El 22 de octubre de 1919, el 1er Ejército de Kolchak abandonó Tobolsk a los soviéticos, mientras el 2.º y 3.º retrocedían hacia Ishim y Petropavlovsk. A pesar de la importancia estratégica de esta última, se abandonó también el 31 de octubre, al igual que la primera, que se evacuó con los puentes sobre el río intactos el 4 de noviembre.
Dieterichs ordenó la evacuación de Omsk, planeando reformar el frente más al Este. Kolchak, sin embargo, decidió defender la capital y rescindió la orden, a pesar de que ya parte de las unidades habían marchado al Este. Ante tal situación, Kolchak llamó a las armas a la población para defender la ciudad.
La desautorización de Dieterichs llevó a su dimisión, siendo sustituido por el general Sájarov. El mando de los distintos ejércitos también se reorganizó.
A pesar de las declaraciones optimistas de Sájarov, las misiones diplomáticas Aliadas abandonaron la ciudad y el consejo de ministros hizo lo mismo el 10 de noviembre de 1919. La defensa de la ciudad hizo que ésta volviese al caos producido por los militares al comienzo de la dictadura. Cerca de cuatrocientos prisioneros políticos de la cárcel de la ciudad fueron asesinados y muchos otros abandonados a la intemperie.
Los blancos de Kolchak se retiran a través de la inmensidad de Siberia
Kolchak fue de los últimos en abandonar Omsk, la noche del 13 de noviembre, en cinco trenes que contenían los restos de la reserva de oro del Imperio. En la madrugada del día siguiente, tras una marcha forzada de 200 km en dos días, unidades del 5.º Ejército soviético al mando de Tujachevski entraban en Omsk, donde encontró escasa oposición por parte de la guarnición local. Los bolcheviques capturaron numeroso material e hicieron decenas de miles de prisioneros.
Camino de Irkutsk para reunirse con sus ministros, Kolchak recibió la noticia de la decisión de los mandos de la Legión Checoslovaca de comenzar de inmediato su retirada y abandonar sus actividades a favor de su Gobierno Blanco (13 de noviembre de 1919).
Cinco días más tarde se enteraba del levantamiento socialrevolucionario contra su régimen en Vladivostok, respaldado por el destituido Rudola Gajda. La oposición, que había conspirado contra Kolchak desde hacía tiempo, se había librado de la represión del gobernador de Kolchak por la protección de los legados Aliados, contrarios al uso de las tropas cosacas de Kalmikov en la ciudad.
El levantamiento, además de la cooperación de Gajda, contó con cierta simpatía de los representantes Aliados en la ciudad. El alzamiento se produjo el 17 de noviembre de 1919 y logró al comienzo la adhesión de ciertas unidades. La suerte de la acción, sin embargo, quedó sellada al no lograr éste el respaldo de los 8.000 legionarios checoslovacos de la ciudad, que se declararon neutrales y expresaron su deseo de ser evacuados cuanto antes. Las unidades militares japonesas, con la excusa de «limitar los combates», aislaron el centro de la insurrección, la estación de ferrocarril, de la ciudad. Las tropas alzadas quedaron entonces sitiadas por Kalmikov y por la marina, leal a Kolchak.
Fuerzas blancas desfilan ante Kolchak
Tras unas cortas negociaciones, los sitiadores bombardearon la estación el 18 de noviembre y el aplastamiento de la rebelión se convirtió en una matanza. Gajda fue rápidamente deportado y los principales dirigentes socialrevolucionarios buscaron la protección del mando estadounidense en la ciudad.
Mientras, los socialrevolucionarios y el Gobierno negociaban en Irkutsk un acuerdo de colaboración en medio de la desconfianza mutua. Kolchak no respaldaba las negociaciones, y continuaba su lenta retirada a lo largo del ferrocarril y alcanzó taiga el 8 de diciembre de 1919. Allí se reunió con el nuevo primer ministro que trató de convencerle de la necesidad de profundos y rápidos cambios en el Gobierno, sin éxito. Tras la marcha de Kolchak el primer ministro logró destituir a Sájarov, que se oponía a los cambios propuestos.
