Armas de los Barberini
Foto: Sailko
En la Roma del siglo XVI, y en terreno en pendiente que antes había sido ocupado por un jardín de la familia Sforza, se levantó un palazzetto en 1549. Este terreno fue cambiando de propietario sin que se desarrollara en él un nuevo proyecto.
Cuando el cardenal Alessandro Sforza pasó por una etapa de dificultades financieras, decidió vender aquella finca semi-urbana que fue adquirida en 1625 por Maffeo Barberini, quien se convertiría posteriormente en el Papa Urbano VIII.
Su Santidad el Papa Urbano VIII por Bernini
Foto: Sailko
Tres grandes arquitectos trabajaron a partir de entonces para crear el actual Palazzo, contribuyendo cada uno con su propio estilo y carácter al edificio. Carlo Maderno fue el encargado de encerrar la Villa Sforza dentro del bloque que constituiría el nuevo Palacio Barberini, sin embargo, el diseño evolucionó rápidamente hacia una combinación que sienta un precedente de un casco urbano de Roma. Con el Palacio Barberini se inaugura un nuevo concepto de exaltación del poder principesco del Palacio combinado con un amplio jardín semi-cerrado.
Fachada principal del Palacio Barberini de Roma
Foto: Russavia
Maderno comenzó su intervención en 1627, asistido por su sobrino Francesco Borromini. Cuando Maderno murió en 1629, Borromini fue pasado por alto y la continuación de las obras le fue otorgada a Bernini quien ya era conocido por entonces como un excelente escultor. Bernini completó el Palacio Barberini en 1633.
Tras la muerte de Urbano VIII, el Palacio fue confiscado por Inocencio X, miembro de la familia Pamphili, aunque la propiedad les sería devuelta a los Barberini en 1653.
Fiesta en honor de la Reina Cristina de Suecia celebrada en el Palacio Barberini en 1656
El Palacio está dispuesto alrededor de un patio centrado y cuenta con un ala extendida que domina la plaza, que se encuentra en un nivel inferior. El edificio principal presenta tres niveles con galerías acristaladas, una fórmula más veneciana que romana. En la planta superior Borromini organizó los paramentos en una falsa perspectiva que sugiere mayor profundidad. Dos escaleras llevan a la planta noble, una gran escalera en cuadrado, obra de Bernini, a la izquierda, y una escalera helicoidal creada por Borromini, a la derecha.
La célebre escalera helicoidad de Borromini en el Palacio Barberini
Foto: Peter bein Graben
El techo del salón de honor está decorado con frescos de Pietro de Cortona que representan la Alegoría de la Divina Providencia y la fuerza de los Barberíni. Esta vasta alegoría, a modo de panegírico, fue muy influyente en la orientación de la decoración de los techos de palcios e iglesias, y su influencia se puede ver en los techos con frescos de San Ignacio (por Pozzo), en Villa Pisani, en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid, etc.
Alegoría de la Divina Providencia y la fuerza de los Barberini por Pietro de Cortona
Fuente: Sailko
Las habitaciones de la planta noble tienen techos con frescos de otros artistas del siglo XVII como Giussepe Passeri y Andrea Camassei.
El jardín es conocido como un giardino segreto ("jardín secreto"), por su ocultamiento a la vista de un forastero. Alberga un monumento a Bertel Thorvaldsen, quien tenía su estudio en el cercano Teatro delle Quattro Fontane entre 1822 y 1834.
El 4 de noviembre de 1950 se firmó en el palacio Barberini el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Hoy en día el Palazzo Barberini es la sede de la Galleria Nazionale d´Arte Antica, una de las colecciones de pintura más importantes de Italia, que incluye, entre otras obras maestras: un retrato de La Fornarina pintado por Rafael, Judith decapitando a Holofernes de Caravaggio y un retraro de Enrique VIII por Hans Holbein.
Detalle del retrato de La Fornarina, por Rafael
El Palacio también alberga el Instituto Italiano de Numismática.
Escondido en los sótanos de la parte trasera del edificio se halló un Mitreo que data probablemente del siglo II de nuestra era.
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