Hussein bin Talal (en árabe: حسين بن طلال), conocido como Hussein I de Jordania o Hussein de Jordania, nació en Ammán el 14 de noviembre de 1935. Tras realizar estudios primarios en la capital transjordana fue enviado a la Harrow School en Inglaterra, donde hizo amistad con su primo Faisal II de Irak, y luego al Victoria College de Alejandría. Posteriormente siguió estudios en la prestigiosa Academia Militar de Sandhurst en el Reino Unido.
El 20 de julio de 1951, el príncipe Hussein viajó a Jerusalén para llevar a cabo las oraciones del viernes en la Mezquita de Al-Aqsa con su abuelo, el Reu Abdullah I. Un extremista palestino, temiendo que el rey podría negociar una paz con el recién creado Estado de Israel, abrió fuego contra Abdullah y su nieto. Abdullah fue asesinado, pero Hussein, con 15 años de edad, sobrevivió al intento de asesinato
Sucedió a su abuelo el 11 de agosto 1952, por la renuncia de su padre, Talal ibn Abd Allah. El rey tenía 17 años de edad en el momento de la sucesión y no era mayor de edad por lo que se formó un Consejo de Administración Fiduciaria del trono hasta que Hussein fue coronado en el 2 de mayo de 1953.
En marzo de 1956 Hussein estableció plenamente su autoridad sobre Jordania sustituyendo a todos los oficiales británicos de su ejército por jordanos.
El régimen de Hussein se vio empañado con la colaboración secreta con Israel y los Estados Unidos, que a menudo afectó negativamente a las relaciones con los otros Estados Árabes y los palestinos. El propósito de la colaboración fue planificar y apoyar las iniciativas de Israel en la lucha contra la guerrilla de Al Fatah. De este modo Hussein aceptó incursiones menores en el territorio jordano por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes.
Pero el 13 de noviembre 1966, el ejército israelí llevó a cabo una gran incursión en territorio jordano, en violación de su acuerdo secreto con el Rey Hussein, en lo que se conoce como el Incidente de Samu. Las repercusiones de la noticia desprestigiaron al monarca hachemita ante el resto de los países árabes. El presidente egipcio Nasser llegó a referirse a Hussein como un "lacayo imperialista ". Con el fin de mantener la credibilidad en el mundo árabe y garantizar la estabilidad en el país, el 30 de mayo de 1967, el rey Hussein firmó un tratado de defensa mutua con Egipto, y entregó el mando de las fuerzas armadas jordanas a los generales egipcios.
En junio de 1967, Jordania, junto con Siria y Egipto fueron atacados por Israel en un conflicto relámpago que paso a la historia con el nombre de Guerra de los Seis Días. La victoria de Israel supuso para Jordania la pérdida de los territorios al oeste del Jordán (Cisjordania), Jerusalén Este y vio su ejército destruido.
Además, el país fue, por segunda vez, destino de muchos refugiados palestinos que huían del asalto israelí. Al igual que en anteriores ocasiones, Israel no permitió a los refugiados huídos regresar a los territorios que capturó durante la guerra. Como resultado, los refugiados palestinos que huyeron de la guerras de 1948 y 1967, superaron a los ciudadanos naturales de Jordania. La mayoría de los refugiados recibieron la ciudadanía por el régimen de Hussein. Debido a su enorme cantidad, las facciones palestinas en Jordania fueron capaces de ejercer una autoridad considerable en algunas zonas de Jordania, lo que en la práctica terminó por crear un estado dentro del estado. En septiembre de 1970, de conformidad con acuerdos secretos con Israel y los EE.UU., Hussein ordenó la expulsión forzosa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) del territorio jordano. Los ataques del ejércoto de Jordania contra los combatientes palestinos y civiles deterioró aún más la imagen de Rey Hussein en el mundo árabe y musulmán.
Después de la muerte del presidente egipcio Nasser, su sucesor, Anwar Sadat, hizo varias ofertas de la paz y el reconocimiento, a cambio de las tierras de Egipto capturado por Israel durante la Guerra de los Seis Días. El gobierno israelí rechazó todas las ofertas, de acuerdo con el secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger. Sadat advirtió que Egipto intentaría recuperar los territorios mediante la guerra, pero el gobierno israelí, tal vez debido a la percepción de la invencibilidad militar de Israel después del enfrentamiento de 1967 confundió la amenaza de Sadat con una pose vacía.
El presidente egipcio Sadat y el presidente sirio Hafez el Assad se reunieron con el rey Hussein en 1973 para discutir la posibilidad de una guerra. Hussein, por temor a otra pérdida de territorio jordano frente a Israel, se negó.
