Armas de Ana de Bretaña
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Se cumple ahora el Vº Centenario de la muerte de Ana de Bretaña, una mujer esencial para comprender la historia de la Francia de finales de la Baja Edad Media. He aquí su perfil biográfico:
Ana nació el 25 de enero 1477 en Nantes, en el ducado de Bretaña, como hija y única heredera del duque Francisco II y de la infanta navarra Margarita de Foix.
Recibió la educación propia de una joven noble de su tiempo. Aprendió a leer y escribir en francés, y un poco en latín. Su institutriz fue Françoise de Dinan, condesa de Laval, siendo su mayordomo el poeta Jean Meschinot quien le enseñó baile, canto y música.
En 1488, los ejércitos de Francisco II de Bretaña fueron derrotados por los de Francia en la batalla de Saint-Aubin-du-Cormier. En el Tratado de Sablé, que concluyó en acuerdo de paz, el Duque se vio obligado a aceptar cláusulas que estipulaban que sus hijas no podrían casarse sin la aprobación del rey de Francia.
Francisco II murió poco después, el 9 de septiembre 1488, como resultado de una caída de su caballo. Ana se convirtió en Duquesa, y Bretaña se hundió en una nueva crisis, que llevaría a la última guerra Franco-Bretona.
Ana de Bretaña recibe de manos de Antoine Dufour un libro con vidas de mujeres ejemplares
A sus once años hubo de buscar un esposo, contrario a la unión con Francia y lo suficientemente poderoso como para mantener la independencia bretona. Maximiliano de Austria fue considerado el candidato más adecuado para sus planes. Su matrimonio por poderes tuvo lugar en Rennes el 19 de diciembre de 1490, lo cual le confirió el título de Reina de los Romanos, pero demostró tener serias consecuencias.
Francia interpretó la unión como una provocación ya que el rey de francés no había dado su consentimiento, y ponía el gobierno de Bretaña en manos de un enemigo de Francia.
Estalló así la última guerra franco-bretona. Aunque Castilla e Inglaterra enviaron algunas tropas de refuerzo al Ducado, nadie deseaba verdaderamente entrar en guerra abierta con Francia. La primavera de 1491 trajo una nueva victoria para Carlos VIII al mando del general francés La Trémoille en el sitio de Rennes. Como Maximiliano no pudo asistir a su prometida, Rennes cayó en poder francés y Ana fue finalmente prometida a Carlos.
La duquesa salió, escoltada por su propio ejército para dar a entender que consentía en el enlace, en dirección a Langeais donde arreglarían legalmente la situación de ambos esposos. El matrimonio de Ana con Maximiliano se anuló puesto que no había sido consumado. Carlos VIII, por su parte, tuvo que anular su compromiso con Margarita de Austria, hija de Maximiliano y María de Borgoña. Finalmente la ceremonia de matrimonio tuvo lugar en Langeais el 6 de diciembre de 1491.
Recreación con figuras de cera de la boda de Ana de Bretaña con Carlos VIII de Francia en el castillo de Langeais
Foto: Tango7174
Con aquella boda la corona francesa renunciaba al Franco Condado y al Artois, pero ganaba Bretaña cerrando sus fronteras occidentales con el Atlántico.
Austria protestó diplomáticamente, alegando que el matrimonio era ilegal porque la novia no estaba disponible, ya que estaba legalmente casada con Maximiliano, y que Carlos VIII estaba comprometido legalmente con Margarita de Austria, hija de Maximiliano.
A pesar de ello, el 8 de febrero de 1492, Ana fue coronada reina de Francia y consagrada en Saint-Denis. Su esposo le prohibió utilizar el título de duquesa de Bretaña.
Embarazada la mayor parte de su vida de casada, Ana vivió principalmente en los castillos de Amboise, Loches y Plessis o en las ciudades de Lyon, Grenoble o Moulins (cuando el rey estaba en Italia). Se convirtió en reina de Sicilia y de Jerusalén, con la conquista de Nápoles por Carlos VIII.
A su alrededor había un famoso círculo de poetas de la corte, entre ellos el humanista italiano Publio Fausto Andrelini de Forli, que difundieron los nuevos estudios en Francia.
