SERVUS HISPANIARUM REGIS



domingo, 21 de mayo de 2017

EL MONASTERIO DE SANTA CATALINA EN EL MONTE SINAÍ

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Vista general del Monasterio
Foto: Berthold Werner
El Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de Santa Catalina es uno de esos lugares muy especiales de fe y oración que han llegado a nuestros días desde los tiempos más remotos del cristianismo. Está situado en la boca de un cañón de difícil acceso a pies del Monte Sinaí en Egipto. Se construyó donde la tradición supone que Moisés vio la «zarza que ardía sin consumirse». 
Se trata de uno de los monasterios más antiguos que continúan habitados. También se le conoce con el nombre de Monasterio de la Zarza Ardiente. Pertenece a la Iglesia ortodoxa autónoma de Monte Sinaí, dependiente de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén. 
La madre del emperador Constantino I, el Grande, Santa Elena, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente». Posteriormente, el emperador Justiniano I mandó construir un monasterio en aquel lugar, junto a la capilla mencionada. El monasterio se levantó entre los años 527 y 565. Se  que la zarza que se conserva en sus dependencias es la original, convirtiendo al monasterio en un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. 
Aunque su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración, es más conocido como Monasterio de Santa Catalina, recibiendo este nombre de Santa Catalina de Alejandría, la mártir cristiana que fue sentenciada a morir en la rueda de tortura. La tradición transmitió que la rueda se rompió y que finalmente fue decapitada. Su cuerpo sería trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.
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Interior del recinto monacal a la sombra del Sinaí
Foto: Berthold Werner
Según un documento en posesión del monasterio, y supuestamente de puño y letra del mismo Mahoma, el mismo profeta dio su protección al monasterio tras haberle concedido refugio de sus enemigos. Gracias a este documento y a que se construyó una mezquita fatimí en el interior de sus muros, el monasterio sobrevivió a la dominación musulmana de la región. La mezquita está cerrada y nunca ha sido usada ya que, por error, no está orientada hacia La Meca.
Los anacoretas del Sinaí fueron eliminados durante el siglo VII y sólo el monasterio perduró gracias en parte a las fortificaciones que lo protegían. Éste aún conserva los muros que servían de defensa. El acceso al interior del recinto se efectuaba hasta el siglo XX mediante una puerta elevada en el muro exterior. Las Cruzadas aumentaron el interés de los peregrinos hacia el monasterio, que se convirtió en centro de peregrinaje entre los años 1099 y 1270.
En el complejo se encuentran obras de arte únicas, entre las que se encuentran mosaicos, iconos rusos y griegos, pinturas encaústicas, ornamentos religiosos, cálices y relicarios. Entre los iconos que guarda el monasterio se encuentran algunos de los más antiguos del mundo, datados en los siglos V y VI. Cabe destacar el Pantocrátor del Sinaí, del siglo VI, el libro de la escalera del divino ascenso, un icono del siglo XII del libro de San Juan Clímaco , o el icono más antiguo sobre un tema del Antiguo Testamento. Se ha ideado un proyecto para catalogar las obras de la biblioteca del monasterio.
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El Pantocrátor del Sinaí. Siglo VI.
Santa Catalina del Monte Sinaí tiene gran importancia debido a su antigua y valiosa biblioteca que guarda la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, sólo superada en número de ejemplares por la Biblioteca Vaticana. En ella se pueden encontrar unos 3.500 volúmenes escritos en griego, copto, árabe, armenio, hebreo, georgiano, siriaco y otras lenguas.
Texto en siriaco procedente de la Bibloteca del Monasterio
El monasterio data de los tiempos de Justiniano. Esteban de Aila, el arquitecto del monasterio, construyó una basílica de tres naves, de basalto, con el techo de madera y capiteles labrados en un estilo derivado del corintio. La basílica tiene cinco naves laterales y unas torres en el extremo occidental. La «zarza ardiente» se encuentra situada en el extremo oriental.
El monasterio ha experimentado pocos cambios desde su construcción. La misma puerta de madera cierra el portal occidental y el techo descansa sobre vigas con grabados en honor del emperador Justiniano y su esposa Teodora, todo ello del siglo VI. Las inscripciones habían sido observadas y comentadas por los distintos viajeros que por allí habían pasado hasta el siglo XVIII. Sin embargo, en 1958 se realizó una expedición que estudió detenidamente las escrituras de las vigas, descubriendo su contenido; en ellas decía, «nuestro emperador más pío», refiriéndose a Justiniano, y «su difunta emperatriz», refiriéndose a Teodora. El monasterio debió terminarse entre la muerte de la emperatriz y la del emperador, es decir, entre 548 y 565.
También se pueden encontrar los restos de la mezquita de los siglo X y XI. Los estudios arqueológicos realizados han encontrado cruces cristianas en su interior. En el monasterio también se encuentra la Capilla de San Trifón, que es usada de osario para los hermanos difuntos.
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Los monjes ortodoxos custodian desde hace siglos el Monasterio
El monasterio, junto a algunas dependencias del exterior, como el cercano monasterio de Raithu, constituye la Iglesia ortodoxa del Monte Sinaí. Esta iglesia es autónoma y está encabezada por un arzobispo, que es el mismo abad del monasterio. Este arzobispo es tradicionalmente consagrado por el Patriarca Ortodoxo de Jerusalén.
El Monasterio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2002.
La Fundación Santa Catalina,organización sin ánimo de lucro, preserva este lugar tan importante de la cristiandad. La conservación de las estructuras arquitectónicas, las pinturas y los libros; se realiza con el apoyo de esta organización. La Fundación tiene también la importante tarea de promover el conocimiento del monasterio con diferentes publicaciones.

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