El 12 de diciembre de 1919, el general checoslovaco Jan Syrovy le comunicó a su superior, el general francés Naurice Janin, la necesidad de comenzar de inmediato la evacuación de la Legión para evitar un amotinamiento. Logró el beneplácito y el consentimiento para dar prioridad a los checoslovacos frente a otros contingentes como el polaco, el serbio, el rumano o el italiano, que serían evacuados más tarde. Pocos días más tarde los checoslovacos se habían hecho con el control total del transiberiano, sustituido a los jefes de estación e impuesto a los rusos su orden de evacuación, en el que las unidades de Kolchak iban a ser evacuadas en último lugar, tras las unidades extranjeras.
Los checoslovacos prohibieron el traslado de los convoyes rusos al este de Novonikolaevsk antes de la retirada total checoslovaca, lo que retrasó de manera crucial la retirada rusa y aparcó el convoy de Kolchak en Krasnoiarks durante varios días. A pesar de las furibundas protestas rusas los checoslovacos se negaron a cambiar las órdenes, que dejaron más de 120 trenes de refugiados atascados en la línea, siendo capturados por los soviéticos a un ritmo de unos 10-20 diarios. Mientras, Kolchak continuó su lento avance hacia Irkutsk siempre que se lo permitían los checoslovacos. En Kranoiarsk quedó detenido entre el 17 y el 21 de diciembr, negándose Janin a dar prioridad a su convoy.
Tras largas conversaciones Kolchak consiguió abandonar la ciudad poco antes de caer en manos de los rebeldes socialrevolucionarios del «Centro Político», que también controlaban ya Nizhneudinks cuando el almirante alcanzó la ciudad el 27 de diciembre y quedó a la vez protegido y detenido por las tropas checoslovacas que controlaban la estación. El 24 de diciembre de 1919 el «Centro Político» había tomado el control de Irkutsk.
El 27 de diciembre, el 5.º Ejército Rojo capturó Novonikolaevsk, donde los atascos en el ferrocarril, que habían dejado al 2.º y 3.erEjércitos bloqueados tras 100 km de trenes con refugiados, habían acelerado la disolución del Ejército.
Nuevamente, al conquistar la ciudad los soviéticos hicieron miles de prisioneros y tomaron abundante material. Semana y media antes unidades del Ejército, amotinadas en Tomsk y Taiga, asesinaron a algunos oficiales y exigieron la firma de la paz con los soviéticos, que avanzaban sobre ellas.
El sucesor de Sájarov al frente de los restos del Ejército, el general Kappel, trató en vano de detener el avance soviético en Krasnoiarsk, pero los alzamientos favorecidos por los socialrevolucionarios y los amotinamientos de tropas frustraron sus esfuerzos.
La multitud de refugiados, el desorden de sus tropas y el control del ferrocarril por los checoslovacos, que dieron total prioridad a la evacuación de sus unidades, impidieron cualquier intento de resistencia. La retirada del Ejército, entremezclada con la de los numerosos refugiados, fue durísima, en medio del invierno siberiano en el recorrido de 1.500 km entre Omsk y Krasnoiarsk. El frío, la falta de asentamientos donde refugiarse, de transporte para huir de las unidades soviéticas, la epidemia de tifus y la dura naturaleza de la región, plagada de lobos, convirtieron la marcha en terrorífica.
Tropas de la Legión Checoslovaca
Nuevamente, tras largas negociaciones y la promesa de dimisión de Kolchak, los checoslovacos le suministraron trenes para continuar su viaje y evitar que cayese en manos de los rebeldes, pero bajo escolta militar checoslovaca y habiendo desarmado a su guardia. Los allegados al almirante confiaban en que, una vez llegados a Irkutsk, se librarían de los checoslovacos, muy hostiles al almirante, y obtendrían el sostén de las unidades japonesas presentes en la ciudad.
El 5 de enero de 1920 en un gesto inútil, Kolchak había transferido su título de Gobernante Supremo a Denikin, que también se hallaba ya en retirada.
