Ricardo III, rey de Inglaterra (1483-1485)
El Reino Unido ha vuelto a dar una nueva lección sobre el exquisito cuidado con el que trata su historia.
Mientras en España se alzan algunas voces pidiendo explicaciones por el dinero invertido en la localización de los restos de Cervantes, el pueblo británico ha cerrado, con toda dignidad, un capítulo más de su historia medieval.
En efecto, los restos mortales del rey Ricardo III, encontrados hace tres años en la excavación arqueológica realizada en un aparcamiento de Leicester, han recibido regia sepultura en la Catedral de aquella ciudad del centro de Inglaterra al término de una solemne ceremonia de estado.
Los restos de Ricardo III reciben escolta militar en su traslado
Foto: ABC
Ricardo III murió en el transcurso de la Batalla de Bosworth (1485), que supuso el fin de la Guerra de las Dos Rosas, entre los partidarios de la Casa de Lancaster y los de la Casa de York. Tras el hallazgo de los restos en 2012 y, tras confirmarse mediante pruebas de ADN que, en efecto, correspondían al monarca, los ayuntamientos de Leicester y de York disputaron una batalla legal para acoger su tumba, que ha culminado con la victoria de la primera, por ser el lugar donde el rey perdió la vida hace más de 500 años.
Vista exterior de la Catedral de Leicester
Foto: ABC
Con la dignidad que exigía la ocasión, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby y representantes de distintas religiones, se unieron en la Catedral de Leicester en una solemne ceremonia cuyo momento más emotivo fue la sepultura de los restos del último monarca de la Casa de York en una cripta construida con piedra Swaledale, de North Yorkshire, al norte de Inglaterra.
Imagen de la ceremonia celebrada en la Catedral de Leicester
Foto: ABC
La Reina Isabel II estuvo representada por la duquesa de Wessex, esposa del príncipe Eduardo.
Recreación decimonónica de la batalla de Bosworth
Ricardo III ha pasado a la historia como un monarca ambicioso, cruel y sin escrúpulos; tal y como nos lo describe Shakespeare en la famosa obra de teatro titulada con el nombre de aquel monarca que clamaba, en el fragor de la batalla de Bosworth, ofreciendo su reino: "por un caballo".
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