Bajo este nombre han sido, y son, numerosas las órdenes dinásticas y caballerescas que se han sucedido a lo largo de los siglos.
Hoy vamos a dedicar nuestra entrada a la más antigua de ellas, la Orden de la Estrella fundada por el Rey Juan II de Francia el 16 de noviembre de 1351.
La Orden de la Estrella surge bajo el influjo de la Orden de la Jarretera inglesa y la inspiración de Godofredo de Charny, el teórico francés del ideal caballeresco, que escribe para los caballeros de su tiempo la obra: "Solicitudes de justas, torneos y guerras". El rey Juan II el Bueno decidió su creación para atraer, mediante una nueva lealtad y disciplina, a los caballeros franceses, deseando evitar que se repitiera el desastre de Crécy, sonora derrota cosechada frente a los ingleses durante la Guerra de los Cien Años.
Juan II de Francia estableciendo la Orden de la Estrella junto a sus primeros caballeros
Para ser admitido en la Orden de la Estrella sólo eran tenidos en cuenta los méritos personales en el campo de batalla, no tomándose en cuenta las acciones de valor en los torneos
Sus estatutos originales la denominan Orden de Nuestra Señora de la Noble Casa, debido al patronazgo de la Virgen y que la sede de la misma estaba en el Palacio Real de Clichy, en Saint Ouen. Estos estatutos preveían reunir en torno al rey a los 500 mejores caballeros de la nobleza francesa, y que estos caballeros nunca darían la espalda al enemigo. En la Batalla de Poitiers esta disposición causó la muerte o captura de varios miembros de la Orden y rápidamente cayó en desuso.
La norma se suavizó levemente, siendo sustituida por permitirse una una reducida retirada en el combate. A pesar de ello noventa caballeros de la Orden perderían la vida en la Batalla de Mauron (1352) al no poder abandonar el campo del honor.
Juan II tuvo la idea de crear el mismo año, una casa para que sirviera de albergue de viejos caballeros y mutilados en combate.
La excesiva prodigalidad en su concesión en reinados posteriores acabó devaluando el proyecto original y terminó por provocar su olvido.
Los caballeros vestían manto rojo de damasco con una estrella de ocho puntas de gran tamaño en el lado izquierdo del pecho. El interior del manto estaba forrado de armiño.
Como insignia empleaban un collar de tres cadenas del que pendía una estrella de ocho rayos con la inscripción latina: "Monstrant regibus astra viam" ("La estrella muestra el camino a los reyes"), en alusión a la estrella que guió a los Magos de Oriente hasta Belén. No en vano la primera ceremonia oficial de la Orden tuvo lugar el 6 de enero de 1352.
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