue la hermana menor de Isabel de Baviera (Sissi), esposa del Emperador Francisco José I de Austria.
En 1859 María Sofía contrajo matrimonio con Francisco de Borbón, hijo y heredero de Fernando II de las Dos Sicilias, Rey de Nápoles, y hermano del que sería esposo de su hermana Matilde, Luis de Borbón-Dos Sicilias, conde de Trani. Durante ese año, tras la muerte de su suegro, su esposo ascendió al trono napolitano con el nombre de Francisco II de las Dos Sicilias, y María Sofía se convirtió así en Reina consorte de un territorio que pronto sería atacado por las tropas de Giuseppe Garibaldi, en favor de la unificación de Italia.
En septiembre de 1860, mientras las tropas al mando de Garibaldi se trasladaban hacia Nápoles, Francisco II decidió abandonar su capital. Inicialmente, planeaba organizar un movimiento de resistencia en Capua. Sin embargo, una vez que esta ciudad también fue tomada por los seguidores de Garibaldi, como resultado de la Batalla del Volturno (octubre de 1860), Francisco II y María Sofía se refugiaron en la sólida fortaleza costera de Gaeta, a 80 kilómetros al norte de Nápoles.

File:Francesco II delle Due Sicilie.jpg

SS.MM. Francisco II y María Sofía en una fotografía de 1860

Durante el sitio de Gaeta, a finales de 1860 y principios de 1861, los ejércitos de Víctor Manuel II bombardearon la fortaleza y finalmente consiguieron vencer a sus defensores. Fue esta breve y última "Defensa de los Borbones" la que le ganó a María Sofía la reputación de la Reina guerrera que la acompañó el resto de su vida, pues fue incansablemente animando a los defensores, ofreciéndoles su propia comida, cuidando de los heridos y retando a los atacantes para que se acercaran a la fortaleza y pudieran estar al alcance de sus cañones.

Los Reyes junto a los defensores de Gaeta

Con la caída de Gaeta y del Reino de las Dos Sicilias, María Sofía y su esposo se exiliaron en Roma, la capital de los Estados Pontificios, que hacia 1860 se habían reducido a la propia ciudad de Roma y el Lazio debido al avance de los ejércitos de Víctor Manuel II desde el norte y de Garibaldi desde el sur. El rey Francisco II estableció un Gobierno en el exilio en Roma que obtuvo el reconocimiento diplomático de la mayor parte de los Estados europeos como Gobierno legítimo del Reino de las Dos Sicilias.

File:Maria Sophia.jpg

El matrimonio con Francisco no se consumó hasta pasados varios años, debido en parte a que el Rey sufría de fimosis. En el año 1862 María Sofía tuvo una relación amorosa con un conde de origen belga, Armand de Lawayss, del que quedó embarazada. Dada su posición y la moral de la época, María Sofía trató por todos los medios de ocultar su preñez, pero tuvo que recurrir finalmente a su familia bávara para encontrar una solución. Allí, en el castillo de Possenhofen, se organizó un consejo de familia en el que se decidió que el fruto de ese embarazo sería apartado de la familia para evitar así el gran escándalo que provocaría la infidelidad a su marido y que traería al mundo un hijo bastardo.
El 24 de noviembre de 1862, dio a luz en el Convento de Santa Úrsula de Augsburgo a una niña (algunas fuentes citan que fueron gemelos) que fue entregada rápidamente a la familia de Lawayss. María Sofía prometió no volver a ver a Lawayss y que no trataría de ponerse en contacto con la niña, algo que cumplió a rajatabla, aunque le provocó una profunda depresión que le acompañó el resto de su vida y que se agudizó durante su madurez.
Confesado el romance extramarital por consejo de las hermanas Wittelsbach, la relación entre Francisco y María Sofía empezó a ser más cercana. El Rey se sometió a una operación de fimosis y en el año 1869 nació la que sería la única hija legítima del matrimonio: Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1869-1870), fallecida a los tres meses de nacer.

File:Marie in Bayern, Königin von Neapel.jpg

En 1870, Roma cayó ante los ejércitos italianos y el Rey y la Reina debieron partir nuevamente a otro lugar de exilio. El Rey falleció en 1894 y María Sofía pasó entonces algún tiempo en Múnich. Luego se trasladó a París donde presidió una suerte de corte en el exilio de los Borbones. Se rumoreó que estuvo involucrada en el asesinato del Rey Humberto I en 1900 con el objeto de desestabilizar el nuevo Estado-nación italiano. Historiadores actuales han hecho resurgir este rumor basándose en la creencia que tenía en dicha teoría de conspiración el entonces Primer Ministro de Italia Giovanni Giolitti. Otros historiadores sin embargo desestiman esta teoría.
Durante la Primera Guerra Mundial, María Sofía contribuyó activamente a apoyar a Alemania y Austria-Hungría en su guerra contra Italia. Nuevamente surgieron rumores que la involucraron en el sabotaje y espionaje en contra de Italia esperando que su derrota fragmentara a la nación y se restaurara entonces el Reino de Nápoles.
María Sofía falleció el 19 de enero de 1925 en Múnich. Sus restos fueron enterrados en el complejo de Santa Clara de Nápoles, junto a los de su esposo y su hija, donde descansan hoy en día.


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