En la noche del 25 de septiembre de Hussein en secreto voló a Tel Aviv para advertir a la primer ministro israelí Golda Meir, de un ataque inminente por parte de Siria.
El 6 de octubre 1973, Siria y Egipto atacaron a Israel sin la ayuda de Jordania. Fue la Guerra del Yom Kipur en la que se demostró la capacidad árabe para enfrentarse a Israel. Acabado el conflicto se inició un largo proceso de conversaciones para iniciar la devolución del Sinaí a Egipto y el reconocimiento egipcio del Estado de Israel. Todo este proceso terminaría felizmente con los acuerdos de Camp David.
Durante la Primera Guerra del Golfo Jordania se mantuvo neutral debido principalmente a la grave dependencia económica del país del petróleo iraquí.
El 26 de octubre de 1994 Wadi Araba, Hussein concluyó las negociaciones para poner fin al oficial del estado de guerra con Israel, dando lugar al Tratado de Paz Israel-Jordania que se había empezado a negociar en secreto con los israelíes en la década de 1960. Durante las negociaciones el Rey Hussein estrechó fuertes lazos de amistad con el primer ministro israelí Isaac Rabín a quien dedicaría un emotivo elogio fúnebre tras su asesinato en 1995.
El 13 de marzo de 1996, se celebró la Cumbre de Paz de Sharm el Sheik en Egipto auspiciada por el presidente egipcio Hosni Mubarak. Además del Rey Hussein, asistieron dignatarios como el presidente turco Demirel, el primer ministro israelí Simón Peres, el presidente norteamericano Bill Clinton y el el ruso Boris Yeltsin.
A finales de julio de 1998 Hussein hizo pública una carta a su hermano, el príncipe heredero Hassan, a quien le informaba que padecía un cáncer linfático. Fue tratado con quimioterapia en la norteamericana Clínica Mayo.
A su regreso a Jordania en enero de 1999, Hussein se detuvo en Londres. Los médicos le aconsejaron reposo y estancia en Inglaterra por algunas semanas ya que estaba demasiado débil para viajar. El rey se negó y, pilotando su propio avión, como lo hizo cientos de veces,aterrizó en el aeropuerto militar de Marka (Jordania), donde fue recibido por miembros de la familia Real, los ministros, miembros del parlamento y dignatarios extranjeros y árabes. Al aterrizar, Hussein oró en la pista e insistió, una vez más en contra del consejo médico, en desplazarse en coche descubierto por el centro de Ammán hasta su nuevo hogar en el Palacio de Al Hummar. Fue un largo viaje bajo una lluvia torrencial en el que el Rey, en pie y con valentía, fue aclamado por dos millones de sus súbditos que, enfrentándose a los elementos, acudieron de toda Jordania para saludar a su amado monarca.
Justo antes de su muerte, Hussein hizo un cambio permitido por la Constitución a su voluntad, desheredar a heredero durante varias décadas, su hermano Hassan, a favor de su hijo mayor, Abdullah. Luego, con una fiebre recurrente, volvió a la clínica de EE.UU. el 25 de enero de 1999 para seguir su tratamiento. Se sometió a un trasplante de médula ósea, pero el trasplante resultó un fracas y el rey regresó a su casa a morir.
El 07 de febrero 1999 murió el rey Hussein. Había sido el rey de Jordania durante más de 46 años, conviviendo constantemente con el problema que eclipsó todos los otros su vida política: la paz en Oriente Medio. Él no vivió para ver su resolución a pesar de que es recordado como una de las personalidades claves con cuyo esfuerzo ayudó a sus vecinos, los israelíes y los palestinos, a vivir paz que le escapaba la mayor parte de su vida.
El 8 de febrero, el ataúd-cubierto con el pabellón jordano llevando el cuerpo del Rey salió de su Palacio que llamó la "Puerta de la Paz". Cinco de sus hijos estuvieron presentes y una guardia de honor de las tropas beduinas acompañó al féretro del monarca en una procesión de 90 minutos por las calles de la capital Amman. Unos 800.000 jordanos, desafiando los helados vientos, estuvieron presentes en las honras fúnebres.
El Rey Hussein de Jordania estuvo casado cuatro veces. De sus esposas son recordadas especialmente la Reina Alía, que murió en trágico accidente de helicóptero, y la Reina Noor, su viuda, norteamericana de origen sirio que se convirtió al Islam recibiendo el bello nombre de Noor al Husseín: "Luz de Hussein".
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