Distinción para los vencedores en Viluma
Foto: elrincondecarlos-miniaturas.blogspot.com
Un 29 de noviembre de 1815 libraban las fuerzas realistas españolas victoriosa batalla contra las tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata en los campos de Viluma, Alto Perú (hoy Bolivia).
El mando de las fuerzas argentinas del Ejército del Norte, ostentado por el general José de San Martín, fue traspasado al general José Rondeau, ya que el primero invocó razones de salud para ser relevado del mando del ejército. En opinión de muchos San Martín, que preveía el resultado de la campaña, abandonó su puesto con aquella excusa para salvar su reputación.
El general José Rondeau
En el momento en el que las tropas se preparaban para iniciar la tercera campaña al Alto Perú, tras dos anteriores derrotas, el general Carlos María de Alvear fue designado para reemplazar a Rondeau. Los oficiales del Ejército del Norte se sublevaron, y le comunicaron a Rondeau que sólo iban a acatar sus órdenes y no las de Alvear, y lo instaron a iniciar la campaña. Rondeau, en rebeldía, ordenó el comienzo de la operación.
Martín Miguel de Güemes, enemistado con Rondeau, abandonó las filas del ejército junto con sus gauchos y se retiró hacia Salta, llevándose consigo el parque del ejército que se encontraba en Jujuy. Fue el momento crítico de la campaña, porque los gauchos habían sido los ojos y oídos del ejército de Rondeau. En aquella ocasión fue cuando Martín Rodriguez intentó increparlo con su famosa frase: "¡Usted es un comandante de gauchos!", que quedó en la historia militar de la independencia argentina.
Por su parte, el general Joaquín de la Pezuela, al mando de las fuerzas realistas, tras algunos reveses, retiró sus fuerzas hasta el poblado de Challapata, abandonando ciudades importantes que fueron ocupadas por las fuerzas de Rondeau, quien se apoderó de Potosí Chuquisaca.
El general Joaquín de la Pezuela
La situación del ejército realista en el Alto Perú era de debilidad, fundamentalmente a causa de la prolongación de sus líneas de comunicaciones con el centro del Virreinato del Perú. La llegada de una división de refuerzo al mando de Ramírez y de otras tropas desde Chile al Alto Perú: el segundo batallón de Talavera, y el batallón de Cazadores de Chile que se fusiona al de Voluntarios de Castro, y se integra en el ejército de Pezuela.
Con estas nuevas fuerzas, los realistas españoles pasan a la contraofensiva contra Rondeau.
Con estas nuevas fuerzas, los realistas españoles pasan a la contraofensiva contra Rondeau.
El general Rondeau se pone en marcha y, en su retirada hacia Cochabamba, se refugió en la pampa de Sipe-Sipe en las cercanías de esa ciudad. Allí fue alcanzado por las fuerzas realistas de Pezuela el 28 de noviembre de 1815, donde se enfrentaron contando las fuerzas de Rondeau con 3.000 a 3.500 hombres, y con 9 piezas de artillería (no obstante, el ejército realista capturó 11 cañones a las fuerzas de Rondeau), en tanto que las realistas 4.100 hombres y 20 piezas de artillería.
Avance y retirada del general Rondeau
Rondeau había confiado su formación en una posición que daba la espalda a la cuesta de los macizos de Viluma, que él consideró imposible de transitar por el ejército enemigo. Pero Pezuela atacó precisamente por allí, desde donde sus fuerzas descendieron "como gatos" para alcanzar el campo de batalla. Formando su línea a la derecha del ejército de Rondeau, le forzó a cambiar de posición y destrozó de paso el regimiento de Dragones al mando de coronel Cornelio Zelaya. El cambio de posiciones del Ejército del Norte le fue fatal, resultando el encuentro la derrota más grave, después de la Batalla de Guaqui, sufrida por las tropas independentistas en las guerras de Independencia.
Con esta derrota, la provincia del Alto Perú se perdió definitivamente para las Provincias Unidas. Poco tiempo después, y por esta batalla, Joaquín de la Pezuela sería nombrado Marqués de Viluma por Fernando VII.
Escena de la Batalla de Viluma
Los restos del ejército de José Rondeau, que sufrió más de 1.000 bajas y la pérdida de toda su artillería, continuaron su marcha sin detenerse, pasando por Potosí y Humahuaca, hasta alcanzar Tucumán, ya en las Provincias Unidas.
En esos momentos Buenos Aires estaba amenazada por la anarquía y la guerra civil.
Desde España había partido una expedición de más de 10.000 hombres, nominalmente hacia el Río de la Plata. Pero su verdadero destino sería el mar Caribe con el objetivo de pacificar la Costa firme y recuperar la vital plaza fuerte de Cartagena de Indias.
En esos momentos Buenos Aires estaba amenazada por la anarquía y la guerra civil.
Desde España había partido una expedición de más de 10.000 hombres, nominalmente hacia el Río de la Plata. Pero su verdadero destino sería el mar Caribe con el objetivo de pacificar la Costa firme y recuperar la vital plaza fuerte de Cartagena de Indias.
Don Joaquín de la Pezuela, Iº marqués de Viluma
El Alto Perú se mantuvo incorporado al Virreinato peruano. Por ello, tras el fin de la resistencia española en la zona en 1825, aquellos territorios entraron en la órbita de Bolívar, con su decisiva influencia para la creación de un nuevo país llamado: Bolivia.
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