A lo largo del mes de septiembre de 1793 se libran numerosos y fuertes combates entre las tropas republicanas de la Convención al mando de Kléber y sus subordinados, y los vandeanos católico-realistas: batallas de Coron, Puente Barre, Clisson.
Las fuerzas republicanas debieron reorganizarse con el reagrupamiento de diversos contingentes de la costa de La Rochelle y de Nantes, para constituir el Ejército Occidental al mando del general Léchelle. El reagrupamiento da resultado y los republicanos comienzan a cosechar éxitos con la toma de las poblaciones de Montaigu, Clisson y San Fulgencio sin demasiada oposición, y luego golpean a los vendeanos de Ebée y Bonchamps en la Batalla de Treize-Septiers.
En la costa, los vandeanos se apoderan de la isla de Noirmoutier el 12 de octubre de 1793.
Todos los ejércitos realistas de la Vendée (excepto el que operaba en el Marais) se reunieron en la ciudad de Cholet en previsión del ataque de los republicanos a la que podía considerarse capital del levantamiento. Unos 26.000 hombres de la Convención se lanzaron el 15 de octubre sobre Cholet y obligaron a los vandeanos a evacuarla.
Si embargo, dos días más tarde, 40.000 vendeanos realizaron un contraataque sobre Cholet. La batalla fue larga e indecisa pero después de varios asaltos, que terminaron en combates cuerpo a cuerpo, las fuerzas de la Vendée se replegaron hacia varias poblaciones a orillas del Loira. Ambas partes dejaron miles de muertos y heridos en el campo de batalla; los generales realistas Bonchamps y D´Elbée resultaron gravemente heridos.
El General La Rochejaquelein encabeza la carga de los vandeanos en la Batalla de Cholet (17 de octubre de 1793)
La retirada de los vandeanos resultó muy dura pues hubieron de dejar atrás a más de 400 heridos que fueron exterminados por los hombres Westermann.
Pero lejos de aceptar el fracaso, los hombres de la Vendée planificaron reavivar el movimiento en Bretaña y Maine y facilitar el desembarco de refuerzos procedentes de Gran Bretaña llegando hasta orillas del Canal de La Mancha.
En la noche del 18 de octubre de 1793, el general La Rochejaquelein, junto a 30.000 combatientes y unos 50.000 no combatientes (heridos, ancianos, mujeres y niños), cruza el Loira y desencadena la "Operación Galerna".
Cruce del Loira por el herido general Lescure y sus hombres
El general Bonchamps no pudo cruzar el río pero impidió la masacre de 5.000 prisioneros republicanos que sus hombres querían fusilar. Ordenó que los prisioneros fueran liberados y murió a las pocas horas a causa de las graves heridas recibidas en Cholet.
Las tropas de la Vendée fueron sometiendo y dispersando rápidamente las guarniciones locales de la Guardia Nacional y se hicieron con la ciudad de Laval el 22 de octubre de 1973. Unos seis mil bretones y habitantes de Maine se unieron al Ejército Católico y Real.
El Ejército Republicano del Oeste salió en la búsqueda de los rebeldes. La vanguardia revolucionaria, comandada por Westermann ataca Laval. Al día siguiente, el grueso del ejército republicano, con unos 20.000 soldados se lanzó al ataque, pero la incompetencia del comandante en jefe Léchelle provoca otro desastre frente a los 25.000 hombres de la Rochejacquelein. Los republicanos huyen en dirección a Angers y pierden 4.000 hombres entre muertos o heridos, y 19 cañones. La Vendee pierde 400 muertos y 1.200 heridos.
Zona principal de operaciones y expediciones vandeanas a Granville, Le Mans y Savenay
Mapa de Cristophe Cagé
La Vendée continuaba su avance hacia el norte, hacia el límite de Bretaña con Normandía. El 2 de noviembre de 1793 Mayenne fue tomada sin luchar, y al día siguiente caía Ferns.
Tras estos sucesos el estado mayor de los vandeanos decidió atacar el puerto de Granville. En su avance, el Ejército Católico y Real, tomó sin lucha las poblaciones de Dol de Bretagne, Pontorson y Avranches. El 14 de noviembre comienza el ataque sobre Granville. Sin embargo no hay ninguna nave británica en el puerto en espera de los insurgentes. La ciudad resiste y, después de dos días de enfrentamientos, que cuestan cientos de muertos, las desanimadas tropas de la Vendée se niegan a obedecer a sus líderes y deciden por sí mismas regresar a sus hogares.
Batalla de Granville e incendio de la población por los vandeanos
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