Uno de los políticos españoles más recordados del periodo de la Segunda República es sin duda alguna José María Gil Robles. Ministro de la Guerra en 1935, defensor de la monarquía durante el franquismo y eminente jurista, nos ha dejado una importante herencia bibliográfica con títulos tan emblemáticos como: No fue posible la paz o La monarquía por la que yo luché.
José María Gil Robles y Quiñones nació en Salamanca el 27 de noviembre de 1898, siendo hijo de Enrique Gil Robles y de Petra Quiñones Armesto. Se licenció en Derecho en la Universidad de Salamanca a los veintiún años, siguiendo la carrera jurídica y la vocación universitaria ejercidas por su padre.
Militó desde su juventud en organizaciones políticas y sociales católicas.
José María Gil Robles
Se doctoró en Derecho en la Universidad Central de Madrid y obtuvo en 1922 la cátedra de Derecho Político de la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), que apenas ejerció. Nuevamente en Madrid, formó parte relevante de la redacción del diario católico El Debate, dirigido por ängel herrera Oria. Fue Secretario de la Confederación Nacional Católico-Agraria y en 1922 se integró en el Partido Social Popular liderado por Ángel Ossorio y Gallardo.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera colaboró con José Calvo Sotelo en la redacción del Estatuto Municipal.
Proclamada la IIª República en abril de 1931, formó parte de las candidaturas del Bloque Agrario, siendo elegido diputado en las elecciones celebradas en junio de ese año. Intervino en las Cortes Constituyentes, en las que destacó por su oposición a la política religiosa del nuevo régimen republicano desde su calidad de miembro de la comisión redactora del proyecto constitucional.
Se destacó en su defensa de la línea católica “posibilista” preconizada por el cardenal Francisco Vidal y Barraquer, mostrándose dispuesto a aceptar, con matices, la declaración del laicismo del Estado, siempre que se reconocieran los “derechos de la Iglesia”, incluidos los de las órdenes religiosas.
En el mismo año 1931 pasó a militar en Acción Nacional, creada poco antes por Ángel Herrera Oria y rebautizada en 1932 como Acción Popular, cuando Gil-Robles era ya uno de sus principales dirigentes.
Defendió la postura del accidentalismo, según la cual lo importante no era la forma del Estado (monarquía o república), sino que éste defendiera los intereses de la Iglesia. Esta postura chocó con otras posiciones de las derechas, que se declararon opuestas a la República desde el principio.
A finales de febrero y principios de marzo de 1933 participó en la creación de la Confederación Española de derechas Autónomas (CEDA), al integrar en ella a Acción Popular. En septiembre de 1933 asistió como observador al Congreso de Nüremberg, donde estudió la propaganda nazi. En los discursos electorales de la campaña para las elecciones de noviembre de 1933 afirmó que la democracia era simplemente el «medio» para llegar al estado corporativo. Su nuevo partido obtuvo la victoria en los comicios, pero con una escasa mayoría (115 escaños de 450), lo cual le imposibilitaba para formar gobierno en solitario. Apoyó al nuevo gabinete presidido por Alejandro Lerroux (Partido Radical) desde ese mismo mes, así como a los siguientes, encabezados también por otras figuras de ese partido.
Lerroux (de picador) y Gil Robles, caricaturizados en el satírico "Gracia y Justicia"
El 6 de mayo de 1935 fue nombrado ministro de la Guerra por Lerroux, cargo desde el que promocionaría a varios militares que terminarían teniendo un gran protagonismo durante la posterior Guerra Civil. Así, ordenó que el general Francisco Franco se hiciera cargo del mando del Estado Mayor Central, el general Emilio Mola volviera al servicio activo y tomara el mando de las fuerzas del Protectorado de Marruecos, el general Joaquín Fanjul fuera nombrado subsecretario y se ascendiera a general de brigada al bilaureado coronel José Enrique Varela.
Se restablecieron los Tribunales de Honor y se autorizaron los actos religiosos en los cuarteles. Prosiguió en el cargo en el gabinete siguiente, presidido desde septiembre de ese año por el independiente Joaquín Chapaprieta. Su actitud política, contraria a la dirección dada por éste a la economía, provocó su dimisión en diciembre de 1935 y el consiguiente final de su desempeño ministerial.
En los ocho escasos meses que dura su ministerio logra un mínimo rearme, dotando de cascos de guerra a las unidades, proyectando una fábrica de aviones en Guadalajara y potencia la Fábrica de Armas de Toledo, incluyendo en ella a 350 operarios para fabricar 800.000 cartuchos diarios.