Con el hundimiento de la administración «blanca» y bandas de partisanos y trabajadores presentes en la línea, el viaje se tornó cada vez más tenso. El 12 de enero de 1920, ante la amenaza de volar la línea y cortar el suministro de carbón a los checoslovacos, éstos accedieron a que subiese al tren del almirante un representante de los partisanos. Al día siguiente, hubieron de permitir que varias docenas de rebeldes se uniesen al tren.
El convoy llegó finalmente a Irkutsk el 15 de enero de 1920 y fue recibido por tropas rebeldes del Centro Político, que controlaba precariamente la ciudad.
Detenido en su vagón por los rebeldes, la petición del comandante japonés de las tropas acantonadas en la ciudad de lograr su custodia fue rechazada por Syrovy, que temía la reacción de los mineros y de los rebeldes contra la evacuación de sus hombres. Janin aprobó la entrega de Kolchak a los rebeldes, que se le comunicó esa misma parte por azorados representantes checoslovacos. Los Aliados habían prometido anteriormente asegurar su protección y trasladarlo a donde desease.
La decisión de Syrovy y Janin fue muy polémica, y a menudo tachada de traición, pero la actitud de las tropas checoslovacas, simpatizantes de los rebeldes, parece que hubiese impedido otra alternativa salvo la de enfrentarse a éstos y afrontar una retirada perseguidos durante miles de kilómetros a través del invierno siberiano.
Ante el historial de desprecio de Kolchak, las perspectivas de grandes pérdidas y una difícil evacuación, y el rápido avance soviético, la entrega de Kolchak a los rebeldes quedó decidida.
Fue encarcelado junto a su amante y algunos de sus ministros. Durante su arresto, Kolchak fue sometido a la investigación de una comisión de cinco socialistas, miembros de los partidos que se habían hecho con el control de la ciudad.
El «Centro Político», en cuyo poder se encontraba Kolchak, contaba, sin embargo, con escaso respaldo popular y sobrevivía gracias al apoyo checoslovaco, ya que era cada vez más evidente su incapacidad para detener el avance soviético o evitar la toma del poder en las ciudades en las que se había sublevado, los bolcheviques locales.
Una delegación socialrevolucionaria trató, no obstante, de interrumpir el avance de los soviéticos mediante conversaciones, aprobadas por Lenin en Tomsk. El acuerdo con el comandante soviético para la creación de un Estado entre los soviéticos y los japoneses, sin embargo, quedó invalidado por la pérdida del poder de los socialrevolucionarios en Irkutsk el 21 de enero, que lo entregaron voluntariamente a un comité revolucionario bolchevique antes de disolverse.
Un día antes de la desaparición del Centro Político, unidades blancas en retirada comenzaron a agruparse y amenazaron con retomar Irkutsk. Eran las fuerzas que Kappel había dirigido hacia el Norte, alejadas de la línea de avance principal de los soviéticos a lo largo del transiberiano.
Las unidades polacas y rumanas fueron alcanzadas y, tras intentar en vano utilizar los trenes en manos de los checoslovacos, se rendían a los soviéticos. Comenzaron entonces los combates entre la vanguardia soviética y la retaguardia checoslovaca.
Kappel derrotó a las fuerzas del Centro Político y a los partisanos, y comenzó entonces las operaciones para capturar Irkutsk, liberar a Kolchak y sus compañeros, recuperar la reserva de oro y formar un nuevo frente al oeste de la ciudad.
Los intentos de negociación entre la nueva administración bolchevique de la ciudad para evitar el asalto y Voitsejovski (que acababa de suceder a Kappel como comandante tras su fallecimiento) fracasaron. Ante la imposibilidad de defender Irkutsk de Voitsejovski y ya claro el objetivo de éste de rescatar a Kolchak, el comité de la ciudad decidió ejecutarlo.
