Foto: PMRMaeyaert
El Monasterio de Santa María la Real de Nájera es un conjunto religioso situado en la ciudad de Nájera, en la Comunidad Autónoma de La Rioja. En él se encuentra el panteón de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, antecesor del Reino de Navarra.
El año 923 el rey de león, Ordoño II, en alianza con el reino de Pamplona, conquista Nájera a los musulmanes. Unos años antes, en 918, Ancho Garcés I de Pamplona había nombrado a su hijo García Sánchez, rey de Nájera, después de conquistar, junto con los leoneses, buena parte de La Rioja.
En 1035 sube al trono del reino de Nájera-Pamplona García Sánchez III, conocido como García el de Nájera. Según la leyenda, en 1044 descubrió una imagen de la Virgen en una cueva. Mientras estaba cazando, siguiendo a su halcón, encuentra una pequeña capilla hecha una cueva con la imagen de la Virgen, un ramo de azucenas (símbolo del monasterio) y una campana. La imagen recibe el nombre de Santa María en la Cueva y se decide construir un templo con un monasterio en aquel lugar. El templo sería consagrado y acabado el 12 de diciembre de 1052.
El rey García Sánchez III murió en la batalla de Atapuerca, siendo sepultado a los pies de la Virgen, en la cueva. Su sucesor Sancho IV el Noble, también conocido por el de Peñalén, culmina las obras.
Durante el reinado de Sancho el de Peñalén, el monasterio es ocupado por monjes de la orden de San Isidoro que practican el rito visigótico-mozárabe. En 1067 se celebró allí un concilio en el que se acordo la sustitución del rito visigótico por el rito romano.
Exterior del Monasterio de Santa María la Real
Foto: Dietmar Giljhoann
En 1076 Sancho el Noble es asesinado por sus hermanos Ramón y Ermisinda en Peñalén, Funes (Navarra). Tras el asesinato, el reino de Nájera-Pamplona es repartido entre Castilla y Aragón. Nájera queda incorporada a la corona de Castilla bajo Alfonso VI y, posteriormente, al reino de Aragón de Alfonso I el Batallador. Finalmente Alfonso VII de Castilla ocupa estas tierras.
En 1134 el Reino de Pamplona recupera la independencia del de Aragón bajo García Ramírez el Restaurador, y con él se abre otro periodo de enterramientos reales en el convento de Santa María, ya que tanto él como su familia son enterrados aquí.
En 1422 se inician las obras del nuevo templo que sustituye al original románico. No se acabaría hasta 1453. En 1486 la Abadía se independiza de la Orden de Cluny, mientras que se realizan una serie de importantes reformas: la sillería del coro alta se instala en 1493, se termina el refectorio en 1513 y el claustro de los Caballeros en 1517. La Abadía queda incorporada a la congregación de San Benito de Valladolid en 1513.
Entre 1621 y 1625 se edifica la portada del templo y a finales de ese mismo siglo se instala el retablo mayor, de estilo Barroco.
El sigo XIX fue una época difícil para el conjunto religioso de Santa María la Real de Nájera. En sus primeros años, durante la Guerra de la Independencia sufre ataques y saqueos por parte de las tropas francesas y de los guerrilleros.
En 1835, con motivo de la Desamortización de Mendizábal, son expulsados los religiosos y el monasterio es abandonado, siendo vandalizado y sufriendo muchos daños y pérdidas. El edificio se usa entonces como almacén, escuelas, cuartel... La iglesia pasa a servir como parroquia entre 1845 y 1885.
En 1889 se declara al conjunto Monumento Histórico Artístico Nacional y unos años después, en 1895, entra a habitarlo una comunidad de frailes franciscanos, comenzando la recuperación del Monasterio. En 1909 el Estado comienza a contribuir en la restauración y en 1959 se funda el Patronato de Santa María la Real, en el que participan las diputaciones de Navarra (desde 1982 Gobierno de Navarra), Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Logroño (desde 1982, Gobierno de La Rioja), el ayuntamiento de Nájera y la Orden de los Franciscanos.
El exterior del Monasterio de Santa María la Real de Nájera es una mezcla de diferentes estilos, fruto de su dilatada historia.
Las necesidades de defensa hicieron que los muros fueran altos y que los contrafuertes tuvieran función de bastiones. El siglo XVII dejó la decoración de los muros y puertas y la torre cuadrangular.
Dentro del monasterio distinguimos dos espacios fundamentales: el templo con el panteón Real, y el claustro, llamado de los Caballeros. El acceso al claustro se realiza por la llamada Puerta de Carlos I. Esta puerta es de estilo gótico flamígero y aparece muy ornamentada. Sobre ella hay un gran escudo imperial con las armas de Carlos I y un águila bicéfala. Este escudo se realizó en honor al Rey-Emperador, que contribuyó generosamente a la construcción del claustro.