Gil Robles durante un mitin en 1935
Después de la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, se convirtió en el jefe de la oposición parlamentaria. Su figura se vio cada vez más eclipsada por los postulados más radicales de José calvo Sotelo, asesinado en la noche del 12 al 13 de julio de ese año. Gil-Robles, que había partido hacia el norte poco antes, abandonó España y se dirigió a Francia. Expulsado de allí por el gobierno de León Blum, pasó a Portugal.
Durante la Guerra Civil encomendó a sus seguidores apoyar al bando franquista, a la vez que entregó los fondos de su partido al general Emilio Mola. Gil-Robles afirmó en sus memorias que no estuvo al corriente de la conspiración militar.
Finalizado en abril de 1939 el conflicto, apoyó la causa monárquica. Fue miembro del Consejo Privado de don Juan de Borbón, conde de Barcelona e intentó llegar a un acuerdo en 1948 con el líder socialista Indalecio Prieto para lograr la instauración de una monarquía parlamentaria en España en lo que se conoció como Pacto de San Juan de Luz.
En 1953 regresó a España, donde apoyó a diversos opositores al régimen. Fue desterrado en 1962 por participar en junio de ese año en una reunión antifranquista en Múnich (el célebre "Contubernio de Múnich), lo que le valió asimismo ser apartado del entorno del conde de Barcelona. El 4 de agosto de 1966 tuvo que declarar ante el Juzgado de Orden Público por haber coordinado y dirigido el libro Cartas del Pueblo Español. Si bien el caso quedó sobreseído, se mantuvo el secuestro de la obra.
Comenzó entonces a escribir una serie de libros de memorias, en el primero de los cuales, No fue posible la paz (1968), intentó explicar las causas que llevaron a la Guerra Civil y justificar su intervención en los acontecimientos anteriores a la misma.
Catedrático de la Universidad de Oviedo desde 1968, fue uno de los abogados de los sindicalistas de Comisiones Obreras (CCOO) en el conocido como "Proceso 1001" y de Vilá Reyes en el "Caso Matesa" de 1969. En 1976 apareció otra de sus obras autobiográficas y de carácter político, La monarquía por la que yo luché.
Tras el fallecimiento de Francisco Franco en 1975, y con el inicio del reinado de Juan Carlos I y la Transición Española, intentó recuperar su papel político defendiendo las posiciones tradicionales de la democracia cristiana europea. Estuvo apoyado en esta tarea por uno de sus hijos, José María Gil Robles y Gil Delgado.
Sin embargo, el fracaso de su partido, la Federación Popular Democrática (integrado junto al de Joaquín Ruiz Jiménez, Izquierda Democrática, en la Federación de la Democracia Cristiana) en las elecciones de 1977, en las cuales no obtuvo acta de diputado, le apartó definitivamente de la vida política.
Falleció en Madrid el 14 de septiembre de 1980.
En 1998 se le concedió, a título póstumo, la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort.
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Traemos hoy una interesante medalla en homenaje a su persona datada en 1968, momento en el que el jurista y político cumplía setenta años.
Se trata de una pieza circular de bronce en cuyo anverso se muestra la imagen de perfil de José María Gil Robles. Lleva la firma del grabador: "Comendador".
Anverso de la Medalla de Gil Robles
Fuente: www.todocolección.net
El reverso está protagonizado por una figura femenina desnuda, de larga cabellera y ojos cerrados, que empuña, con su mano derecha, la espada de la Justicia; y con la izquierda, la antorcha de la Libertad. Para remarcar esta idea le acompaña una cartela latina con la frase: "Ivstitia et Libertas". Rodea a la imagen alegórica el texto: "A JOSÉ MARÍA GIL ROBLES". En el exergo la data y la motivación conmemorativa: "EN EL LXX ANIVERSARIO DE SV NACIMIENTO. 27.XI.1968"
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Traemos hoy una interesante medalla en homenaje a su persona datada en 1968, momento en el que el jurista y político cumplía setenta años.
Se trata de una pieza circular de bronce en cuyo anverso se muestra la imagen de perfil de José María Gil Robles. Lleva la firma del grabador: "Comendador".
Anverso de la Medalla de Gil Robles
Fuente: www.todocolección.net
El reverso está protagonizado por una figura femenina desnuda, de larga cabellera y ojos cerrados, que empuña, con su mano derecha, la espada de la Justicia; y con la izquierda, la antorcha de la Libertad. Para remarcar esta idea le acompaña una cartela latina con la frase: "Ivstitia et Libertas". Rodea a la imagen alegórica el texto: "A JOSÉ MARÍA GIL ROBLES". En el exergo la data y la motivación conmemorativa: "EN EL LXX ANIVERSARIO DE SV NACIMIENTO. 27.XI.1968"
Reverso de la Medalla de Gil Robles
Fuente: www.todocolección.net
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