Última fotografía de Kolchak tomada antes de su ejecución
El 4 de febrero de 1920 las primeras unidades «blancas» habían alcanzado los suburbios de la ciudad, a pesar de los intentos de contenerlas. El día anterior el comité de la ciudad restauró la pena de muerte y el 6 de febrero solicitó permiso para la ejecución de Kolchak y de su primer ministro Pepeliáev de la autoridad soviética más cercana, el presidente del comité militar revolucionario del 5.º Ejército, Smirnov, que, a pesar de las instrucciones de Lenin de capturar vivo a Kolchak para ser juzgado en Moscú, dio permiso para las ejecuciones en caso de peligro de liberación por parte de Voitsejovski.
La celda donde el Almirante pasó sus últimos días
Foto: Kolchak1923 cделано самостоятельно
El 7 de febrero de 1920 el jefe local de la cheka comunicó la decisión a Kolchak, que en todo momento se mostró tranquilo y digno, a diferencia de Pepeliáev.
Una organización clandestina había tratado de liberar al almirante pero éste se había negado a abandonar a sus compañeros de prisión. Dos horas más tarde, a las 4:00 a.m., Kolchak y Pepeliáev fueron sacados de la prisión y fusilados, el primero tranquilo y rechazando que le vendasen los ojos, el segundo teniendo que ser arrastrado hasta el lugar de ejecución. A continuación sus cuerpos fueron lanzados al río Ushakovka a través de un agujero en el hielo.
La muerte del Almirante Kolchak
Autor: Крещение кровью. 2010 год Холст, масло 200х130 Художник Москвитин
La muerte del Almirante Kolchak
Autor: Крещение кровью. 2010 год Холст, масло 200х130 Художник Москвитин
El mismo día se conoció el acuerdo entre soviéticos y checoslovacos que puso fin a los combates entre sus fuerzas y facilitaba la evacuación de los segundos a cambio de su estricta neutralidad. Como consecuencia los checoslovacos ordenaron a Voitsejovski abandonar el asalto de Irkutsk para garantizar la neutralidad en el ferrocarril y aquel se vio obligado a retirar sus unidades, continuar su retirada al Este y rodear la ciudad. A finales de febrero unos 12.000 harapientos supervivientes de las fuerzas de Kolchak alcanzaron Chitá, los únicos restos de su Ejército.
El 1 de marzo de 1920 las últimas unidades checoslovacas evacuaron Irkutsk y una semana más tarde las primeras unidades del 5.º Ejército soviético entraban en la ciudad. El mismo mes la reserva de oro rusa partía de vuelta a Kazán en un tren con una pancarta: «Al querido Vladímir Ilich, la ciudad de Irkutsk».
Esquela dando noticia de la muerte del Almirante Kolchak
Durante la era soviética Kolchak y los Blancos fueron considerados enemigos del pueblo, y su recuerdo denigrado. Sin embargo, tras la caída del régimen comunista ha habido una reivindicación de la figura de Kolchak y sus servicios en interés de Rusia, principalmente en la prensa popular conservadora y nacionalista, en la que han aparecido diversas hagiografías.
Placa en memoria de Kolchak en la ciudad de Ekaterininburg
Sus partidarios le presentan como un mártir patriota que se sacrificó valientemente para tratar de restaurar la grandeza de su patria. Oficialmente su memoria aún no ha sido rehabilitada, tal como se ha hecho con el zar Nicolás II, Denikin, Kappel y otros protagonistas de la Guerra Civil, y dirigentes blancos. Por el momento, se han levantado varias estatuas y monumentos en honor de Kolchak en diversos puntos de la geografía rusa, entre ellas dos en San Petersburgo y una Irkutsk que tiene cinco metros de altura.
Monumento al Almirante Kolchak en Irkutsk
Foto: Kolchak1923 cделано самостоятельно
En Moscú hay una placa de mármol con su efigie, en la calle Sadóvnicheskaya, y otra calle que lleva su nombre. Otra estatua será inaugurada dentro de poco en Omsk.
La superproducción cinematográfica rusa elaborada en 2008 con el nombre de "Almirante" es una apología de la figura de Kolchak y de su lucha contra el bolchevismo. Esta película ha batido todos los récords de audiencia de la historia de la cinematografía rusa.
Cartel de la película y fotograma de la misma
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