El Castillo de Bellver visto desde el este
Foto: UlrichAAB
El Castillo de Bellver es una fortificación de estilo gótico situada a unos tres kilómetros de la ciudad de Palna de Mallorca. Fue construido a principios del siglo XIV por orden del rey Jaime II de Malloca. Se encuentra emplazado sobre un monte de 112 metros sobre el nivel del mar, en una zona rodeada de bosque, desde donde se puede contemplar la ciudad, el puerto, la Sierra de Tramuntana y el Pla de Mallorca; de hecho, su nombre antiguo bell veer, significa «bella vista». Una de sus peculiaridades es que se trata de uno de los pocos castillos de toda Europa de planta circular, siendo el más antiguo de estos. Actualmente pertenece al Ayuntamiento de Palma y en él se encuentra el Museo de Historia de la Ciudad de Palma, por lo que está abierto al público.
El diseño de planta circular con torres también circulares adosadas parece provenir del conjunto superior del Herodion en Cisjordania, también circular y con una gran torre maestra y tres torres menores. Las torres menores están adosadas y la del homenaje está atravesada por un muro por lo que está adosada. Este edificio tampoco tiene un pórtico en el patio. A su vez, el castillo de Bellver inspiró el de Michelstetten que, aunque no tiene torres, sí cuenta con una galería superpuesta en el patio con arcos muy rebajados y columnas de planta circular.
Planta del Castillo
Diseño. Antoni Alomar
Una vez construido el Castillo de Bellver, debido a la introducción de la artillería, desaparecieron las almenas de la terraza superior y de la barbacana, y algo más tarde, de todas las torres. Se construyeron troneras en el revellín y la barbacana, cambiando el punto de acceso al revellín. En 1713, durante la Guerra de Sucesión, se construyó un estrado cubierto actualmente en mal estado de conservación, invadido por pinar o ajardinado en la entrada, a pesar de su valor histórico.
La parte principal de la fortificación la construyó el arquitecto Pere Salvà, que también trabajó en el Palacio de la Almudaina, con otros maestros de obras entre los años 1300 y 1311 para Jaime II. Para su construcción, buena parte de la piedra se extrajo de una cueva-cantera del mismo monte, debajo de la fortificación, cosa que ha provocado grietas en el edificio. Cuando se necesitaba piedra más dura, se traía de Portals Vells (Calviá) y de Santañy.
El castillo desempeñó al principio las funciones residenciales para las cuales fue construido, en tiempo de los reyes Jaime II, Sancho I y Jaime III de Mallorca. También lo habitó el rey Juan I de Aragón, huyendo de la peste que atacaba al continente (1394).
En el siglo XVII fue residencia esporádica de algunos virreyes. Como fortificación sufrió también diferentes asedios. El primero en el año 1343, durante la campaña de reincorporación del reino de Mallorca a la Corona de Aragón, por Pedro IV el Ceremonioso; el siguiente, en el año 1391, durante la revuelta contra el Call; y el último, el año 1521, en el cual sufrió el único asalto de su historia, durante la rebelión de las Germanías.
Vista aérea
El castillo estaba gobernado por un castellano. En el año 1408, el rey Martín el Humano concedió la señoría de Bellver a la Cartuja de Valldemosa. En el año 1459, llegó a Mallorca el Príncipe de Viana para tomar posesión de los castillos de la isla, de acuerdo con el pacto con su padre, Juan II, que lo hacía señor de Mallorca, aunque no le cedió el Castillo de Bellver.
Como recinto, desde el siglo XIV se hizo servir como prisión, primero de la reina Violante y de los príncipes Jaime e Isabel, y de otros partidarios del rey Jaime III, después de su muerte en la Batalla de Lluchmayor (1349). Durante la Guerra de Sucesión fue prisión de felipistas, y, después de la victoria borbónica, de austracistas.
Exterior de la fortaleza
Foto: ILAboy
En el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, fue lugar de encierro de prisioneros franceses de la Batalla de Bailén, y, después, de presos políticos, el primero y el más famoso de los cuales fue el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos (1802-1808), que hizo la primera descripción del castillo y encargó los primeros planos y dibujos, así como una descripción botánica y geológica del pinar circundante, fundando con ellas el movimiento conservacionista del patrimonio. El físico francés Fançois Aragó, que participaba en la medición del meridiano de París, se refugió allí, acusado de espionaje por la población. Lo siguieron el general liberal Luis Lacy, fusilado aquí en 1817; republicanos catalanistas como Valentí Almirall (1869), el restaurador de la monarquía borbónica en España con Alfonso XII, Arsenio Martínez Campos (1874) y diferentes carlistas.
Fusilamiento del general Lacy en 1817
Ya en el siglo XX, con el advenimiento de la II República, el castillo y su entorno fueron cedidos al Ayuntamiento de Palma con la condición de que se destinara a un museo de arte antiguo, como desde el mismo consistorio se sugirió. Durante la Guerra Civil recuperó su uso de prisión, encerrándose en el castillo a hasta 800 presos republicanos, que fueron empleados como mano de obra forzada en la construcción de la actual carretera de acceso al castillo. Terminada la posguerra, el Ayuntamiento retomó los esfuerzos para la conversión del castillo en uso cultural, para lo que en 1947 comenzaron las reformas en profundidad que culminaron en la inauguración en 1976 del Museo de Historia de la Ciudad de Palma.
Al ser construido para albergar la corte real de Jaime II de Mallorca, su estructura combina las necesidades palaciegas con elementos defensivos. Lo más destacado de su estructura es precisamente su forma circular, única en España. Es circular tanto su muralla como su patio interior. Rodeando el castillo y la torre del homenaje hay dos fosos.
El patio circular del Castillo
Foto: pjt56
Cabe destacar el patio circular. En el centro del mismo hay un brocal de cisterna que indica que en el subsuelo hay un gran aljibe para almacenar agua. El palacio está estructurado en dos plantas alrededor del patio central. Todas las dependencias dan al patio central mediante una galería de arcos góticos.
Actualmente el castillo es visitable y en él se alberga el museo de la ciudad, con una exposición de la historia de Palma de Mallorca desde los primeros pobladores hasta la Edad Media.
Gracias a la carretera y el aparcamiento que se construyeron, actualmente el castillo recibe un gran número de visitantes. El patio es sede de gran variedad de actos protocolarios, conciertos y actos culturales. Desde los años 90 suele utilizarse también para bodas civiles. Su situación y visibilidad desde el mar y desde cualquier punto de la ciudad lo han convertido en uno de los símbolos de Mallorca.
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