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domingo, 10 de marzo de 2013

EL PALACIO DEL MARQUÉS DE SANTA CRUZ


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Don Álvaro de Bazán, 1º Marqués de Santa Cruz

El Palacio del Marqués de Santa Cruz es un edificio situado en el municipio de Viso del Marqués (Ciudad Real) y fue mandado construir en la segunda mitad del siglo XVI por Don Álvaro de Bazán, 1º Marqués de Santa Cruz de Mudela, Capitán de la Mar Océana, Almirante de la Marina Española y Caballero de la Orden de Santiago.
El Palacio se sitúa al lado de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y desde el año 1948 está alquilado por parte de sus propietarios, los marqueses de Santa Cruz, a la Armada Española, quien primero lo destinó a Museo de la Marina y más tarde amplió sus funciones estableciendo también allí el Archivo General de la Marina, cuyos fondos documentales se datan desde el siglo XVIII al siglo XX. Es un archivo de titularidad estatal, gestionado por el Ministerio de Defensa.

El edificio era frecuentado por el primer Marqués gracias a su ubicación, a medio camino entre Madrid, donde estaba la Corte, y Sevilla, a cuyo puerto acudía a menudo al mantenerse allí anclada buena parte de la Armada Española, de la cual fue almirante durante el reinado de Felipe II.
El palacio estuvo a punto de ser destruido por las tropas austracistas de Edward Hamilton durante la Guerra de Sucesión Española a principios del siglo XVIII, salvándose por la actuación del capellán del marqués, el poeta Carlos de Praves, gracias a lo cual hoy podemos admirarlo. 
Sufrió algunos daños a causa del Terremoto de Lisboa en 1755 que hundió el techo del salón de honor, donde se había pintado el gran fresco que representaba la Batalla de Lepanto, y desmochó las cuatro torres de las esquinas, que las crónicas de Felipe II describían como magníficas. 
En él podemos encontrar objetos marineros de la época. Llama la atención un mascarón de proa perteneciente a una nave que comandó el Marqués. 
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Interior de los salones del Palacio con reproducciones de embarcaciones
Foto: foroxerbar.com

Durante la Guerra de Independencia, los franceses lo saquearon, y para cuando llegó la Guerra Civil había servido de granero, colegio, establo, cárcel y hospital... Hasta que en 1948, los descendientes de Don Álvaro de Bazán se lo ofrecieron a la Armada como museo-archivo, que es su función en la actualidad.
Fue construido entre 1564 y 1586 con modificaciones posteriores, y se trata de un edificio planta cuadrada y estilo renacentista. Los muros y techos se hallan cubiertos de frescos de doble temática: por un lado, escenas mitológicas y, por otro, batallas navales y ciudades italianas relacionadas con la trayectoria militar del Marqués y de sus familiares. Los frescos se deben a los pintores manieristas italianos, los Péroli. Al verlos, Felipe II les encargaría trabajos para El Escorial y el Alcázar de Toledo.

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Fresco sobre el mito de la Osa Mayor por Cesare Arbasia
Foto: foroxerbar.com

Para algunos, el diseño del edificio se debió al italiano Giambattista Castello, conocido como "El Bergamasco", que más tarde trabajó en El Escorial. Para otros autores fue diseñado, al menos en su plan original, por Enrique Egas "El Mozo".
La arquitectura se percibe como típica española, sin las arquerías italianas, con paramentos lisos y torres cuadradas en las esquinas, influidos por la austeridad escurialense y del Alcázar toledano, dentro de las relaciones armónicas características del Renacimiento. El espacio central esta ocupado por un patio porticado que junto con la escalera forma un conjunto típicamente manierista entendido como estilo elegante y cortesano que desborda el marco meramente arquitectónico. 

Archivo:. Interior del Palacio del Marqués de Santa Cruz en el Viso del Marqués (RPS 19-08-2012) png
El magnífico patio del Palacio
Foto: Raimundo Pastor
Las paredes están decoradas con 8.000 metros cuadrados de frescos manieristas pintados por Cesare Arbasia, Juan Bautista y Franceso Peroli, y los hermanos Nicolás y Francisco Castello. Todos trabajaron para crear un espacio erigido a la mayor gloria de su dueño: por un lado, había que exaltar sus virtudes militares, y por el otro, enaltecer su linaje. Para lo primero, se pintaron en las paredes, las bóvedas y los techos del palacio vistas de ciudades y de puertos, así como los baluartes y las batallas en los que había conquistado su inmenso prestigio. A ambos lados de la escalera se ubicaron dos estatuas en las que aparecía representado como Neptuno, con su tridente y como Marte, y sobre las puertas del piso superior se colocaron los fanales de popa de las naves capitanas vencidas en las batallas, que eran los trofeos de los marinos. Para elogiar su linaje, y siguiendo la misma tradición renacentista de representar a hombres como dioses o semidioses de la antigüedad, se pintó a los antepasados del Marqués y a sus esposas (tuvo dos) e hijos.

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Don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, representado como Neptuno
Foto: foroxerbar.com
Estos dos grupos de representaciones se aderezaron con trampantojos, pinturas que simulaban puertas, columnas y otros elementos decorativos y arquitectónicos; y también con motivos grutescos que incluían animales mitológicos, sabandijas y follajes. 
Las estatuas sepulcrales de Álvaro de Bazán y su esposa María de Figueroa, son el único ejemplo de escultura funeraria perteneciente al primer tercio del siglo XVII. Fueron ejecutados para el convento de la Concepción de El Viso del Marqués, ubicándose a día de hoy en el muro del Palacio más cercano a los jardines. Su creador fue Antonio de Rivera, escultor relacionado con la corte de origen catalán. En ellas, aparecen los marqueses en actitud de orante, arrodillados en un reclinatorio, todo ello en mármol blanco que resalta sobre el gris de los nichos. Se advierte en ellos cierta similitud con la elegancia y el clasicismo de los Leoni, a pesar de cierta rigidez formal, siendo de especial relevancia la forma en la que están ejecutadas las telas y el detalle de los vestidos.

File:Esculturas del Palacio del Marqués de Santa Cruz en el Viso del Marqués (RPS 19-08-2012).png
Esculturas orantes de Don Álvaro de Bazán y Doña María de Figueroa
Foto: Raimundo Pastor
El palacio fue declarado Monumento Nacional en 1931.


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