El Castillo de Miramar, se encuentra situado en la costa adyacente a Trieste (Italia), fue construido en el siglo XIX por voluntad del archiduque Maximiliano de Habsburgo sobre una extensión de 22 hectáreas para compartir su estancia con su esposa, la princesa Carlota de Bélgica.
SS.MM.II. Maximiliano I y Carlota, emperadores de México
Fue aquí donde una comisión de mexicanos conservadores que favorecían la monarquía en su país en la segunda parte del siglo XIX se entrevistó con Maximiliano el 3 de octubre de 1863. La delegación mexicana que fue encabezada José María Gutiérrez de Estrada e integrada por José Hidalgo, Antonio Escandón, Tomás Murphy, Adrián Woll, Ignacio Aguilar y Marocho, Joaquín Velázquez de León, Francisco Javier Miranda, y Ángel Iglesias como secretario, expresó ante el archiduque de la Casa de los Habsburgo la petición de los monárquicos mexicanos para que éste se ciñera la corona mexicana y ocupara el trono de México.
La Comisión de Notables Mexicanos ofrece el trono de México al Archiduque Maximiliano
El castillo, localizado a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Trieste, fue diseñado por el arquitecto vienés Carl Junker entre 1856 y 1860. En el enorme parque que rodea al castillo se encuentra el "Castelleto", un palacete que fue la casa de los cónyuges durante la construcción del Castillo de Miramar, éste posteriormente se convirtió en lugar de encierro temporal de Carlota, cuando empeoró su salud mental tras el fusilamiento de su marido en México.
Fotografía de Miramar y sus Jardines hacia 1860
En su interior, el castillo se divide en varias secciones: la planta baja fue la residencia de Maximiliano I y su esposa Carlota, mientras que el piso superior fue acondicionado en el período de residencia del duque Amadeo II de Aosta, quien vivió en él durante alrededor de siete años, y que cambió algunas de las habitaciones al estilo de su época.
Interior del Palacio con los retratos de los emperadores franceses, Napoleón III y Eugenia de Montijo
El castillo fue utilizado como museo y en su interior también se conserva una valiosa colección de jarrones orientales. Dentro, los visitantes pueden admirar las habitaciones de Maximiliano y su esposa Carlota, la sala de información que cuenta la historia de la construcción del castillo y el parque, así como las habitaciones donde vivió el duque Amedeo de Aosta (muebles de 1930 de estilo racionalista). Todas las habitaciones están bien conservadas y mantenidas y los muebles son originales.
Dormitorio de Maximiliano de Habsburgo
Los adornos, muebles y objetos datan de mediados del siglo XIX. Particularmente dignos de mención son la sala de música, donde Carlota tocaba el piano, visible ahora en la sala VII.
En la Sala XIX hay una serie de pinturas de César Dell'Acqua que representan la historia de Miramar. Por último, los visitantes pueden visitar el Salón del Trono, que fue recientemente restaurado en su antiguo esplendor.
El Castillo de Miramar se alza frente a las aguas del Adriático
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