Armas de María Cristina como Reina Consorte de España
Diseño: Heralder
María Cristina de Habsburgo-Lorena o María Cristina de Austria, ( Maria Christina Désirée Henriette Felicitas Rainiera von Habsburg-Lothringen), nació en GroB Seelowitz, el 21 de julio de 1858
Hija del archiduque Carlos Fernando de Austria y de la archiduquesa Isabel Francisca de Austria, era prima segunda de los emperadores de Austria y de Méjico: Francisco José y Maximiliano; y biznieta de Leopoldo II del Sacro Imperio Romano Germánico.
Por nacimiento era archiduquesa de Austria y princesa de Hungría, Bohemia, Eslavonia, Croacia y Dalmacia. Por vía materna guardaba parentesco con la familia real española, puesto que era tataranieta de Carlos III.
En su infancia se la consideró estudiosa y discreta. A la edad de dieciocho años, el emperador Francisco José la nombró abadesa de las Nobles Damas Canonesas de Praga, sin ser ordenada religiosa, de lo que había precedentes.
María Cristina se casó con el rey Alfonso XII el 29 de noviembre de 1879 en la madrileña basílica de Atocha, convirtiéndose en su segunda esposa, tras enviudar el monarca de María de las Mercedes de Orleans.
SS.MM. los Reyes don Alfonso XII y doña María Cristina
No congenió muy bien con el extrovertido monarca a causa de su carácter tímido y tranquilo, aunque terminó sintiendo su pérdida. Durante sus primeros años en la corte, soportó las continuas infidelidades de Alfonso XII, que desde la muerte de su anterior y amada esposa se había entregado a un frenesí sexual continuado. Sólo cuando la situación se había tornado insoportable, se recogen escenas de la reina María Cristina recriminando su conducta al esposo. Parece ser que sólo en sus últimos años de convivencia juntos, la pareja real vivió sus momentos de mayor acercamiento.
La Reina María Cristina en una fotografía de 1880
Dado que cuando falleció el soberano en 1885 se hallaba embarazada de un hijo que nacería póstumo, tuvo que asumir la regencia. Meses más tarde nació Alfonso XIII, quien se convirtió en la gran esperanza para el trono español. La Reina, inexperta en los negocios de la política, se dejó asesorar por Sagasta, con quien acabaría trabando una estrecha amistad.
María Cristina se guió por la sensatez y el equilibrio en sus diecisiete años de regencia, reconociéndole los historiadores su impecable observancia de las obligaciones constitucionales. Tuvo por confesor a José Fernández Montaña, al cual le encargó la educación de Alfonso XIII como preceptor. Poco después de la muerte del rey Alfonso XII, con el objetivo de evitar los errores que dieron lugar a la crisis del reinado de Isabel II, se llegó al Pacto de El Pardo: un acuerdo suscrito por Cánovas y Sagasta que instituyó el sistema de turno pacífico en el ejercicio del poder entre liberales y conservadores y consolidó la Restauración hasta principios del siglo XX.
Versión de las armas de María Cristina como Regente
Diseño: Heralder
El papel de María Cristina en el sistema de gobierno fue representativo, ya que no participó en los enfrentamientos entre los partidos dinásticos, respetando el turno a la hora de llamar a los candidatos a formar gobierno, aunque se sintió más cercana a Sagasta y no puso dificultades al mantenimiento de largos períodos de gobierno del partido liberal. Durante su regencia se promulgaron, entre otras, la Ley de Sufragio Universal y la Ley de Asociaciones.
La Reina Regente con su hijo Alfonso XIII en brazos
En sus últimos años de regencia se agravó el problema marroquí y se agudizó la conflictividad social. De esta época datan también los inicios del catalanismo político. Además, la pérdida de las últimas colonias hispanoamericanas y las islas Filipinas en 1898 y el comienzo de la descomposición de los dos partidos del turno al desaparecer Cánovas y Sagasta pocos años después, sumieron al país en una grave crisis, que evidenció de manera clara la inoperancia que adquirió, coincidiendo con el cambio de siglo, el régimen de la Restauración.
Su más ferviente deseo era traspasar la Corona a su hijo, deseo que vio cumplido en mayo de 1902 cuando Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad y comenzó su reinado personal. Desde ese momento se consagró a las obras de caridad y a su vida familiar y, a partir de 1906, al contraer matrimonio su hijo Alfonso con Victoria Eugenia de Battemberg, utilizó el título de «Reina Madre».
La Reina Madre, María Cristina,en una fotografía de los años 20
Falleció en Madrid el 6 de febrero de 1929 y sus restos fueron trasladados al Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en cuyo Panteón de Reyes se encuentra su sarcófago.
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