Interior de la Iglesia del Monasterio
Foto: PMRMaeyaert
Al lado de la puerta, arranca la escalera de acceso al claustro superior. Esta escalera es de estilo renacentista y está cubierta por una cúpula decorada con casetones pintados en trampantojo. En ella figura la fecha de su construcción, año 1594, y recibe el nombre de Escalera Real.
El templo actual del Monasterio se construyó entre 1422 y 1453. Es de estilo gótico florido, presentando formas esbeltas a la vez que sencillas. Las bóvedas son de crucería simple, a excepción de la del cascarón del ábside central, que es estrellada; los ábsides laterales son cuadrangulares, y el triforio presenta ventanales casi triangulares.
El interior consta de tres naves separadas por 10 columnas. Debajo del coro se abre la cueva en la que se cree que apareció la imagen de la Virgen, lugar en el que se ha mantenido desde entonces.
El retablo mayor es de finales del siglo XVIII, de estilo barroco, con grandes columnas salomónicas muy adornadas con racimos y hojas de vid. En la parte central está el camarín de la Virgen, con la imagen original, rodeada por los fundadores de la Orden Benedictina, en sus ramas masculina (San Benito) y femenina (Santa Escolástica) y la representación de los reyes fundadores. Es llamativa la representación de los elementos que se dice que estaban junto a la imagen de la Virgen cuando ésta fue encontrada: una jarra con azucenas (emblema del monasterio), una lámpara y una campana. Sobre estos elementos, un friso cuenta el hallazgo de la Virgen por el rey don García. Remata el retablo un Calvario.
En la nave lateral izquierda hay una réplica del retablo mayor que existía antes de que se construyera el actual. Parte del original se conserva en el museo de Amberes, al que llegó después de ser vendido en el siglo XIX. Su autor fue Hans Memling.
La imagen que dio origen al complejo religioso es una escultura medieval en madera tallada y policromada solo por el frente. Muestra a la Virgen que sostiene al niño Jesús, que imparte la bendición con la mano derecha mientras sostiene una bola en la contraria.
La bella talla de Santa María
Foto: Rowanwindwisthler
Al lado derecho de la nave central se halla el llamado Panteón de los Infantes. Entre todas las sepulturas destaca la de Blanca Garcés, conocida como Blanca de Navarra
El sepulcro de Blanca de Navarra, del que solo se conserva la tapa, es el único original del conjunto. Data del siglo XII y es una pieza de talla románica. Está adornado con bajorrelieves que representan escenas del Evangelio y de la vida de la difunta, que murió muy joven.
En el Monasterio se halla el Panteón Real de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, antecesor del Reino de Navarra, durante los siglos X, XI y XII. Dentro de los personajes de la realeza están mezclados miembros de dos dinastías diferentes, la Jimena, o de los Abarcas, que gobernó entre 918 y 1076 (Sancho Garcés II, García Sanchez III y Sancho Garcés IV), y la que instauró García Ramírez, que gobernó Navarra entre los años 1135 y 1234 (Sancho VI de Navarra).
Capilla claustral de doña Mencía
Foto: Zarateman
A la izquierda del presbiterio se encuentra el panteón de los Manrique de Lara, duques de Nájera desde que en 1482 así lo dispusieran los Reyes Católicos.
Entre las sepulturas destaca la del primer duque, apodado el Fuerte, Pedro Manrique III de Lara, que fue relevante en la corte de Fernando el Católico, participando con él en la conquista de Granada y luego como virrey de Navarra después de la conquista de este reino en 1512. También descansa aquí Juan Esteban Manrique de Lara, que fue virrey de Navarra en 1521 y a cuyo lado luchó san Ignacio de Loyola en el cerco de Pamplona.
El bello claustro del Monasterio
Foto: Zarateman
En una de las esquinas del lateral oeste del claustro se abre la capilla que contiene el sepulcro de la reina de Portugal doña Mencía López de Haro. Esta señora fue esposa, en segundas nupcias, del rey portugués Sancho II Capelo. Cuando este rey murió en el año 1248 Mencía volvió a Nájera, donde residió hasta su muerte en 1272.
El mausoleo de Diego López de Haro, llamado el Bueno, X señor de Vizcaya (1170-1214), y héroe de Las navas de Tolosa (1212) se sitúa al lado de la entrada a la iglesia, por la que se accede a los pies de la nave central, en el muro sur del claustro. A los pies del sarcófago de don Diego está el de su segunda esposa, Toda Pérez de Azagra, que murió en 1216. Las urnas son románicas, pero hay añadidos renacentistas en las decoraciones exteriores. Los bajorrelieves muestran escenas del sepelio y los personajes que en ellos aparecen van ataviados con ropajes del siglo XIII.
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