Las elocuentes armas de los Cathelineau
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Cuando las cosas van bien no resulta difícil seguir cualquier idea, pero cuando nuestras creencias y opiniones están en contra de la opinión de la masa, entonces comienzan los problemas.
Estos son los perfiles biográficos de tres miembros del linaje Cathelineau. Diferentes momentos históricos desde la Revolución Francesa a la Guerra Franco-Prusiana pero con un denominador común, su fe, su amor a la corona y a Francia en tiempos de tribulación.
Jacques Cathelineau nació en Pin-en-Mauges el 5 de enero de 1759, en lo que luego sería departamento de Marne et Loire. Ejerció la profesión de vendedor ambulante y cochero.
El estallido de la Revolución Francesa y el alzamiento católico y realista de La Vendée cambian su vida. Hombre muy piadoso, era apodado "el Santo de Anjou", tan grande fue considerada siempre su religiosidad y actos caritativos.
Tomó parte en las protestas a favor de la liberación de los sacerdotes refractarios que no aceptaban la famosa Constitución Civil del Clero.
Jacques Cathelineau se unió a la insurgencia a través de su párroco, el Padre Cantiteau. Impulsado por este sacerdote, Cathelineau, que tenía entonces treinta y cinco años, tomó las armas.
El 10 de marzo de 1793, los jóvenes del barrio de Saint Florent le Vieil llamados para sortear quiénes de ellos formarían parte de una leva, se rebelaron contra la autoridad, y golpearon y dispersaron a los soldados reclutadores. Cathelineau, informado de estos acontecimientos, abandona su casa, reúne a sus vecinos y les convence de que la única manera de escapar del castigo que les espera es tomar las armas y perseguir a los republicanos.
Cathelineau es llamado a encabezar la rebelión contra la República
El 12 de marzo ya cuenta con todos los hombres sanos de su pueblo para enfrentarse a los revolucionarios. Son sólo veintisiete jóvenes llenos de valor y entusiasmo que se van apoderando de cualquier instrumentos susceptible de convertirse en arma. El grupo se desplaza a Jallais al tiempo de se les unen grupos de campesinos.
Al llegar a Jallais el 13 de marzo de 1793, la plaza está defendida por 80 republicanos y un cañón, a los que logran derrotar, capturando la pieza de artillería. Al día siguiente se apoderan de la localidad de Chemillé tras una resistencia fuerte. Este segundo éxito exalta los ánimos y las fuerzas de Cathelineau son engrosadas por centenares de voluntarios.
Con 3.000 hombres armados, y con la ayuda Stoffiet marcha hacia Cholet, que también ocupa. El crecimiento de la revuelta vandeana provoca que se elijan, como generales en jefe, a Bonchamps y Elbee.
Cathelineau mantiene un rango importante entre los nuevos jefes y ejerce una inmensa influencia sobre los campesinos. Combate con su valentía habitual en Vihiers y Chalonnes. Pero la campaña fue interrumpida por el deseo de los insurgentes de regresar a sus casas para celebrar la Pascua.
El 9 de abril los grupos vandeanos estaban de nuevo sobre las armas. Cathelineau tuvo que evacuar Chemillé y retirarse a Tiffauges. Con tres mil hombres, se unió a Nicolás Stoffiet, ocupando ambos: Cholet, Vihiers, Chalonnes, Beaupreau y Tohuars, esta última plaza el 5 de mayo de 1793.
Tras ocupación de Montreuil Bellay y Saummur el 9 de junio de 1793, la insurgencia había tomado tal grado de importancia que los jefes realistas consideraron necesario para asegurar la unidad de acción en sus operaciones, confiar el mando a una sola persona. Cathelineau, muy amado por sus tropas, fue proclamado Generalísimo del Ejército Católico y Real por la Asamblea de Jefes de la Vendée el 12 de julio de 1793, e investido como tal por Luis María de Lescure y Maurice Louis d´Elbee.
Cathelineau, Generalísimo del Ejército Católico y Real
Después de ocupar Angers sin dificultad el 23 de junio de 1793, el Ejército Católico y Real se presentó ante la ciudad de Nantes seis días después. Cathelineau estaba a la cabeza de 40.000 hombres, mientras que Charette ampliaba el número de vandeanos con 10.000 insurgentes procedentes del País de Rezt y del Bajo Poitou.
Pero esta expedición fracasó frente a los esfuerzos de los habitantes de Nantes y su guarnición, formada por unos 12.000 hombres. El 29 de junio de 1793, Jacques Cathelineau atacó la puerta de Rennes, superándola, y llegando a penetrar hasta la Plaza Viarme. En ese lugar, un tiro, disparado desde una ventana, hirió mortalmente al generalísimo de la Vendée. Al ver a su líder tan grave, los vandeanos se retiraron y fueron derrotados.
Jacques Cathelineau es herido de muerte en Nantes
Trasladado en estado crítico a Saint Florent le Vieil, murió a causa de sus heridas el 14 de julio de 1793. Su cuerpo yace en la Capilla Cathelineau en la localidad de Saint-Florent-le-Vieil (Maine et Loire).
Dada su gran piedad y reconocido por su valentía en la defensa de la fe, su causa de beatificación se abrió a finales del siglo XIX. Sin embargo, la mayoría de los informes del proceso diocesano se perdieron a causa de un incendio en 1944 lo que provocó el bloqueo, sine die, de la instrucción.
Aunque no sea oficialmente reconocido por la Iglesia, se le reza como santo en muchos lugares del oeste de Francia.
Grabado representando a Jacques Cathelineau
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