El matrimonio tuvo cuatro hijos pero ninguno sobrevivió a la pareja.
Carlos VIII murió en Amboise, en 1498, cuando solo tenía veintisiete años de edad, a causa de una apoplejía sufrida durante un partido de pelota a causa de un golpe en la cabeza contra el dintel de una puerta. Habiendo muerto antes todos los hijos tenidos con Ana, la corona pasó a su primo Luis de Orleans.
Ana se casó entonces con el nuevo rey Luis XII, garantizándose así los reyes franceses de manera permanente la anexión de Bretaña. Para poder casarse con Ana, Luis XII tuvo que pedir al papa Alejandro VI la anulación de su matrimonio con Juana de Valois.
Luis XII de Francia
En octubre de 1498, Ana regresó al gobierno de Bretaña. Se restituyó al fiel Philippe de Montauban en la Cancillería de Bretaña, convocó a los Estados del Ducado, y ordenó la acuñación de una moneda con su nombre. Aprovechó la oportunidad para visitar sus posesiones, muchas de las cuales aún no conocía, haciendo entradas triunfales en las ciudades del Ducado, donde sus vasallos la recibieron con esplendor.
La ceremonia del tercer matrimonio de Ana tuvo lugar el 8 de enero 1499 (vistiendo de blanco y sentando un precedente para futuras novias), se celebró bajo condiciones radicalmente diferentes de las de la segunda. Ya no era una niña, pero era una reina viuda, y estaba decidida a asegurar el reconocimiento de sus derechos como duquesa soberana de ahora en adelante. A pesar que su nuevo marido ejercía los poderes de soberano de Bretaña, reconoció formalmente su derecho al título de "duquesa de Bretaña".
Los inconfundibles puerco espín de Luis XII y el armiño de Ana de Bretaña
Antes de casarse, Ana de Bretaña firmó con Luis XII un acuerdo en Nantes, que era mucho menos interesante para Francia que el de Langeais. La bretona se había aprovechado del amor de Luis para recobrar las ventajas que tenido que ceder a Carlos VIII después de la derrota de su padre.
Este nuevo acuerdo estipulaba:
- Que Ana de Bretaña conservaría personalmente el gobierno del ducado.
- Que si nacían hijos del matrimonio, el ducado sería para el segundogénito, y que si los esposos sólo tenían un heredero, el segundo hijo del mismo heredaría el Ducado.
- Que si la duquesa fallecía si dar un hijo al rey Luis XII conservaría la Bretaña en vida, el ducado volvería a manos de los herederos más directos de Ana.
Ana de Bretaña representada en su Libro de Grandes Horas
Como duquesa, Ana defendió ferozmente la independencia de su ducado. Se arregló el matrimonio de su hija Claudia con Carlos de Luxemburgo en 1501, para reforzar la alianza franco-española y asegurar el éxito de Francia en las guerras de Italia.
Sin embargo, Luis XII apostó por el matrimonio entre Claudia y el heredero al trono de Francia, Francisco de Angulema. Ana, decidida a mantener la independencia bretona, se negó hasta la muerte a sancionar el matrimonio. La unión de Claudia y Francisco finalmente se llevó a cabo el año después de la muerte de Ana.
Ana de Bretaña como Reina de Francia en una medalla de 1499
Foto: Sailko
Ana no pudo sobrevivir el invierno de 1513-1514, y murió en el castillo de Blois el 9 de enero de 1514. Fue enterrada en la necrópolis real de Saint Denis. Sus funerales se prolongaron durante cuarenta días, inspirando a todos los funerales futuros de la realeza francesa hasta el siglo XVIII. El Réquiem de Ana fue compuesto probablemente por el famoso compositor Johannes Prioris.
De acuerdo a su voluntad, su corazón fue colocado en un relicario de esmalte fabricado en oro, que se trasladó a Nantes para ser depositado, el 19 de marzo de 1514, en la cripta de los Carmelitas, en la tumba hecha por sus padres.
Relicario con el corazón de Ana de Bretaña
Foto: Jibi44
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