Armas de María Luisa de Parma como Reina Consorte de España
Diseño: Heralder.
María Luisa de Parma, nació en la capital del Ducado, el 9 de diciembre de 1751. Era hija de Felipe I, duque de Parma y de la princesa Luisa Isabel de Francia, hija del rey Luis XV. Por lo tanto, María Luisa era nieta de Luis XV de Francia, hermana de Fernando I de Borbón-Parma y también prima carnal de los reyes franceses Luis XVI, Luis XVIII y Carlos X.
Según muchos historiadores, recibió una educación discutible, bajo influencia del controvertido abad Étienne Bonnot de Condillac, quien defendía ciertas libertades en cuanto a moralidad que en aquella época resultaban impropias de las damas nobles.
María Luisa de Parma retratada en 1765 por Rafael Mengs
En 1765 contrajo matrimonio con el Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV; siendo los contrayentes primos carnales por vía paterna y parientes cercanos por la vía materna de María Luisa.
En 1788 se convirtió en reina consorte de España tras producirse la muerte de su suegro el rey Carlos III y ser jurado como rey de España su esposo, Carlos IV.
María Luisa de Parma ejerció una gran influencia sobre su marido.
De carácter caprichoso, llegó a participar en numerosos episodios por los que fue considerada, ya en su época, una mujer intrigante y, para muchos, depravada. Sufrió un ostensible deterioro físico por los numerosos embarazos y partos, lo que le dio un semblante poco grato que aumentó su impopularidad. Ella, sin embargo, estaba orgullosa de sus brazos torneados y procuró embellecerse con joyas y costosos vestidos de manga corta importados de París, tal como atestiguan diversos retratos de Goya.
María Luisa y Carlos IV tuvieron catorce hijos en trece embarazos (aparte de estos, la reina tuvo 10 embarazos más que acabaron todos en abortos espontáneos, lo cual suma un total de 23 embarazos). De ellos, siete llegaron a la edad adulta.
La familia de Carlos IV, por Francisco de Goya
Estuvo enfrentada con numerosos miembros de la Corte española del momento. Destacó la rivalidad que mantuvieron la Reina y la duquesa de Alba, musa de Goya. También tuvo desavenencias con la duquesa de Osuna. Entre los numerosos amantes atribuidos a la reina María Luisa destaca Manuel Godoy, antiguo miembro de la Guardia de Corps, que alcanzó una influencia política muy notable como valido de Carlos IV.
La firma del Tratado de Fontainebleau (1807), aceptado por Godoy, provocó la entrada del ejército francés en España con teórico destino a Portugal. Se fue extendiendo el descontento entre la población y se organizó una conjura en la que tomó parte el príncipe de Asturias, Fernando, futuro Fernando VII (Conspiración de El Escorial).
El 17 de marzo de 1808 tuvo lugar el Motín de Aranjuez, que logró la caída de Manuel Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, que se convirtió en Fernando VII.
Napoleón Bonaparte, decidido a eliminar a los Borbones del trono de España logró atraerse a padre e hijo a la ciudad francesa de Bayona. Allí Fernando VII devolvió la corona a Carlos IV y éste se la cedió a Napoleón. Fueron las infamantes Abdicaciones de Bayona del 5 de mayo de 1808.
María Luisa acompañó a su marido al destierro, primero en Francia, confinados por Napoleón en Compiégne, y posteriormente en Roma, residiendo en el Palacio Barberini, donde falleció, el 9 de diciembre de 1819. Diez días después fallecía también Carlos IV.
Su hijo Fernando VII, restaurado en el trono de España tras Guerra de Independencia, ordenó el traslado de los restos de sus padres para ser enterrados en el Panteón de los Reyes del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
La reina María Luisa en un retrato de Goya
Estuvo a la cabeza de la Real Orden de las Damas Nobles de María Luisa, creada a instancias suyas, en 1792.
Ha sido uno de los miembros más impopulares de la realeza española a lo largo de la historia, aunque hoy en día se tiende a matizar la leyenda negra que ensombreció su reputación en el siglo XIX.
María Luisa de Parma es considerada como la última reina española del Antiguo Régimen.
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